XIII

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{Venus }

Estaba demasiado bien dormida entre los brazos de Wesley cuando mi móvil sonó y pude ver que era Hank. Maldición. O tenía una misión para nosotras o nos había pillado saliendo con los chicos. Sinceramente no tenía ganas ningunas de hablar con él, dejé que siguiera llamando y volví a dormir, pero Wesley se quejó removiéndose en la cama. Apagué el móvil y volví acurrucarme a Wesley. Pero de nada servía porque ya me había espabilado y el sol resplandeciente entraba por la ventana. Y yo solo quería quedarme dormida un rato más entre sus brazos pero el mundo hoy iba en contra mía. Me levanté y me vestí. Encendí el móvil y le di un toque a Iris y Vicky para volvernos a la residencia. Antes de salir de la habitación de Wesley por la ventana le di un beso y aunque él no me soltaba la muñeca y me pedía que me quedase… me fui.

Llegamos a la residencia en cero coma, intentando parecer desapercibida pero uno de los vigilantes de Hank nos comunicó que Hank quería hablar con nosotras. Maldición, joder. Cuando entramos en la sala donde se encontraba él totalmente serio, tomamos asiento y le miramos fijamente. Él comenzó hablar.

-¿Dónde habéis estado?-preguntó Hank aún calmado mientras miraba a las tres.

-Hola a ti también Hank, estamos bien, gracias por preocuparte por nosotras -dijo Iris mientras ponía los ojos en blanco y le miraba fijamente-. Pues como no tenemos misiones últimamente decidimos irnos por ahí, y dado que las fiestas no acaban hasta las tantas... Pues eso, que queremos dormir el resto del día. ¿Y por qué tanta curiosidad?

-Supongo que nos llamabas para algo más importante, ¿no? –dijo Venus totalmente tranquila. –No quiero perder mi valioso tiempo.

-No me importa que os vayáis de fiesta, por mí como si estáis por ahí hasta las tantas, pero lo importante es que durmáis aquí…-dijo Hank mientras inspeccionaba las caras de las tres chicas-No tenéis cara de haber salido de fiesta…

-Lo sentimos Hank, la próxima vez vendremos con el rímel corrido y un tanga en la mano si eso te deja más tranquilo-dijo Vicky fingiendo una sonrisa.

-¿Pero se puede saber por qué le ves importancia? -Preguntó Iris sin entender nada-. Nos tienes aquí, no nos hemos escapado. Estamos a tus órdenes, así que no entiendo porqué esa cara de mala hostia.

-Yo me piro… -dijo Venus pero Hank la sentó empujándola. –Déjate de tantos rodeos, Hank.

-Venus, por tu puto bien quédate donde estas y escuchadme atentamente-dijo este colocándose delante de la mesa-¿Por qué cojones me mentís?

-¿A qué te refieres, Hank?-preguntó Vicky frunciendo el ceño.

-Sé dónde habéis estado-dijo Hank mientras cogía un sobre amarillo-¿Aún me lo vais a seguir negando?

-Qué locura -dijo Iris antes de coger el sobre mientras que sus dos amigas se inclinaban hacia éste. Comenzó a ver fotos y se sintió enjaulada. A parte de mentirosa y gilipollas-. ¿Nos has estado espiando? ¿Por qué? Eres un hijo de puta, joder. Hacemos todo lo que tú pides, ¿y ahora vienes a reclamar?

-¿Tienes espías para nosotras? –dijo Venus abriendo mucho los ojos y la boca. -¿Qué coño te importa lo que hagamos? ¿Qué coño pasa con nuestra intimidad? ¿Con la vida privada de cada mafioso?

-¡Esto es increíble!-gritó Hank-Si mis sicarios me dan motivos para desconfiar de ellos, haré lo que haga falta. Ya me la jugó un compañero vuestro una vez y no permitiré que vuelva a pasar. ¿Quién cojones no me dice a mí que podríais estar pasándole información a esos tres inútiles?-preguntó. Si seguía así de cabreado, su vena del cuello podría explotar en cualquier momento.

The enemy crewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora