XV

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{Venus}

Habíamos salido de la fiesta hacía media hora. Ni si quiera nos quedamos Iris y Vicky en alguna habitación para hablar mientras tanto, hasta que nos entrara el sueño. Ns fuimos directa a la cama. Antes de eso habíamos dejado al hijo de Hank en la casa de éste. El chico al parecer se llevo la novia a casa, ¿cómo podía a ver avanzado tanto la juventud? Yo a su edad, si mi madre me pillaba con un amigo me llevaba a casa arrastras de la coleta. Bendito sea el señor. Cuando me estaba cambiando la ropa e iba con mis queridos pechos al aire, alguien saltó de la ventana a mi habitación. Grité mientras me tapaba mis pechos. ¿Por qué coño no cerré la ventana? Jodida manía de cambiarme con la ventana abierta… Wesley apareció entre la oscuridad.

-¿Qué coño haces, tío? -resopló Venus.

-No te tapes, cariño, si ya te he visto desnuda -sonrió Wesley mientras se acercaba a ella con paso sigiloso-. Te ves mejor sin ropa. Es tan solo un consejo.

-Deberías taparte los ojos, soy una señorita. –dijo Venus.  -Es solo un consejo. –dijo imitando el tono de voz de Wesley.

-Lo haría si no me interesases, pero dado que me gustaría verte desnuda... -dijo Wesley encogiéndose de hombros-. Es tan sólo mi opinión.

-Por favor, deja de hacerte el inteligente. –dijo Venus terminándose de poner la camiseta y metiéndose en la cama. –Apaga la luz del flexo, voy a dormirme.

-No me estoy haciendo el inteligente, es que lo soy -dijo Wesley apagando la luz, y se metió en la cama con ella. Y sabiendo que ella lo estaba ignorando se puso a horcajadas sobre ella. Comenzó a besar sus labios lentamente. Era un beso dulce, sin presión ninguna, haciéndole caer en la tentación de penetrarla. Bajó hasta el cuello, haciéndola estremecer, y soltar uno que otro suspiro.

-¿Por qué haces esto? Sufro. –dijo Venus agarrándose a la camiseta de él para atraerlo más hacia ella.

-Pequeña, date cuenta de que estoy a tu disposición -gruñó Wesley antes de quitarle la camiseta y tirarla al suelo, y más tarde la de él. Volvió a besarla con ansiedad.

Nos quitamos todo lo que nos sobraba, deshacernos de todo lo que nos impedía llegar a más que besos, había sentido como en un simple meneo de pelvis, Wesley estaba dentro de mí. Ahora solo éramos un alma. Ahora solo sentíamos el placer de los besos, las caricias y la excitación de algo más profundo. Ahora solo me estaba dando cuenta de lo mucho que quería a Wesley y no quería irme de su lado. ¡Maldita sea, había caído en redonda entre sus cálidos brazos!

-Te quiero -susurró Wesley en el oído de Venus.

-A parte de ser el mejor polvo de mi vida… -susurró Venus al oído de él. –Te quiero de aquí a la luna y vuelta.

{Vicky}

Después de haber llegado de la feria, subí a mi habitación y me cambié. Nunca me había gustado ponerme un pijama así que cogí una camiseta vieja que me llegaba por los muslos y me la puse. No tenía sueño así que fui a la sala común en busca de algún libro que poder leer.

Rebusqué por las estanterías pero todos los que vi o eran de tácticas de lucha o eran de amor. Qué irónico, ¿no? Amor… Después de todo lo que había pasado lo menos que quería era leer una historia cursi en la que los protas se acabaran enamorando y vivieran felices; eso nunca pasaba en la vida real, la mayoría no duran tanto como planean. Y si no que me lo digan a mí.

Finalmente acabé optando por uno de lucha ya que al menos podría despejar la mente y centrarme en lo verdaderamente importante.

Me senté en el sillón de aquella sala y me puse a leer tan solo con la ayuda de una pequeña lámpara de mesa. Quizás estaba alucinando pero sentí que me observaban y eso me ponía los pelos de punta así que me levanté a encender las luces pero alguien me cerró el paso provocando que diera un grito.

The enemy crewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora