Elizabeth
17 de junio 2012
Día de los padres, el evento que a muchos niños les encantan por hacerles cartas a sus padres para expresarles el amor que les tienen pero para mi era un día en el que tenía que estar sentada al final del salón mirando a todos felices con sus padres dándoles cartas.
Mi mamá me dijo que mi padre había muerto antes de que yo naciera pero siempre imagine como sería tener un padre. He escuchado que un padre es un héroe sin capa.
Teníamos que cantar para los padres, yo le pedí a la maestra que no me pusiera a cantar pero ella insistió. Todos comenzamos a cantar y los padres veían a sus hijos felices, al finalizar la canción todos los niños corrieron a abrazar a sus padres , yo solo camine hasta mi asiento y llore como cada 17 de junio.
Los padres se fueron y nosotros nos quedamos conversando con la maestra de nuestra experiencia, yo como en todas las clases me quedaba en silencio.
Sonó la campana que indicaba el recreo, para mi no era hora de recreo, sino que era hora de sufrimiento. Me senté en una mesa sola ya que nadie se quería sentar conmigo, todo estaba tranquilo hasta que llegaron Jorge y sus amigos que todos los días se dedican a molestarme.
Y dime Eli - dio una pequeña pausa antes de seguir molestándome - ¿cómo te la pasaste con tu padre? - Yo no respondí nada, ni siquiera lo miraba a los ojos - ¡Oh claro, no tienes! Sabes, yo creo que murió en el instante que vio lo horrible que eras. - Mis ojos ya ardían de aguantar las lagrimas entonces decidí soltarlas. - ¿No sabes hacer algo mejor que llorar ? ¿Acaso también quieres que tu madre se muera por lo hartante que eres?
Me levante para salir corriendo pero ellos me empujaron haciéndome caer al lodo - ¡Aún no he terminado! - comenzó a patearme junto los demás a sus amigos mientras reían y las demás personas solo miraban. Jorge tomó el collar que había en mi cuello, trate de detenerlo porque era lo único que tenía de mi padre pero el me golpeo.
¡Jorge por favor no lo toques! - grite pero a el no le importo.
Entonces una niña llegó y lo golpeo tan fuerte que hizo que el collar saliera disparado de las manos de Jorge - ¿Qué te pasa? Te dijo que no lo tocaras. - la niña se agacho y recogió el collar, me ofreció una mano para ayudarme a levantarme - ¿Estás bien? - asentí - ¡Que bueno, ten! - me entrego el collar en mi mano y se fue caminando.
¡Espera! - grite y ella se detuvo - ¡Tengo que agradecerte!
No fue nada - Dijo acercándose a mi.
¿Cómo te llamas? - Pregunte ya que nunca la había visto en la escuela.
-Mi nombre es Lily.