-¿Te apetece tomar una copa? -Habíamos terminado de cenar, y llevábamos un buen rato charlando. No me apetecía terminar la velada todavía.
-Dale, pero no será muy tarde? No quiero joderte el viernes, capaz querés salir -dijo sonriendo, para mi desgracia era guapísimo.
-Te recuerdo que mi hermana y mi mejor amiga me han dejado sola, que me dejes terminar la noche viendo sola alguna comedia romántica en Netflix sí sería joderme el viernes -dije riendo y él también lo hizo. Serví dos copas y nos sentamos en el sillón.
-¿De verdad no me vas a contar por qué estás acá? -me pegó flojito en el hombro- Con todo lo que te estuve contando sobre mi vida sabés casi más que mi última novia.
Me había contado todo sobre él. Había nacido en Buenos Aires y había vivido aquí toda su vida hasta que se marchó a Londres a terminar sus estudios y especializarse. Estaba de vuelta desde hacía unos meses. Me había contado hasta todas las cicatrices que tenía desde niño, y también me había hablado de sus relaciones. Sólo había tenido una relación estable en el instituto, al parecer fue su gran amor, pero desde que se separaron no fue capaz de encontrar a nadie para mantener una relación de más de dos semanas.
-¿De verdad quieres saberlo? -lo miré- Vine porque mi novio me puso los cuernos, y dejó embarazada a su amante, que a su vez era amiga mía -él se quedó sorprendido y me puso la mano en el hombro- No te preocupes, creo que ya lo he superado. El problema es que él era cantante y comenzaba a tener fama, cuando todo el mundo se enteró todos me buscaban para que diese mi opinión. Así que me fui de viaje para sanarme y acabé aquí. Entré a trabajar al bar de Nico Vázquez y de ahí todo lo que ya sabrás.
-Desde luego fue todo un viaje, no? -dijo sonriendo- Pero eso no es lo que te tiene apenada, ¿o me equivoco?
-A mí nada me tiene apenada -dije riendo, pero él me miró obvio-
-Sí lo estás, pero igual si no me lo querés contar está todo bien, no da que un desconocido te haga sacar todos tus trapos sucios
-¿Qué te hace pensar que lo estoy? -me estaba mirando fijo
-Que tenés los ojitos con pena -me acarició la mejilla- ¿nunca escuchaste eso de que los ojos son el espejo del alma? No podés esconder nada porque ellos lo delatan todo. Y no sé por que, creo que los tuyos hablan de un hombre, y no es precisamente tu ex.
-¿Eres psicólogo? -dije intentando cambiar el tema.
-No, no me interesa tanto entrar en por qué tenés esa pena -se estaba acercando casi de manera imperceptible, pero cada vez notaba más cerca su aliento.
-¿Qué te interesa entonces? -me estaba mirando la boca directamente.
-Hacer que se te quite -En un delicado movimiento agarró mi cara y terminó con la distancia que nos estaba separando hasta hacía unos segundos. Fue un beso tranquilo, pero a la vez era ardiente. Era un hombre que emanaba sexualidad por los cuatro costados. Su boca se abrió paso sobre la mía y su lengua emprendió un baile con la mía, cada vez más intenso. No sé cuanto tiempo estuvimos así hasta que casi por comodidad me colocó a horcajadas sobre sus piernas. Tuvimos que separarnos básicamente por la falta de aire, porque ninguno de los dos quería hacerlo. Quedamos con nuestras caras pegadas y entremezclando nuestros alientos.
-Wow... -dijo sin aliento- ¿Fue mucho no?
-No, me parece que está bien -dije negando mientras sonreía-
-No quiero... -dijo mirando hacia arriba mientras se mordía el labio- No quiero forzarte a que ocurra nada más esta noche, pero...
No lo dejé hablar más porque estaba segura de que esto era realmente lo que necesitaba. Me deshice de su camisa rápidamente porque era lo que llevaba queriendo hacer desde que se sacó la chaqueta en mi casa. Él hizo lo mismo con mi camiseta de modo que me quedé desnuda completamente por la parte de arriba. Besó mi cuello hasta llegar a mis pechos y después volvió a subir a mi boca, me tumbó en un movimiento y quedé debajo de él en el sofá. Poco a poco nos fuimos deshaciendo del resto de nuestras prendas entre caricias y jadeos. Entró en mi delicadamente, como pidiendo permiso, y a mí la situación me daba una mezcla de ternura y risa. Fue aumentando el ritmo poco a poco hasta que nos fuimos entregando al éxtasis. Juan me demostró que toda esa sexualidad que emanaba no engañaba. Nos dejamos ir a la vez, mientras él enredaba sus manos en mi pelo y yo arañaba su espalda. Se quedó recostado sobre mi pecho unos segundos hasta que ambos recuperamos la respiración.
Tras el momento de placer yo recordé que acababa de acostarme en el sillón de mi casa con un completo desconocido, así que el pudor vino a mí y busqué a tientas una mantita que tenía en él para poder cubrirme mientras él se acomodaba a mi lado colocándose sus boxer. Él me miraba sonriendo, lo que me hizo sonreír a mi también.
-¿Por qué sonríes tanto? -le pregunté, el terminó por reírse mientras colocaba un mechón detrás de mi oreja.
-Perdón, pero, ¿vos estuviste en esta habitación hace unos minutos? Es obvio que voy a sonreír -yo me reí y él se acercó a darme un beso- No tenés que tener vergüenza, ya te dije que casi sabés más cosas sobre mí que mi propia madre..
-Me da pudor, te acabo de conocer -me tapé la cara riendo porque estaba sonrojada- Además sólo de pensar en que en cualquier momento puede entrar alguna de ellas, me dan ganas de matarme
-¿Por qué? Yo creo que ellas te dejaron acá muy conscientemente -se apoyó en el respaldo del sofá y me atrajo a su pecho- No te tenés que avergonzar, dale, la pasamos increíble... ¿o no? Yo por lo menos la pasé bárbaro -yo asentí y me dio un beso corto- Y si te preocupa que nos vean acá... Siempre me podés mostrar tu habitación...
Me guió un ojo y yo me reí, me deshice de la manta y le agarré de la mano. Recogimos nuestra ropa y lo llevé a mi cuarto. Pasamos toda la noche juntos, y cuando eran alrededor de las 5 de la mañana nos quedamos dormidos. Aquella era la primera noche que no pensaba en Peter.
Nota: Gracias por vuestros votos, a las que votaron desde el principio y a las que se están uniendo a esta historia. Ayer no pude subir, pero más tarde os subiré otro capítulo para compensar (y podremos saber qué esta siendo de la vida de Peter, un completo desaparecido por aquí). Me encantaría que me comentaseis lo que os va pareciendo la novela y que sigáis compartiendola o recomendandola. Muchos besos! Nos vemos en un rato
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Lo tenga o no
FanfictionNovela laliter. Lali es una joven española que huye a Argentina para olvidarse de su historia con Luis, su ex. Alli se encontrará con el complicado Peter Lanzani. Para Lucía: Eres mi inspiración.