SÓLO TÚ

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Me sentía débil cuando la miraba. Me susurraba la conciencia lo bien que habia hecho dejándola escapar. Irónicamente, como le gustaba hablarme.

Sentía en mis ojos el peso de las noches en vela a causa de aquellas caderas que tantas noches me hizo renunciar al sueño. Notaba en mi cuerpo que se aflojaba cuando su olor rozaba el contorno de mi espacio.

Me sentí perdido, como mi mirada, cuando recordaba que ya nunca sería. Por lo que pudo ser y no fue. Nunca comprendí que era desnudar una mujer realmente. Hasta que la vi llorarme. También aprendí, que nunca me había desnudado nadie. Hasta que me vi llorarle.

Cuando nos encontramos, pude sentir el choque de nuestros deseos encima de esa mesa de billar.
Cómo le haría el amor.
Cómo la haría amarme.
Cómo la amaba.

Por si no vuelvo a verla, dile que nunca quise a nadie como ella. Que sólo su perfume hacía sentirme como en casa.

POR EL QUÉ AMARÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora