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Sorprendentemente Matt se había conformado con las simples palabras de: "no tengo donde dormir". Y 20 minutos después, había llegado para recogerlo.

Y no era como si Peter no estuviera agradecido por ello. Después de todo Matt le ahorraría una mala experiencia en la calle. Pero eso no hacía que bajase la guardia. No cuando, la última persona que lo recogió de la calle y le ofreció un hogar a donde vivir, había sido Bel.

Y todos sabemos como había terminado aquello.

El departamento de Matt era desabrido y mas pequeño que el de Beck. Aun así, contaba con dos dormitorios, un baño, una pequeña sala y una diminuta cocina. Cuya mesa estaba repleta de papeles.

—¿Tienes hambre? — pregunto de pronto, con una amabilidad que se le escapaba por los poros.

No fue necesario que Peter respondiera. Y en unos minutos, el ya se encontraba sentado en la mesa, que Matt había desocupado, comiendo espaguetis que Matt había cocinado.

Peter había comido en silencio, ignorando el ser observado por Matt. Después de todo, si el hombre desea una "recomendación" por su ayuda. Peter no se opondría. No era como si el pensará que las cosas se obtienen de a gratis. De algún modo debe pagar la cena y el alojamiento.

Y ese era su trabajo después de todo.

Matt por otro lado, no podía evitar mirar a Ben. Era obvio que era un omega hermoso, aun pese a esas marcadas ojeras y a su demacrado aspecto. El chico era delgado, quizás demasiado, pues sus pómulos comenzaban a resaltar bastante de su rostro. Quizás a causa de una mala alimentación.

Su cabello despeinado, se dirigía a todas las direcciones posible y había algo en su expresión, que simplemente te entristecía. Sus ojos chocolates obscuros, eran pozos de cansancio y años de una mala vida.

Matt tuvo que tomar agua, para pasar la comida. De pronto, el apetito se había marchado y su garganta se había cerrado.

—¿Quieres un poco mas? — cuestionó, cuando vio que en su plato ya no había nada. Peter asintió, en muda respuesta. Y Matt se puso de pie, tomando su plato —¿No sueles hablar mucho, verdad?.

— generalmente no tengo nada interesante o inteligente que decir — murmuró en respuesta.

— eso no puede ser verdad. Siempre hay cosas que contar. Estoy seguro de que tienes historias interesantes — había respondido Matt. Tratando se ignorar el malestar que sentía su pecho.

— no señor — insistió Peter. Mientras el plato era colocado frente a el.

—¿Cuántos años tienes Ben?.

Los ojos de Peter se dirigieron al mantel, antes de murmurar un bajo: 17.

—¿Y que haces en la calle?, ¿Te has escapado de casa?.

— no señor — respondió en voz baja. Tomando entre su delgada mano su vaso de agua.

—¿Alguien te saco de casa? — pregunto, entonces Matt. Concluyendo en que Benjamín fue apartado de su familia.

— no tengo casa. Me escape de un orfanato — respondió entonces. Mirándole a los ojos, como un niño que sabe sera regañado.

—¿Y por que hiciste eso?, ¿No te trataban bien allí? — Peter no contesto. Y Matt supo que tenía razón —¿A que edad escapaste del orfanato?.

— tenia 14 señor.

—¿Y fue allí donde conociste a Quentin? — oa pregunta hizo que Peter lo mirase a los ojos —¿Desde cuándo te prostituyes para el?.

Peter entonces se puso de  pie.

— creo que cometí un error — murmuró, dispuesto a irse. Matt entonces se puso de pie.

— lo siento. No era mi intención incomodarte — se apresuró a decir, apenado — yo solo... — Peter guardó silencio, en espera de lo que Matt tenía que decir. Este entonces suspiro — escucha Ben. Como sabrás soy abogado — Peter asintió — soy parte de víctimas especiales y yo. He estado trabajando en un casó en especial. Quentin a llamado bastante la atención. Y mi propósito es arrestarlo. Se lo que es y lo que te esta obligando a hacer. Ayúdame — pidió.

Peter tragó saliva. El no podía hacer eso.

— lo siento, pero ya quiero irme — respondió.

Matt entonces se colocó en su camino. No estaba siendo agresivo, pero si bastante insistente.

— Ben porfavor. Se que no quieres esta vida — aseguró en voz baja, con cierta pena en sus palabras.

Peter supo que este hombre había visto suficientes casos como el suyo o incluso peor. Aun así, el miedo era un freno que Peter conocía bien.

— una vez. Lydia, la anterior chica de Beck intentó huir de el. Esto fue antes de conocerlo y el término rompiéndole el brazo y le partió la nariz. Si yo llegase a hacerle esto. El no solo se contentaria con romperme el brazo o la nariz. El me haría pedazos — aseguró en un murmuró, pues el miedo había opacado su voz.

— Ben. Yo puedo protegerte.

Peter negó.

— solo déjeme en paz — respondió, evitandolo con éxito, en dirección a la puerta.

— no tienes que irte — dijo entonces Matt. — entiendo. No te obligaré a hacer algo que no quieras. De verdad — aseguró, Peter guardó silencio — puedes... Puedes quedarte. Enserio, se que no tienes a donde ir esta noche y no podría concedir el sueño, sabiendo que estas en la calle.

Peter dio vuelta la cabeza. Mirando a Matt con cierta desconfianza.

— porfavor — pidió este. Pasándose una mano por su cabellera.

Peter dudo, pero al final el cerro la puerta. Cualquier cosa era mejor que una noche en la calle.

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Eran las 7 de la mañana cuando Matt despertó a Peter, lo había dejado dormir en el cuarto de invitados. Matt debía asistir al trabajo, cosa que agradecía, pues Peter también debía volver.

El camino en auto fue silencioso, pero no por ello incómodo. Y finalmente Matt estacionó el vehículo a una cuadra del motel. Junto a la cabina que Peter había utilizado.

Cuando el omega salio del auto, Matt lo detuvo.

— cuídate, ¿Si? — pidió con una sonrisa genuina en sus labios, pero sus ojos estaban entristecido — y si necesitas ayuda llámame.

Peter asintió en la acera.

— lo haré — respondió y esta vez no era una mentira. — adiós Matt.

Tras despedirse, Peter inicio el camino sin mirar atrás, hasta llegar al motel, donde ingresó cansado.

— oh, aquí estas — soltó Beck con alegría relajada. Mientras dejaba la recepción.

—¿Donde esta Lydia? — murmuró en pregunta, antes de que Quentin le diera un beso corto.

Luego miró, buscando a gente no grata, antes de  responder.

— bueno, he estado haciendo cuentas. Y he notado una inquietante falta de dinero — a Peter no le gustaba por donde iba las cosas — la zorra le a estado robando a papa, ¿Puedes creerlo?.

Peter tomo aire lentamente, no queriendo llamar la atención de su alfa. Pero claro que lo sabía. Todos los omegas veteranos lo sabían, ese dinero que tan arriesgada mente le robaban a Beck, era una reserva para las  situaciones extremas.

Era una forma de sobrevivir. El dinero era dado por todas las chicas, una pequeña parte de cada trabajo, y hoy en dia era suficiente, si una necesitaba escapar y esconderse.

—¿Por que asumes que fue ella?, Tal vez contaste mal.

— no seas estúpido, Peter. El dinero pasa por sus diminutas manos con manicura barata. Pero no importa, ya me estoy ocupando del asunto.

El prostituto y el abogado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora