Pupa [EN EDICIÓN]

Capitulo I: The beginning of destruction.

Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvado y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y, entonces, vendrá el fin.

Si el mundo estuviera preparado para el fin, ¿cómo terminaríamos?

En sí, sólo somos partículas diminutas que son consideradas parásitos para la misma tierra, nos alimentamos de ella. Desde el inicio de los tiempos, los hombres han estado en guerra buscando territorios y sometiendo gente, haciendo lo que les plazca y destruyendo lo que se le fue otorgado. Entre guerras, muertes y asesinatos, nos hemos ido elevando en la cadena alimenticia considerados como los depredadores grandes, ¿sí? Quién sabe.
Desde que descubrimos la tecnología, lo único que hemos hecho es deteriorar más éste moribundo planeta, sin preocuparnos por lo demás, sin tomar en cuenta la vida de especies, sin tomar en cuenta incluso la vida de otros humanos.

Este planeta grita, llora; los humanos que no tienen nada son tratados como basuras, desperdicios, y, mientras más aumenta la tecnología, más aumenta el dolor. Sumando a eso, también están cosas como la envidia, el odio, los  celos, la lujuria, la avaricia, todo eso y más ha ocasionado lo que está pasando ahora. Entonces, volviendo a la pregunta, si el mundo estuviera preparado para el fin, ¿cómo terminaríamos? Lo más probable, y por lo tanto obvio, es que lo merecemos. Después de todo, se trata del inminente fin, pues el ser humano aún cree que gracias a la tecnología vencerá a la muerte. ¿No es la estupidez más grande que han escuchado?
Sólo la extiende por un par de años, eso es cierto, sin embargo aquello también se esfuma en un abrir y cerrar de ojos igual que sus vidas. Muchos pedirán perdón, se arrodillarán e hipócritamente gritarán el nombre de Dios en vano, pecando. Se llevarán la mano al pecho y reclamarán, sacarán a flote todas sus virtudes y, como siempre, terminarán exagerando, creyendo así que serán perdonados.
Qué iluso es el ser humano.

—Oye West. —Gilbert caminaba al lado de su hermano menor, el cual estaba muy agotado. La reunión, como siempre, fue un griterío lleno de desastre y cosas volando, lo usual. ¿Por qué "Prusia" estaba allí? Tal vez porque la superiora de éste lo ve como un vago que sólo obtiene dinero de su nación, después de todo, Prusia ya no existe y Gilbert no es nada ni nadie—. ¿Te encuentras bien? Últimamente has estado muy exhausto —señaló—, no quiero verte enfermo, ¿no es genial que el grandioso yo se preocupe por un grandote como tú? —dijo con aires de grandeza.

Alemania contuvo un suspiro.

—Estoy bien Bruder, es sólo el cansancio de trabajar. —Los países eligieron que la reunión sería en territorio alemán. La superiora de Alemania era perfeccionista, no dejaba ningún clavo suelto y éste tenía que lidiar con países absolutamente inmaduros que no ayudaban en nada, sólo causaban más y más problemas, al igual que dolores de cabeza monumentales. Estaba harto de eso.

—Bueno, aprovechemos este pequeño descanso pa-... —Se interrumpió a sí mismo, pues un oficial se le acercó a susurrarle algo a su hermano, interrumpiéndolo. Gilbert apartó la mirada dolido, siempre lo excluían de todo y ésta no era la excepción.

—¡¿Que?! —No pudo evitar alzar el tono de voz y exaltarse, asintió a lo que el oficial dijo—. Vamos, lo siento Bruder —habló de manera rápida y hasta entorpecida, saliendo luego prácticamente corriendo tras el oficial.

—Otra vez solo —susurró de manera cansada y molesta—. Iré a fumar —anunció para sí y luego se dedicó a caminar por los pasillos silencioso. Últimamente el estado de animo del ex prusiano estaba por los suelos y no tenía siquiera a su hermano para estar.

Salió del edificio, sentándose en una de las gradas para luego sacar sus cigarros, dispuesto a prender uno cuando se dió cuenta de que una mujer tambaleaba. Por un momento pensó que estaba ebria así que no le prestó atención, hasta que ella cayó al suelo. Su vista se posó en ella detenidamente, notando que algo negro y viscoso salía de su cuerpo; alarmado se acercó a ésta.