The Voice in my head [destiel]

Castiel

Siguió volando por el aire con sus enormes y hermosas alas negras mientras esquivaba las flechas llenas de veneno de Ángel, que extrañamente era una combinación de sangre de ángel con algunas plantas que solo se encontraban en la tierra.

Sentía que el aire que entraba a sus pulmones no bastaba, era aire caliente que le raspaba la garganta, tenía la respiración agitada y le dolía el cuerpo, sobre todo sus alas. Jamás en su vida había experimentado el dolor.

Una flecha rozó su abdomen, haciendo que Castiel llevara sus manos inmediatamente al área afectada. En este momento de distracción, una flecha se incrustó en una de sus alas por lo que perdió el equilibrio, mientras trataba de no caer e incorporarse rápidamente otra flecha le dio en la otra ala, por lo que se precipitó en picada.

Durante la caída, chocó con un par de árboles que hicieron que las flechas incrustadas en sus alas penetraran aún más.

Terminó en medio de un claro, rodeado de un charco de su propia sangre y Ramas de los árboles. Con sumo cuidado sacó las flechas de sus alas. Caminó hasta un río que estaba cerca y ahí Tiró las flechas y lavo sus alas y la herida en su abdomen.

Caminó sin rumbo, simplemente quería encontrar la salida de ese bosque sin que los cazadores se dieran cuenta de que el estaba ahí, o que al menos seguía vivo.

El veneno comenzaba a surtir efecto, se sentía cansado, le ardía la herida y de esta comenzaba a salir una especie de humo azul. El veneno obviamente tenía cura, una vez escuchó a Gabriel decírselo a Michael, bueno, ni siquiera era una cura, solo una forma de retardar su muerte.

Por fortuna, Castiel logró encontrar todas las plantas que se necesitaban para la "cura" solo le faltaban algunas cosas que se podían conseguir en un supermercado normal.

Castiel había observado a los humanos desde el cielo lo suficiente como para saber que en el bolsillo trasero de su pantalón tenía "dinero" por lo que instintivamente reviso y Efectivamente, entre la ropa de su recipiente había una cartera de Jimi novak con dinero.

Caminó hasta un supermercado y compró una camiseta blanca nueva, y los ingredientes que faltaban de la poción. Si, tuvo unos problemas al administrar el dinero correcto pero después de que una amable mujer le explicó cómo funcionaba eso, logró conseguir todo lo que le faltaba.

Esto de ser humano es tan nuevo para el, por lo que no entendía esa sensación en su estómago, pero la ignoró por completo.

Escuchó la sirena de una ambulancia, y después vio como una pasaba a lado de la calle a toda velocidad y decidió seguirla.

Corrió tras la ambulancia por toda la banqueta hasta que Vio cómo la ambulancia entró al hospital. Sabía que uno de los efectos de la poción era que el sujeto entraba en un estado de coma para que poco a poco comenzará a sanar, por lo que lo mejor sería estar cerca del hospital de una vez.

Se metió en un callejón viejo y lleno de basura y ahí comenzó a revolver todos los ingredientes en un pequeño plato para perros que se encontró por ahí.

- hey chico - lo llamó un hombre con barba y que honestamente olía muy feo - ¿qué haces?

- Emm - Castiel no supo contestar a esa pregunta, no había convivido con los humanos en toda su vida, por eso no sabia prácticamente ni hablar.

- ven - le llamó el hombre. Castiel dejó su poción a un lado y caminó hasta el hombre y se sentó a su lado - pareces un buen chico y no quiero que vayas por el mal camino, no te drogues mijo.

Castiel lo miró confundido, no sabía a lo que se refería ese hombre. Estaba a punto de decirle algo pero su estómago rugió de hambre. El ojiazul se sorprendió por ese extraño sonido proveniente de su organismo.

- ten - el hombre le tendió la mitad de una torta.

- no, no es nece...

- no te estoy preguntando, agarralo - Castiel tomó el alimento y se lo llevó a la boca y le dio una gran mordida.

Jamás había probado la comida, y ¡oh por su santo padre! Es deliciosa. Al parecer el hombre notó la cara que el joven ponía al degustar esa simple comida y sonrío con suficiencia.

Otra sensación nueva que tenía era el frío, jamás había sentido frío y ahora se encontraba ahí temblando. Él amable hombre buscó entre su mochila de cosas y sacó una gabardina beige y se la dió, Castiel se la puso e inmediatamente se sintió más cálido.

- muchas gracias, usted se ha ganado el cielo - dijo Castiel mientras se levantaba y seguía con su trabajo en la poción.

Le dio una sonrisa al hombre y cuando la poción estaba lista, se la tomó.

Escucho que el de la barba le gritaba algo como chico pero pronto su voz desapareció y él se sumergió en una interminable obscuridad.

Se preguntarán, ¿qué hace Castiel en la tierra? Bueno, violó una ley muy importante que era viajar al infierno y aún peor, sacó un alma que merecía estar ahí. También hizo eso en el purgatorio con esa misma alma. Por eso mismo, su padre decidió enviarlo a la tierra. Lamentablemente su padre eligió un lugar lleno de cazadores con veneno de Ángel.

Pero saben, los Ángeles también tienen almas gemelas, y esa alma que Castiel sacó es su alma gemela, aunque ninguno de los dos lo sepa.

Todavía.