-Las mujeres son un trofeo hijo- decía - ellas son el más bello adorno que podamos conseguir.
-Lo se padre, lo has repetido tantas veces - dice Katashi.
-Y tengo razón, por eso este año será un buen año - dice el padre de Katashi levantando su copa- este año tu, tu hijo mío - lo toma de los hombros- tu obtendrás esa bella joya que te falta y así te convertirás en el líder de nuestra compañía, me sucederás- ríe abrazando a su hijo- pero antes de eso, debes ir, salir y probar todos los placeres que ofrece esta vida por que después, después de que comience el gran evento que nos espera, no podrás hacerlo más.
-¿Dices que salga? - pregunta Katashi.
-Si hijo, ve, come un banquete, bebe y luego disfruta de la compañía femenina- le guiña un ojo- disfruta quitándole el brillo a una joya pérdida allá afuera.
-Vaya consejo- dice Katashi con sarcasmo alejándose de su padre.
-No me hables así Katashi, me debes respeto y te debes respeto ¿acaso no eres hombre para hacerlo? - pregunta molestando lo.
Se acerca a su hijo y lo mira de frente.
-Demuestra me que eres digno de ser mi sucesor, no seas un cobarde como tu hermano- dice soltando su odio- si, tu hermano es la vergüenza de esta familia, rebelde maldito, se negó a participar en esto, saliendo de mi empresa y de mi vida - dice molesto.
-Pero ahora con la ayuda de mi tío, él es un hombre importante de negocios, tan digno que esta dentro de nuestro mundo- dice Katashi.
-Aún así, ese maldito no es mi hijo, maldito Yoshio, le deseo lo peor- dice su padre con irá.
-Basta padre, solo te dañas a ti mismo - aconseja Katashi.
-Pero tu hijo, tu seras mi orgullo, él que me llenará de honor y gloria, casándote con la ganadora del concurso, obteniendo la mejor joya de todas- dice sonriendo- por eso te doy la libertad de ir y disfrutar por estos días buena comida, bebida y compañía, ve hijo, ve- lo empina hacia la entrada con suavidad.
Katashi sin más remedio, con toda la responsabilidad que su padre había puesto en él, se va de ahí.
Toma su auto y se encamina a la ciudad.
-Ya quedó querida, tus padres serán atendidos y no deberás pagar- dice Kusakabe- por ahora debes pagar con tu primer cliente.
Miho no podía creer lo que haría, era un error pero un error del que ya no podía salir, era tarde, había arruinado su vida.
-Vaya suerte la tuya, acaban de solicitar una joven y esa serás tu- dice Kusakabe- siéntete orgullosa, es un cliente que viene por primera vez- la alienta- debes hacerlo sentir muy bien, por que solo así, volverá.
Una chica viene y se lleva a Miho a un cuarto para cambiarla de ropa, el cliente había solicitado que la joven estuviera vestida de kimono, con el pelo recogido y un maquillaje natural.
Miho no estaba en si mientras era arreglada, no podía creer lo que estaba sucediendo, acababa de vender su alma, su honor y dignidad. Sería su primera vez con un hombre y seria con uno desconocido y quien sabe como luciría.
Un auto la escolta a un hotel de lujo, ahí la deja con el número de habitación.
Ella sube al ascensor como mecanizada, no estaba en sí, el miedo comienza a subir cuando se encuentra frente a la puerta de la habitación.
Toca una vez y abren sin hacerla esperar.
-Si qué tardaste - dice un joven apuesto con la camiseta abierta y un evidente olor a bebida.
-Entra- dice jalando la de la mano y llevándola al dormitorio- que esto acabe de una vez- la empuja a la cama mientras que Miho seguía sin salir del shock.
Katashi, el joven que la contrató, se sube encima de ella y siente su aroma. Se acerca a darle un beso en el cuello.
Cosa que saca a Miho del stock, al verse en esa horrible situación, comienza a derramar lágrimas sin poder contenerlas.
Katashi se da cuenta de eso y se sorprende.
-¿Qué pasa contigo? - pregunta molesto - es poco profesional - dice regañando la.
-Lo siento yo no puedo - dice Miho poniéndose de pie.
Katashi la toma de la mano deteniendola- tu no eres nadie para dejarme así, ven y cumple con tu trabajo- la tira contra la cama y se abalanza sobre ella.
Ella comienza a rogar por su libertad con lágrimas en los ojos.
Katashi nota esa reacción y siente el remordimiento - yo- dice levantándose - ya vete- le dice echándola de ahí.
Miho se para y se apresura a irse, pero se detiene en la puerta, si salia de ahí el seguro de sus padres dejaría de existir, probablemente su madre moriría y su padre se lo recordaría siempre, la culparia por eso, además que había firmado el contrato, en el estipulaba claramente que si ella huía sería perseguida y debería pagar lo que se gasto en ella como de lugar.
Miho vuelve al dormitorio y ve al joven que la contrató , no importaba quien era o como lucía, debía cumplir con lo que prometió.
-¿Qué haces aquí? - pregunta Katashi molesto - dije que te fueras- dice poniéndose de pie.
-Perdone señor, estaba nerviosa, yo no pensaba- decía Miho.
-¿Nerviosa? - pregunta Katashi con sarcasmo- como podría alguien como tú sentir eso, tu no tienes vergüenza, tu no vales - dice soltando su odio.
Miho siente tanta vergüenza que le era difícil verlo a la cara, a pesar de que aún no había hecho nada, él tenía razón de y negarse no funcionaria.
-Pero debo admitir que eres muy bonita- dice Katashi sorprendiendola- de haberte conocido en otra circunstancia, te habría tomado por esposa- dice riendo- pero olvidemos lo que pasó y ven aquí.
Miho se acerca lentamente con pena.
-Enséñame como complaces a tus clientes- dice con tono borracho - debes tener muchos ya que eres bonita.
-Señor, lamento decepcionarlo pero- dice Miho- jamas he estado con nadie antes, no sabre complacerlo como espera.
-¿Qué dices? Aparte de una pérdida, eres mentirosa- dice Katashi.
-No señor, se que puede ser imposible de creer, pero apenas inicie en este trabajo, usted es mi primera cita - dice Miho excusándose -el señor Kusakabe debió decirle.
-Ah, ahora que lo pienso, si él mencionó que me daría una nueva - dice Katashi- por eso el mal nacido me cobró una fortuna por ti - dice riendo- bueno entonces dime con cuantos te has acostado hasta ahora- pide.
-Lo siento, pero esa respuesta es la misma - dice Miho- yo no he estado jamas con nadie usted sería el primero.
Katashi ríe con tanto placer- vaya, vaya, me dices que eres tan pura como una doncella, que parece broma- dice riendo- bueno, te tomaré la palabra, ven aquí.
La toma de la mano y la pone sobre la cama, comienza a besarla en el cuello, mientras que Miho temblaba con los ojos cerrados, sin disfrutar nada el momento.
Katashi la mira y lo nota, al verla tan tímida, no podía continuar. Miho abre los ojos y ve directamente los de Katashi.
Ambos sienten esa corriente recorrer por su cuerpo, una atracción uno por el otro.
Katashi ve que no mentía, no había rastro de que alguien ya hubiese puesto una mano en ella, se sentía tan raro de hacer eso. Él había estado con muchas mujeres, todas con experiencia, pero ella, era totalmente diferente. Simplemente no podía tocarla...
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Un objeto sin valor
RomanceMiho, una chica de 18 años que por problemas económicos se ve orillada a convertirse en prostituta. Pero en su primera cita, conoce a Katashi, un joven de la alta sociedad que la intentará transformar en una mujer de su clase, terminando enamorado d...