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Entro rápidamente a la casa, saco la escopeta y las balas de donde las había escondido.

Bajó rápidamente, no había nadie en el pasillo.

Agradeció eso.

Abrió una puerta, con la intención de buscar a Sweetie Belle.

-¿Sweetie Belle?-susurró.

Volteó un chica como de la misma edad de ella.

Sus ojos... era una Mártires.

-Yo... lo siento, buscó a una amiga... después vendré por ti.

Salió pero se encontró con aquel sujetó, tenía un arma que le apuntaba a la cabeza, estaba detrás de ella.

-Suelta el arma Pinkie... si no quieres morir.

Le estaba apuntando a la cabeza.

La peli-rosa apuntó de hacerlo, escuchó como el cayo al suelo.

Era la chica, con sus cadenas lo había golpeado.

Pinkie lo golpeó con su arma, miro que tenía las llaves de las cadenas y se las quitó para volver a golpearlo con el arma.

-¡MÁTALO!-gritó la chica mirando furiosa al sujeto ya en el suelo sangrando.

Si que le habían hecho daño... al igual que a otras muchas chicas.

La chica arrastró aquel hombre a su habitación.

La peli-rosa estaba segura que lo haría sufrir tanto con el a ella.

Fue a la siguiente habitación en donde sí estaba Sweetie Belle.

-¡Pinkie Pie!

-¡Sweetie Belle!-la abrazó.

Tomó las llaves y le quitó las cadenas.

-Vamos.

Las dos subieron y salieron a la casa.

-Sweetie Belle quiero que corras muy rápido, encuentres a alguien y le cuentes de este lugar para que venga la policía.

-¡No te quiero dejar, Pinkie Pie!

-Confía en mí como yo confío en ti-la abrazó de nuevo-. Te quiero...

-Yo también te quiero...

Se separaron.

-Corre.

La niña asintió y comenzó a correr muy rápido.

Pinkie entró nuevamente entró y bajó otra vez.

Wherever You Go ✧ TwiPie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora