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La peli-morada con mechones rosas se encontraba, en la habitación de la chica que asesinó, cambiándose.

La peli-rosada entró y en cuanto la vio desvío la mirada con las mejillas rojas.

-Ya casi termino...-estaba volteada, dándole la espalda a su amiga.

Pinkie la miró disimuladamente, encontrándose con unas horribles marcas en su espalda. Con esas marcas pudo, quizás, ver muerto.

Volteó a otro lado al ver que está giró a verla después de terminar de cambiarse.

-Bien, tenemos que ir a deshacernos de los cuerpos. -dijo caminando a la salida de la puerta. La contraria la siguió.

-¿Qué? Twilight, no, tenemos que irnos.

-No, debemos ocultarlos. -comenzó a bajar las escaleras. Pinkie, imitó su acto.

-No, enserio, debemos irnos...

-Solo así me dejara en paz, Pinkie. -se detuvo un momento para verla. Dicho eso fue hacía cuerpo del hombre. La oji-azúl no tuvo más remedio que seguirla, de nuevo.

-¿Hueles eso?-acercó a la peli-rosa a la cara del hombre.

-U-Ugh, T-Twilight...-masculló alejándose del hombre.

-Ese olor jamás lo olvide, ni tampoco esos ojos. Cada vez que me... hacía daño, lo recordaba... él me decía lo perfecta que era, que era lo que todos habían esperado.

-... ¿A qué crees qué se haya referido?-preguntó intrigada.

-No lo sé, nunca le tome importancia a lo que me decían.

-¿S-Segura qué e-era él?-seguía con la idea de que se había equivocado y debido asesinó a una familia inocente.

-Cuando abrió la puerta lo reconocí de inmediato, y él también a mí... me alegro de que al fin esté muerto.

[. . .]

Empujaron el cuerpo al hoyo que había en el jardín.

-Estoy cansada. -soltó un suspiro al mismo tiempo que se recargaba en sus rodillas.

-Yo igual pero tenemos que seguir. -le dio la espalda para dirigirse a la casa.

-Twilight basta, solo hay que irnos de aquí...

-Ya te lo dije, sí hago esto tal vez me dejé tranquila. -fue a la casa.

Pinkie rodó los ojos ante la actitud de su amiga. Miró el cuerpo una última vez para después entrar también a la casa.

-Agh... está pesado... -murmuraba la peli-rosa. Estaban cargando al adolescente.

Lo empujaron al hoyo, dónde se encontraban su padre y hermana.

-Después seguimos con la madre, hay que descansar.

-Gracias, estoy cansada. Tú ve y recuéstate, yo limpiaré todo.

Ella asintió para después entrar.

Pinkie miró a los cuerpos y bajó la mirada.

-Lo siento... -murmuró.

Siguió a su amiga la casa, Twilight fue arriba a descansar un poco, mientras que Pinkie se quedó abajo.

-Bien, hay que limpiar todo esto...-habló para si misma.

Empezó a limpiar primero la cocina, después fue a la sala principal.

Su vista se encontró con el teléfono que se encontraba sobre la mesa de centro. Ya lo había visto pero había dudado acerca de si tomarlo o no.

Miró a su alrededor para asegurarse de que Twilight no estuviese cerca. Lo tomó y marcó al 911.

Al escuchar un ruido lo devolvió a su lugar rápido. Al ver que no había sido nada suspiró aliviada.

Camino de nuevo a la cocina pero algo la detuvo... la madre empezó a respirar tocándole el pie.

Seguía viva.

Wherever You Go ✧ TwiPie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora