Prólogo.

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Rusia.

-Ya están aquí mis tres deseadas chicas. –sonrió un hombre de mediana edad. Las tres chicas estaban sentadas una al lado de la otra, atadas a la silla y algo adormiladas. -¿Qué tal están? –la sonrisa no desaparecía.

-¿Quién cojones eres? ¿Se puede saber por qué nos has secuestrado?-Preguntó Victoria sin contener la rabia.

-Suéltame ahora mismo -rugió Iris apretando la mandíbula-. ¿Eres un enfermo psicópata del sadomaso?

-Eh, no voy haceros daños. Tranquilas. –dijo el hombre sentándose frente a ellas. Con dos grandes armarios empotrados humanos vestidos de negros detrás de él. –Si me escucháis os soltaré.

-Yo no quiero escuchar nada, joder. –dijo la chica rubia de las tres, Venus. -¿Esto es algún tipo de secta?

-Más o menos. –rió aquel hombre que inquietaba a cualquiera con su sonrisa tan malévola. –Habéis sido secuestrada por una de las mafias rusas más importante.

-¿Y eso se supone que tiene que halagarnos?-preguntó Victoria fingiendo una sonrisa sarcástica-Suéltenos, joder.

-Tenéis un puesto de trabajo aquí. –dijo el hombre levantándose y sentándose encima de la mesa. –Es decir, tenéis que trabajar para mí.

-¡Dinos como podemos salir de esta mierda! -Exclamó Iris removiéndose en la silla.

-No vais a poder salir. –rió aquel hombre realmente repugnante.

-¿Entonces? ¿Qué tenemos que hacer? ¿Quién coño eres? Eso para empezar… -dijo Venus que estaba removiéndose en la silla con mucho ímpetu.

-Soy Hank Rigby, el jefe de la mafia y tenéis que trabajar para mí. –dijo bajándose de la mesa y poniéndose serio.

-¿Y qué pasa si nos negamos?-preguntó Victoria negada a acceder-Hay muchísimos profesionales por ahí sueltos. ¿Por qué nosotras?

-¡Eso! ¿Por qué nosotras? –gritó Venus.

-Está bien. Os lo explicaré. –dijo paseándose delante de las chicas. –Necesito un equipo joven. Necesito tres chicas y dos chicos. Necesito una hacker, necesito una tiradora de arco y una chica que le guste la velocidad. Y cada una de vosotras tenéis esas propiedades. Os he estado observando durante un año y sé que estáis preparadas para esto. En un año se asignará vuestra misión, mientras tanto… toca entrenarse para llegar a ser profesionales.

-¿Y  qué conseguimos con eso? ¿Y nuestras familias? –dijo Venus dándose por vencida con pequeña pelea con la silla.

-Y una cosa... No sé... ¿No has podido pensar en que nos buscarían? -Preguntó Iris mirándolo fijamente-. ¿En qué denunciarían nuestra desaparición?

-Eso nunca va a pasar. Recibirán una llamada vuestra diciendo que estáis bien, que estáis de viaje. ¿Queda claro o hay algo más que os quede con duda? –dijo Hank alzando las cejas.

-¿Y si no lo hacemos qué? -Preguntó Iris entrecerrando los ojos.

-Pues os buscaran y tendréis problemas, será mejor que cumpláis mis órdenes si queréis salir vivas de aquí. –Hank utilizó un tono amenazador.

-Vaya, que agradable es "nuestro jefe"-dijo Victoria irónicamente.

-Más adelante me lo agradeceréis. –sonrió.

-Cuando te raje el cuello sí que lo agradeceré -dijo Iris enérgicamente.

-¿Eso es todo? –dijo Venus algo perdida. -¿Por dónde empezamos? ¿Qué tenemos que hacer?

-Ahora mismo os llevaran a una habitación. Llamareis a vuestros padres y encima de la mesa de vuestra habitación está el horario que debéis cumplir. –Hank sonrió. –Chicas… nos vemos en un año.

-Que te den, hijo de puta-dijo Victoria mientras salía.

{Venus}

Después de que aquel tipo saliese de la sala los dos hombres de negro nos cogieron de los hombros y nos subieron por un ascensor hacia una planta, quizás de las últimas por que estuvimos unos tres minutos en el ascensor hasta que paró. Nos condujeron por unos pasillos blancos totalmente con puertas a ambos lados de color gris claro, al fondo del pasillo había una gran cristalera. Iris paró primera en la habitación 2. Después yo en la 5 y Victoria en la 7. Entré en la habitación después de escuchar el porrazo de la puerta al cerrarse por aquel monstruoso tipo. Era una habitación de color azul cielo. Con muebles blanco y moderno. Un escritorio, un armario, una mesilla y la cama. Ese era el mobiliario. ¿Pero para que me servía? Si no tenía pertenencias ningunas. Me paseé por la habitación hasta parar en el escritorio y encontrarme con varios folios donde dictaban las normas y un horario.

De 8:30 a 15:00 teníamos clases de diferentes cosas. Defensa personal, practica de armas o cualquier cosa para formar a un mafioso o como sea que se llamen. Después venía la comida en el comedor. Las tardes eran libres para practicar lo que quisiésemos y de 20:30 a 22:00 teníamos que ducharnos para luego ir a la cena al comedor. Después estaban las normas que eran no saltarse ninguna clase. Quien incumpliese el reglamento en la academia tendría un gran castigo. Y sobre la vestimenta… todos iríamos de negro.

Acababa de meterme en un grandísimo lio pero… ¿y si después de todo me gustaba? 

The enemy crewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora