Declaración de Guerra

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La noche era fría y quieta. Por la ventana se podía ver las estrellas que rodeaban a la Atalaya y sin embargo en el interior de tan celebre fortaleza una tormenta se desataba.

Los casi gritos por parte de uno de los partícipes despertaron a los destacados personajes que presumiblemente dormían en su interior, que inquietos por aquella disputa que con cada segundo subía de intensidad, se asomaron tímidamente para ver quiénes a horas poco apropiadas discutía tan airadamente.

Para más de uno fue enorme la sorpresa al saber que el siempre calmado Batman era parte de la trifulca.

—Si quieres pelea, entonces la tendrás. —Esa fue la frase que dio pie a que todos los que como espías observaban a escondidas contuvieran la respiración sintiendo de inmediato como se les erizaba la piel de todo el cuerpo.

Temían por aquel a quien a quien estaba dirigida esa amenaza porque había sido pronunciada con tanta frialdad que cualquiera diría que se trataba de una declaración de guerra.

—No es eso lo que busco y lo sabes —refuto de manera firme la voz masculina, porque no deseaba creer ni por asomo que Batman estaba dispuesto a llegar a esos extremos solo por una simple petición suya.

Los oyentes se quedaron paralizados al reconocer quien hablaba pues se trataba ni más ni menos que del gran hombre de acero. Quien discutía con Batman era Superman.

Ante tal argumento por parte del Boy Scout de metrópolis los ojos del Caballero de la Noche se entrecerraron con desprecio. Tenía muchas cosas que reclamarle, entre ellas su tan marcado control sobre todo y que ahora quería imponer sobre él. O tal vez debería empezar por el solo el hecho de que parecía creer ser siempre el centro del mundo.

Buscando calmar el remolino turbulento de emociones que bullían en su interior guardo un prudencial silencio. Debía demostrar la serenidad que no tenía y que Kal-El le robo con su estúpida proposición.

—Esto no funciona de esta manera, no podemos seguir así y lo sabes.

—No, no lose. —argumento cruzándose de brazos y mirando cínicamente al Caballero de la Noche. —Explícamelo Batman porque al parecer tú siempre increíble poder de deducción sobre pasa mi pobre intelecto.

Bruce bufo quedamente, odiaba cuando Clark se ponía en ese plan de tu eres listo yo tonto.

—Que me largo —soltó llano y plano, sin miramientos o contemplaciones. La decisión ya estaba tomada.

El hombre de acero abrió los ojos en respuesta al tiempo en que se preguntaba, ¿Qué acaba de decir? Tal cual si lo escuchado estuviera en otro idioma. Lo vio darle la espalda y caminar alejándose de él con esa majestuosidad que solo Batman puede poseer.

Kal-El sintió que el aliento le faltaba, como si una bomba de polvo de Kriptonita acaba de detonar junto a él y con cada inhalación lo doblegara, lo debilitara para convertirlo en un despojo de lo que era en realidad.

Conto los pasos que el Murciélago dio para retirarse, dos... tres... y no lo soporto. Tomo la mano del caballero oscuro para retenerlo, para mantenerlo a su lado.

Un fuerte golpe hizo retroceder su mano, no debido al dolor físico, pero si por el enorme desprecio que ese gesto llevaba implícito y que fue peor que una bala en su pecho.

Kal-El se quedó sin palabras solo expectante a lo que el Guardián de Gotham decidiera hacer después de retirar de él esa mirada cargada de algo parecido al odio. Una mirada que lo retaba a volver a intentar ponerle la mano encima.

Ninguno se movió por espacio de varios minutos, luego Batman continúo su camino, coloco las coordenadas y desapareció en la plataforma de tele trasportación.

Batman vs SupermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora