Platicamos durante mucho tiempo y ahora vamos en un taxi de camino a mi casa, le hablé de mi hijo y lo quiere conocer.
Esto es un paso muy largo y eso me emociona, porque esto es lo que quiero, estar con ella, contarle todo y que sepa de mí, ella y estoy más que seguro, y tal vez lo he dicho muchas veces y lo seguiré diciendo, es el amor de mi vida.
Me sudan las manos, ya casi llegamos y espero mantenerme como voy y no comportarme más adelante como un gay, muchas veces los nervios me traicionan.
Le indico al conductor dónde detenerse y así lo hace, Viviana se baja mientras yo pago, agradezco y me bajo, camino hasta llegar a su lado, sonrío, saco las llaves de mi bolsillo derecho y cuando estoy a punto de meterlas a la cerradura, esta se abre y Natalia aparece bien vestida con una sonrisa que al ver a mi acompañante se le esfuma.
-Te estaba esperando- aparta la mirada y agacha la cabeza.
-¿Interrumpo algo?- interroga Viviana mientras intenta mirar hacia el interior de la casa.
-No, solo que le había preparado una cena, pero no es de importancia- nos repara por unos segundos, da la espalda y desaparece por el pasillo.
-Ashton, es mejor que yo me vaya, come con ella, ya conoceré a tu hijo después- hace un ademán con su mano y se aleja.
-Lo llevaré mañana a la librería, ¿irás?- grito para que me escuche.
Vuelve a mirarme, ríe y me guiña un ojo.
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10 de cada mes
Teen Fiction10! Espero éste número con ansias. ¿Por qué? El 10 de cada mes, veo aquella chica misteriosa que me quita el sueño. Aquella chica que siempre lleva un diferente color de cabello y una expresión neutra. Muchas veces pasa con un libro en sus manos o...