Era una tarde acogedora, con un clima perfecto; el sol brillaba pero no con tanta fuerza, sólo lo adecuado para brindar luz y calor necesarios. Todos disfrutaban de el hermoso día, a excepción de algunos.
La de orbes violetas menor estaba en su habitación, sentada en su cama tapada de la cintura a las piernas con las sabanas, leyendo un libro tranquilamente y con un café en su mesa de noche. Una vez más había faltado a la escuela. Se había ganado un potente resfriado gracias a que había caminado bajo la lluvia el día anterior.
Miro el reloj, ya marcaba la 2:05 p.m, faltaba poco para que las clases acabarán y su hermana regresara; regreso a centrar su atención en el libro, "La Fuerza de Sheccid", una historia llena de amor, tragedia, historias personales y de más, últimamente le interesaba leer ese tipo de libros. Pronto el reloj marcó la hora esperada, su hermana no tardaría en venir y así fue.
La chica pudo escuchar el abrir de la puerta, al igual que algunos susurros, probablemente su gemela había invitado a alguien, oyó los pasos subir por las escaleras y acercarse a su habitación; otra vez susurros, definitivamente había alguien más acompañando a su gemela.
-¿Puppet?. - la mayor abrió la puerta asomando la cabeza, divisando a su hermana.
-Hola. - respondió su contraria dejando de lado el libro que leía.
-¿Cómo te sientes?. - siguió con la conversación desde su posición.
-Mucho mejor, ¿qué tal la escuela?. -
-Bien, no tuvimos mucho trabajo hoy. -
-Que bien... -
-Sí... - se oyó un susurro detrás de la peli-plateada mayor, haciendo que esta girará para hablar con la persona a su lado.
-Emm... Puppet. --Dime. - respondió la nombrada tratando de descubrir quién era la otra persona, más no lo lograba.
-Alguien quiere verte. - dijo de manera pícara la mayor. Su gemela alzó una ceja, no entendía el comportamiento de su hermana.
La mayor de las gemelas abrió por completo la puerta, revelando a la persona que estuvo anónima tras esta todo el tiempo; la menor abrió los ojos como platos, mientras un sonrojo se apoderaba de sus mejillas, pues frente a ella tenia a su mejor amigo, si así lo podía llamar, Springtrap. El chico sonrió apenado mientras se rascaba la nuca, y la sobrante sólo sonreía divertida.
-Hola... - habló el rubio.
-Hola. - respondió la chica en la cama, avergonzada ya que seguía en pijama.
-Bueeeeeno. - la mayor se posicionó detrás del chico. -Yo tengo cosas que hacer, así que...-
lo empujó hacia adentro de la habitación. - los dejo a solas.- y sin más cerró la puerta dejando a la pareja dispareja sola.Un silencio se apoderó de la habitación, el ambiente era tenso, ambos chicos no tenían ni la menor idea de que decir para acabar con tan incomodo momento. ¿Por qué siempre se sentían así cuando estaban juntos? Era la pregunta que rondaba la cabeza de ambos individuos.
-Y... - una vez más el rubio rompió el hielo. - ¿Cómo estas?.-
-Bien.... Resfriada. - respondió sacándole una risa a su contrario.
-Tu hermana me dijo que estuviste bajo la lluvia ayer.- se acercó a la chica y se sentó a su lado. - No es coincidencia que estés resfriada. - ambos soltaron una pequeña risa ante el comentario.
-Lo sé, lo sé. - la chica tomó el libro que había dejado de lado hace unos minutos, y lo colocó junto a otros en una repisa.
-Wow, tienes muchos libros. - menciono asombrado el rubio.
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Escapemos Juntos. (Springtrap x Puppet)
FanfictionAmbos chicos se enamoran uno del otro, demostrando que para el amor no importa el físico, ni las clases sociales; pero para estar juntos tendrán que pasar diversos obstáculos y escapar de sus oscuros pasados. (Springtrap x Puppet) [Créditos a: Ed00...