"Empieza la farsa"

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-Jamas conocí a nadie de la clase alta- dice Miho sentada a lado de Katashi .
-Debes sentirte honrada, no sólo soy de ahí, soy el hijo de uno de los líderes de las más grandes compañías - dice Katashi orgulloso de si mismo- pero este año, me convertiré en líder.
-Vaya, suena mucho trabajo y responsabilidad - dice Miho- y ¿Qué pasará con tu padre? - pregunta.
-Él no es problema, el problema es que ya cumplí la mayoría de edad y debo casarme- dice Katashi soltando un suspiro- debo ser quien gane el corazón de la mujer perfecta.
-¿Mujer perfecta? - pregunta Miho- no entiendo lo que dices.
-Claro que no, eres como una plebeya, no sabes nada del mundo- dice Katashi burlándose - cada año, hay un evento en la isla más bella del mundo, ahí las mujeres de familias importantes o por lo menos reconocidas, participan en un concurso, en el cual deberán demostrar todas las habilidades que una mujer debe tener- cuenta- ella debe ser perfecta, debe ser deseada por los pretendientes- dice mirando el techo - los pretendientes somos los hijos de todas las familias de ahí, según el lugar que tengamos, debemos escoger a la mejor.
-Y tu al ser un futuro líder, debes escoger a la ganadora - dice Miho.
-Si- Katashi la mira- debo tener la mejor de las joyas- dice.
-¿Y que debe hacer una para ganar? - pregunta Miho.
-De todo, cocina, limpieza, deporte, algo de lucha, cosas de mujeres, pero también debe demostrar ser muy inteligente y hermosa - dice Katashi.
-Sueña muy fácil de ganar- dice Miho- son cosas que una hace cada día.
-Suenas segura de ganar - dice Katashi- probablemente lo harías- la mira sonrojarse - si fueras reconocida por alguien - dice sin pensar.
De pronto se le viene una idea a la cabeza, todas las familias se enorgullecian al decir que sus hijas eran como diosas, que todo lo podían y todo lo sabían, que eran superiores a cualquier joven. Él estaba cansado de oír esa basura, cualquiera podría ganar, por ejemplo Miho.
-Dime algo - pide Katashi - ¿te gustaría participar? - pregunta.
-Eh- dice Miho sin terminar de entender entender- ¿yo? - pregunta con duda- pero si dijiste que solo son señoritas de clase, yo no.
-Pero podría transformarte en una- dice Katashi interrumpiendola- solo necesitas ser pulida y brillarás- dice mirandola.
-No puedo- dice Miho- no quiero casarme con nadie.
-Vamos, acepta - dice Katashi - así no tendrás que acostarte con nadie, serás una señorita - la anima- puedes irte luego si deseas, no debes casarte si no quieres - dice tomándola del mentón - o me dirás que prefieres seguir siendo una prosti.
Miho le tapa la boca, a pesar de que sabía bien lo que había decidido ser, no quería oírlo - esta bien, acepto - dice.
Katashi le toma la mano y la jala hacia el para mirarla más de cerca- mañana empezamos con tu transformación - dice mirándola muy de cerca- en verdad eres muy bonita.
Miho se aleja por los nervios que sentía.
-¿Y ahora que? No me dirás que tampoco te han besado- dice mirándola sonrojarse y ocultando el rostro- vaya, si que eres una rareza, señorita Miho- dice sorprendiendola - entonces esperare.
-Bueno pero no puedo ir contigo todo el tiempo, debo trabajar de alguna manera, me despedirán eso es seguro - dice Miho con pena.
-No te preocupes, pagaré tus servicios por todo el tiempo que estés conmigo, así nos podremos ir sin ningún problema - dice Katashi- porque no dormimos y mañana empezamos en tu transformación - sugiere.
-¿Dormir contigo? - pregunta Miho tartamudeando- yo no se, es raro- dice nerviosa.
-No te haré daño, prometo no tocarte- dice Katashi- ahora duerme o me arrepentire de la propuesta - amenaza.
Miho del miedo que sentía, se recuesta e intenta dormir, aunque eso era casi imposible, por el miedo que sentía.
Kakashi no podía creer que había aceptado no tocarla, le creía y no sabia porque, hasta sentía afecto y pena por ella. Termina dormido con la idea de que ella podría ganar el concurso y luego de que lo hiciera, les revelaría que era una simple prostituta y que esa prostituta, acababa de humillar a todas su perfectas hijas, sería algo épico y cómico, la broma perfecta.
A la mañana siguiente, Kakashi lleva a Miho a comprarle ropa nueva, después de hacer una parada para informar al señor Kusakabe de la situación, van a las más elegantes galería para vestirla de pies a cabeza. Luego un salón de belleza y después una agradable velada en un restaurante.
Kakashi no paraba de sonreír al verla, no podía creer que ella podía volverse tan hermosa, más de lo que se escondía antes.
-Por favor deja de mirarme así - dice Miho sonrojada.
-No me des órdenes, por el tiempo que estemos juntos, harás lo que diga- dice Katashi- ahora come, celebremos el triunfo.
-Yo no puedo entenderte, pagaste mucho dinero por mí y gastaste dinero en mí - dice Miho.
-Ya te dije que es mi deseo, además estamos en una cita- dice Katashi-ya pagué por ti, deja de quejarte que acaso ¿quieres que me arrepienta? - pregunta haciéndose em ofendido.
-No, no, estoy agradecida pero no me siento bien recibiendo tanto- dice Miho.
-Ya basta, sonríe y siéntete feliz de estar conmigo, soy bien parecido, listo y rico, no debes quejarte de nada- dice Katashi.
Miho decide hacer lo que dice su nuevo dueño, a pesar de que parecía algo cruel, era bueno.
Faltaban tres días para que Kakashi volviera a su casa, de ahí partirán a la isla y de ahí al evento.
En esos días, él le enseña modales, buen comportamiento, digno de una señorita de la alta sociedad.
Antes de partir, Miho llama a su padre explicándole que consiguió un trabajo y que debía viajar, sin preguntar porque o cual trabajo era, su padre acepta.
Kakashi decide viajar en un avión aparte de su familia, aun no quería que ellos conocieran a Miho. Ella llegaría acompañada de unos escoltas y sirvientes, como si fuera una princesa, sería presentada como la hija de la familia Tsugo, hace años que esa pareja había fallecido sin dejar descendencia, su fortuna había desaparecido sin dejar rastro que seguir. Así que la idea era perfecta, ella pasaría por la heredera de esa fortuna y apellido.
-Al llegar a esa isla, dejarás de ser una plebeya - dice Katashi- serás una doncella...

Un objeto sin valor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora