Capítulo 12

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- ¿Me esta escuchando herr Dietrish? - dijo el hombre se pelo canoso y gafas redondas llamando mi atención. Asentí a pesar de no haber escuchado gran parte de su palabrería. Frente a mi estaba un profesor de la universidad para hacerme una evaluación psicológica y ver si estaba en mis cabales para entrar en la carrera de medicina. Cursaba ya el último año escolar, estaba a unas semanas de salir y desligarme de la escuela, tal vez la extrañaría, tal vez no; el hombre del cual no me acordaba su nombre o apellido siguió preguntando y hablando sobre los beneficios de la medicina en la actualidad y las ventajas de poder ayudar al gobierno nacionalsocialista.

Al finalizar la entrevista y pasar con excelente puntuación salí del recinto viendo el verdor del campus que rodeaba la facultad de medicina, estábamos en marzo de 1939 y ya había comenzado la primavera aunque el frío aún persistía. Caminé sintiendo el aire fresco en mi rostro, habían muchas personas caminando de un lado a otro o sentados en grupos sobre el pasto. El viento fresco de primavera movía mi pelo volviéndose una maraña de rizos rojizos, escuché no muy lejos el sonido mecánico de una cámara, miré por instinto y vi como un joven tomaba fotografías en mi dirección, bajó la cámara cuando se dio cuenta de que lo miraba con el ceño fruncido y una mueca disgustada.

- Perdón es que me gustó como se movía tu cabello y tu ropa. Fue una gran toma. - dijo el muchacho algo avergonzado con un extraño acento. - Soy Erik Westergard, mucho gusto.

- Hola. No deberías andar tomando fotos a desconocidos. - le dije después de un apretón de manos, tenía un excéntrico traje morado y un pañuelo negro en el cuello. Se veía como un personaje salido de un cuento, de un cuento sexy. Tenía el cabello color chocolate lacio, le llegaba a la mandíbula y parte del cuello, sus ojos eran de un verde tan claro y sus labios finos y fibrosos parecían cerezas.

- Si, tienes razón fue algo estúpido. - dijo el castaño luego de alizarse el pelo con la mano. - Pero valió la pena, tengo una gran foto, emh...

- Cyril.

- ¿Estudias aquí? No te había visto antes. - dijo mientras guardaba la cámara en su bolso de cuero marrón.

- No, todavía. - le dije no sabía en que momento había comenzado a sonreír.

- Bien. Pues yo doy clases de anatomía, tengo unos días que comencé. - me sorprendí al escucharlo.

- ¿Eres profesor? - le pregunté sorprendido, la verdad era que parecía tan joven que no me imaginaba que podía ser un profesor, parece un estudiante.

- Si. Bueno, fue un placer conocerte y gracias por la foto. Sería muy interesante tenerte aquí.

- De acuerdo. - El castaño se despidió con un gesto y una sonrisa en su aniñada cara, todavía conmocionado por ese personaje me fui a casa.

Al llegar a casa lo primero que sentí fue el fuerte aroma del tabaco que venía desde el salón del piano, se escuchaba el tocadiscos sonando con música clásica, eso me decía que padre no había ido a trabajar ese día, subí las escaleras y me encerré en mi habitación, poco después Oscar entró, se veía incómodo pero sonreía.

- ¿Como te fue en tu entrevista?

- Bien, me dijeron que las clases para los de primer año empiezan en septiembre.

- Es mucho tiempo.

- Si.

- Greta esta embarazada. - sólo lo dijo mirando al piso, yo lo miré sorprendido.

- Pero... ¿no te vas a casar en un mes?

- Si y no se que hacer. - dijo con desesperación caminando de un lado a otro.

Cyril 1920Donde viven las historias. Descúbrelo ahora