Capítulo V.

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Era un día más de escuela para el par de gemelas, quienes ahora se encontraban en las canchas disfrutando del receso y comiendo su extraño, pero rico, lunch. La mayor se despidió de su hermana para ir en busca de una de sus amigas, una chica algo fría y cortante, pero al parecer a Mai le había caído muy bien.

Una vez que la oji violeta de cabellos largos se fue, su gemela decidió caminar por la escuela, se podría decir que no tenía muchos amigos, a excepción de los chicos que había conocido en el campamento, pero era muy rara la ocasión en la que hablaba con ellos.

-Pero miren a que bicho raro tenemos aquí.

Una voz conocida para la peli plateada se escuchó desde lejos, haciendo que la chica parará de golpe y dirigiera su mirada hacia la dueña de aquella voz, la cual no tardó en estar frente a ella.

-Hola Luna.- habló sin ganas y levemente irritada la de orbes violetas. -¿Cómo estas?. - aunque trataba de ser amable, era más que notorio su desinterés en hablar con la pelirroja.

-Yo muy bien, pero veo que tú sigues siendo igual de rara.- sonrió descaradamente para acercarse un poco más a la peli plateada. - ¿o me equivoco fenómeno?. - susurro a su contraria.

-No... - suspiro. - creo que esa es mi mayor cualidad.- respondió relajada y sin prestarle tanta atención al insulto.

La sonrisa se borró del rostro de la pelirroja al oír la respuesta de su contraria, se alejó enfadada por no haber logrado bajarle el autoestima; pero la seriedad no duró tanto tiempo, ya que se volvió a dibujar esa sonrisa descarada en su rostro, el cual indicaba sus malévolas intensiones.

-Siempre tan graciosa.- habló la pelirroja con un tono de voz dulce y a la vez tan escalofriante. - Vamos, quiero mostrarte algo.- la de orbes violetas alzó una ceja denotando su confusión, pero, aunque conocía muy bien lo grosera e irrespetuosa que podía ser su compañera, no se negó a seguirla.

Ambas caminaron de vuelta a las canchas, acercándose a un rincón donde se encontraban los cómplices de la pelirroja; a la peli plateada le dio mala espina, pero no trato de irse, al contrario, caminaba en dirección al grupito de amigos como si no supiera lo malos que podían ser.

-¡Chicos!. - Gritó la de orbes verdes captando la atención de sus compinches. -Miren a quien traje. - dijo señalando a la peli plateada. - Creo que deberían... Saludarla.

Los chicos que se encontraban reunidos no hicieron más que mirar a la de orbes verdes y sonreír con malicia, se notaba que traían algo entre manos; la oji violeta trago saliva al ver como los compinches de la pelirroja se acercaban.

-Veo que estas sola.- habló uno de los chicos, uno alto con un parche en el ojo y de cabello negro con mechones blancos.
-¿Dónde dejaste a la loca?.

-¿Mai?. - respondió seria la de orbes violetas. -Con sus amigos.- se cruzó de brazos, dando a entender que no la intimidaban.

-Ya veo. - una mueca de desagrado se dibujo en el rostro del azabache. -No me sorprende que tú no los tengas, ¿quién en su sano juicio se juntaria con un fenómeno como tú?. - habló con descaro, siendo seguido por risas burlonas de los presentes.

- Je... - embosco una sonrisa. -No puedo discutir eso, ella siempre ha sido más sociable.- lo miro directamente a los ojos. - y... ¿sabes? No me molesta en absoluto.

El chico ya no aguanto más, era clara la furia que sentía al ver a la oji violeta tan calmada y confiada, a él y a su grupo de amigos les fascinaba hacer sentir inferior a los demás, pero por algún motivo nunca conseguían eso con la de orbes violetas menor. Sin opción, el chico no hizo más que empujar bruscamente a la peli plateada directo a un charco de lodo, quien a su vez calló a éste salpicando a todos a su alrededor.

Escapemos Juntos. (Springtrap x Puppet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora