Lo tenga o no

Capítulo 3

-Me podés poner un Whisky con cola, linda, por favor. -Dijo mientras se acercaba a la barra y sonreía. Había 3 cosas que ya mismo odiaba de Peter: Tenía una sonrisa perfecta, era irritante y, muy a mi pesar, no podía concentrarme cada vez que lo tenía cerca. A pesar de esto, decidí no darle el gusto de saber que lo conocía mucho más de lo que él creía. Y mucho menos que supiese lo atractivo que me resultaba.

Comencé a servirle el trago, mirándolo a los ojos, pero disimulando tanto mis nervios, como las ganas de saltar la barra y arrancarle la camisa que le había manchado. Deseché mis sentimientos y una vez le había servido la copa, me giré.

-No hace mucho que te mudaste acá, ¿no? -Comentó mientras se acomodaba en la silla, antes de darle un trago a la copa y sonreía satisfecho. -Muy bueno el trago, ¿hace mucho trabajás en esto?

-Cuanta pregunta en tan poco tiempo, ¿no? -Le contesté apoyando mis codos sobre la barra. Apoyé el mentón en mi mano y suspiré mientras sonreía: Estaba dispuesta a seguir su juego- Hace apenas una semana que llegué, he estado en varias ciudades, tomándome un respiro. Y no, desde el jueves soy oficialmente camarera. Suelo preparar las copas antes de salir a mis amigas, pero no tengo mas experiencia... Aunque me desenvuelvo mejor entre copas que entre comidas, por eso derramé la salsa.

Él abrió los ojos sorprendido, como si realmente no supiese que yo no era, ni mucho menos, una camarera experimentada.

-¿Y que le lleva a una española como vos, a ser camarera en Buenos Aires? ¿De que te tomás un respiro? Una familia asfixiante, un novio celoso, huís de la policía... -Comentó riéndose mientras continuaba con su copa en la mano. Sacudió su pelo mientras me miraba: estaba en plena seducción, era realmente un capullo, creía que esa misma noche me iría a su cama. Aunque confieso que, probablemente, si no hubiese escuchado ese comentario en la mesa o su anterior conversación con sus amigos, lo hubiese hecho.- Dale, contame, no seas tan críptica. Mirá, si vas a trabajar acá, tenés que saber que no soy un mal tipo. A veces gasto esas bromas, y te juro que no pretendía ni que me escuchases ni ofenderte, pedoname. -Sonaba arrepentido, y en sus ojos veía sinceridad

-No te preocupes, yo tampoco debí tirarte nada por encima. -Soltó una pequeña risa mientras miraba la mancha de su camisa- Si quieres te la puedes quitar y te la lavo. -Me sonrojé inmediatamente- Digo, que, si no te sale la mancha yo... yo te la llevo a una lavandería o a la de mi hotel que... que no quiero decir que te esté invitando, pero que... -Miré desesperadamente a todos los lados, muerta de vergüenza por la cantidad de palabras sin sentido que estaban saliendo de mi boca.

-Hey, tranquila -Estaba riéndose a carcajadas, achinando los ojos- Te entendí, pero igual... No me gusta ir tan rápido...

Le pegué en el brazo mientras me unía a sus carcajadas y, por un segundo, cuando nos estábamos riendo sentí esa conexión especial que sientes con alguien con la que compartes sentimientos. OLVÍDATE LALI. NO, NO Y NO. Tenía que apartar esos pensamientos de mí, así que continué con mi "plan".

-¿Por dónde iba? Ah, si... Me estabas preguntando sobre qué hacía una chica como yo en un sitio como este sin tener idea de ser camarera... -Asintió mientras hablaba- Bueno, digamos que vine escapando del amor, me hirieron mucho... y sentía que tenía que escapar. Me estaba ahogando en la misma ciudad de siempre, con la misma gente de siempre... Vine a tomarme un respiro al culo del mundo. A un lugar suficientemente lejos como para que mi ex me pudiese encontrar o pagar un billete. -Negué sonriendo amargamente, mientras recordaba todas las veces que le había rogado que viajásemos juntos, que buscase tiempo para mí.- Y bueno, este es el resultado. No conocía a nadie, no sabía a donde ir... Busqué un trabajo y caí aquí... En un bar donde cada noche se juntan un par de famositos. ¿Sabes la de secretos que he oído esta noche y podría vender?