Capítulo 12

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Por la mañana Lara abrió los ojos en el pequeño cuarto de invitados de la casa de su padrino, como se había vuelto una costumbre. No se levantó de inmediato como en otras ocasiones, se quedó contemplando la pintura estropeada del techo y recordando las últimas palabras de Charlie la noche anterior. Si bien, se había ofendido por tratarla implícitamente de cobarde, estaba conforme con la decisión tomada. Estiró sus brazos por sobre la cabeza para quitarse la modorra, pero sintió sus extremidades acalambrarse, por lo que detuvo la acción y lentamente se acurrucó un par de minutos más dejando descansar su musculatura. A su mente, vino entonces la preocupación con la que se quedó dormida anteriormente: Bella. No sabía cómo mirarle a los ojos, sentía que en alguna medida la había traicionado, pero no podía asegurar cuál era esa medida. Si bien, tenía claro que amigas no eran, creía haber avanzado en su vínculo con ella, su relación era un tanto más cercana y cordial que en los primeros días de su estadía; y lamentaba mucho que aquello pudiese cambiar ahora que se habían expuesto sus sentimientos por Jacob. Cubrió su rostro con las mantas y rezongó.

De pronto se escucharon dos golpecitos en la puerta de la habitación.

_Lara, ya debo irme_ a continuación masculló Charlie del lado afuera _Hoy me toca turno extenso, por lo que no volveré hasta la noche_

De un brinco Lara se sentó en la cama y escuchó atenta a sus palabras, luego añadió:

_Pensé que no entrabas sino hasta medio día, Charlie_

Entonces escuchó una tenue risita tras la puerta.

_Así es, querida_ respondió de buen humor _Ya es medio día_

_¡¿Qué dices?!_ estalló Lara y de un nuevo saltó terminó bajándose de la cama.

Miró el pequeño reloj de la mesita de noche y efectivamente éste corroboraba las palabras de Charlie.

_¡No puede ser que haya dormido tanto!_ exclamó muy sorprendida.

_Te dejé algo de comer en la cocina_ volvió a agregar su padrino _¡Ya me voy!_

Al cabo de un rato, el que procuró fuera el mínimo, bajó las escaleras con velocidad rumbo a la cocina, su estómago rugía imperioso. Pero alcanzó a dar un paso al interior del lugar cuando se detuvo en seco, Bella estaba allí sirviéndose un vaso de jugo. La primera idea en la mente de Lara fue voltear y volver a su cuarto, mas recordó las palabras de Charlie y permaneció quieta.

_¿Vas a quedarte allí mirándome nada más?_ la interpeló Bella dando un sorbo a su bebida.

_Buenos días_ masculló tímidamente e intentó retomar el movimiento con normalidad.

_Charlie te preparó esa bandeja_ le indicó extendiendo el cuello y volviendo a beber.

_Bella me gustaría..._

_Debo irme_ mencionó luego del último sorbo y dándole la espalda sumergió el vaso bajo el chorro de agua del lavadero _Edward me invitó a comer a su casa_ agregó habiendo terminado, viéndola de frente otra vez y caminando hacia la salida.

Sorpresivamente Lara dio un paso hacia su costado obstaculizándole el camino a Bella.

_¿Qué pasa contigo?_ reclamó un tanto molesta.

_Por favor, dime todo lo que quieras_

_No tengo nada para decirte_

_Estoy segura que sí_ insistió _Por favor, dímelo, aceptaré todo lo que tengas para decirme_

Ocaso de MediodíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora