Elizabeth
3 julio de 2012
Mi madre me veía muy deprimida, le pidió a mi prima Emma que viniera a pasar la tarde conmigo.
Cuando tocaron la puerta yo fui a abrirla, ahí estaba Emma con una gran sonrisa y al lado de ella estaba...Lily. Yo sonreí y le di un abrazo.
¡Gracias por lo del otro día! - dije antes de terminar el abrazo.
Ella sonrió - Ese idiota de Jorge no tenía por que estar molestándote.
Salimos al parque a charlar y reímos, hace mucho tiempo no reía, se siente genial. Pero como todo lo bueno termina, el día se acabo y nosotras no parábamos de reír con las locuras de Emma.
Era hora para que Lily y Emma se fueran pero...yo no quería volver a estar sola, me gusto mucho la sensación de reír a su lado.
¡Por favor no se vayan! - les supliqué antes de que salieran de la puerta, ellas no entendían lo genial que había sido este día para mí. - Es que antes de que ustedes llegaran yo me sentí tan sola, solo que ahora no lo estoy y eso es porque ustedes están conmigo.
Entonces haremos una pijamada - Dijo Emma para después entrar.
Gran idea - Dijo Lily alegre como siempre.
¿Qué es una pijamada? - Pregunté y las dos me miraron como si estuviera loca.
Que nos quedamos en tu casa para hablar, comer y jugar hasta caer dormidos o incluso no dormir en toda la noche. - dijo emocionada.
Esa noche nos asustamos viendo películas de terror y por eso no dormidos pero nos quedamos riendo toda la noche mientras comíamos palomitas, fue asombroso.
Cuando Emma se durmió Lily propuso pintarle la cara, le dibujamos tantas cosas que no teníamos idea de nuestro resultado pero concluimos que era arte abstracta.
Nos quedamos dormidas y cuando desperté yo estaba pintada y Lily también.
¡Se llama venganza! - gritó Emma para después empezar a reír.
Gracias a ellas volví a sentir felicidad.