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Dedicado a -thebeatles,agradezcanle  la actualización doble a ella.

Annabeth soltó rápidamente a la esclava, y sin mirarla una segunda vez corrió donde su madre.

Hera estaba sentada tranquilamente en su despacho, en una de sus manos sostenía una fina copa de vino mientras que la otra estaba posada sobre el apoyabrazos del sillon donde reposaba su majestuoso cuerpo.

– Madre– La princesa le dedicó una reverencia mientras se acercaba a la muerte que le dio la vida.

– Hija mía, mi bella creación, desea contarme algo?– Pregunto antes de llevarse la copa a la boca y darle un sorbo a su vino.

– De hecho... Sí– Contestó mirándola a los ojos–Eh descubierto algo que puede servirles a usted y a mi padre.

– Cuéntame – Pidió haciéndole un gesto para que se acercase 

La rubia dio unos pasos más cerca de la reina, se inclinó sobre esta y le contó al oído.

– Nuestro esclavo, quien posee el nombre de Nico, es hijo y segundo heredero del rey romano.

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Zeus miraba fascinado a la pequeña criatura que poseía los mismo rasgos finos que la persona que amo el la juventud.

Que probablemente aún seguía amando.

Nico le devolvía la mirada, sus ojos estaban nublados de miedo por lo que podría pasarle en manos del rey, pero su orgullo le impedía soltar lágrima alguna.

Zeus acercó su mano a la mejilla del ángel encadenado y lo acarició.

– Eres tan hermoso como Hades– Le susurro, cuando confusión en el menor.

La puerta se a abrió, sobresaltandolos a ambos. Zeus miró en dirección a la puerta y miró curioso a su esposa.

– Mi rey– Comenzó la reina– este niño es...

– El hijo de Hades– Completó Zeus– lo sé.

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Estaban sentados, uno frente al otro, mirándose fijamente, lo único que los separaba del otro era la redonda mesa de madera que tenían enfrente. Se miraban y trataban de decidir el futuro de la pequeña criatura esclavizada que tenían al lado.

Nico no se sorprendió viendo como dos personas decidían su futuro.

– Qué haremos?– Preguntó Zeus buscando consuelo en su esposa, normalmente él saldría con un plan y nada ni nadie lo detendrían de ponerlo en marcha, pero en ese momento se encontraba completamente bloqueado.

Hera lo miró, los ojos brillando con malicia e inteligencia.

– Qué no ves la oportunidad que este retoño nos está brindando?– Preguntó sonriendo con entusiasmo.

Zeus la miró sin comprender a lo que se refería, la observo esperando que ella le explicase.

Hera rodó.

– Hades nos echó de Roma, seguramente ya nos desterró definitivamente– Comentó fríamente– perdimos los negocios que teníamos con la ciudad y ya nos mandará más soldados, probablemente siquiera se digne a devolver los que nosotros le enviamos– Su tono se volvía cada vez más frío, hasta que terminó aquella frase y sonrió mirando a su esposo– pero podemos volver a obtener todo aquello, hasta podríamos demandar más.

– Sigo confundido – Susurro Zeus un tanto perdido.

Hera sonrió y se inclinó sobre la mesa, mirándolo fija y manipuladoramente.

– Es simple, si casamos a la criatura de Hades con uno de nuestros hijos, si lo convertimos en consorte de alguno de nuestros hijos, tendremos lazos que ni el mismo Hades podrá romper – Sonrió con malicia. 

Zeus miró a Nico , el cual lo miraba mientras negaba suavemente con la cabeza.

Zeus, por orienta vez, estuvo de acuerdo con su esposa.

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Jason entró a la oscura habitación.

Leo se encontraba hecho una bolita en un rincón.

Jason sonrió con ternura y se sentó al lado del menor, lo atrajo hacia sí y lo envolvió en un protector abrazo.

Tal vez era muy pronto para que sintiesen amor por el otro.  

Pero tal vez el amor a primera vista existiese.

Y tal vez estuviesen en un tiempo donde amabas fuerte,  rápidamente y con locura a alguien, o la muerte te encontraba  antes de siquiera saber lo que significaba esa palabra.

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