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Beck metió a Peter en su auto de manera brusca. La paciencia no era su fuerte. Pero Peter podía jurar que, cuando lo conoció, Quentin era un ángel.

- eres tan estúpido Peter, solo gastas mi tiempo - regaño, una vez se subió al auto.

- lo siento - susurro Peter.

Beck chasqueo la lengua, obviamente incorforme con la estúpida disculpa de Peter.

- me importa una mierda que lo sientas - contesto mirándolo con enojo. El omega se encojio en él asiento. -¿quieres que te recurde por que debes obedecerme? ¡EH! - preguntó.

- no - murmuró débilmente Peter, asustado.

- solo era una maldita perdida de mi tiempo - acuso, poniendo el auto en marcha.

Y Peter se sintió basura, por que lo era. El era una perdida del tiempo, peor que la basura. No pudo evitar que las lágrimas inundarán sus ojos... Se sentía tan patético y no podía hacer mas que intentar tragarse el nudo de su garganta. Y guardar silencio, mientras el auto esté en movimiento.

¿Cómo había terminado así?, Se preguntó, aun sabiendo la respuesta. Se había enamorado, como el niño idiota que era.

A su lado, la respiración de Beck se volvía más calmada, logrando que Peter se sintiera menos tensó. El peligro estaba pasando. Quentin se calmaría, entonces Peter sentiría que podía volver a respirar, sin miedo a que Beck le gritara. La ansiedad fue disminuyendo del ambiente, al igual que la tensión.

Ya estamos cerca de casa. Pensó, vagamente Peter. Mientras miraba por la ventana.

- lo siento - susurro, entonces Beck y aún cuando su voz no sonaba arrepentida, Peter se atrevió a sentirse aliviado. -¿sabes por que me pongo así, ¿Verdad?, Solo me preocupo Peter. Por que te quiero - susurro y Peter asintio, mientras recibía una caricia en su brazo. Y entonces sonrió.

- lo se - admitió, viéndolo, gracias por quererme. Pensó con verdadera gratitud, sin embargo el susurro - te amo - sintiéndose tonto al decirlo, mas aun cuando Beck le sonrió de esa forma que tanto acostumbraba.

Esa en donde le decía: "has caído en mi juego, nuevamente". La sonrisa que ponía cuando optenia lo que quería. Sin previo aviso, Quentin freno él auto y miró a Peter.

- ven aqui, recuerdame por que aun te tengo trabajando para mi - comento de forma mimosa Beck. invitándolo a subir sobre su regazo. Mientras sus ojos se llenaban de clara lujuria.

Peter hizo una mueca. Sabia que decirle "no" a Quentin, no era una opción. Aun así, se veía obligado a negarse, por mas que quisiera complacerlo.

- Beck. No puedo, me lastimaron - murmuró con timidez y avergonzado, mientras agachaba la mirada, y es que si, Peter no podía tener sexo, no cuando él dolor en su cuerpo era insufrible.

Beck alejo su mano, entonces y Peter sintió frío. Pudo verlo haciendo ese gesto de inconformidad al que tanto le temía.

- dios, eres tan inútil - susurro enojado por la negación. Pero dispuesto a dejarlo pasar, por ahora. Mientras intentaba volver a poner en marcha el auto.

Peter, en cambio, tembló en el asiento, por que él alfa, su alfa. Se molestó, entonces tragándose él orgullo, o él poco que tenia, bajo hasta la brageta de Beck. Interrumpiendo su actividad.

De alguna forma tenia que satisfacerlo.

Haciendo que Quentin volviera a sonreír, como él maldito condenado que era... Como él tipo que sabia, podía controlar a Peter a su jodido antojo.

El prostituto y el abogado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora