CAPITULO 16

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Amanecí nuevamente en aquella helada cama, en la cual no podía moverme por mi gran desgracia al tolerar sus golpes. Mi abdomen dolía muchísimo, sentía como si me hubiera caido un mueble sobre el y no me lo pudiera quitar por nada en el mundo, era un dolor horrible. ¿Y Kendall? regresó tarde anoche, con olor a trago y a perfume de mujer junto con Logan a si que ahora estaba muy cansado en su trabajo. Traté de sentarme pero no podía, me dolía mi abdomen y mi cuerpo entero de una manera increible, tanto que no podría hacer los quehaceres del hogar sola.

Me levanté con mucho cuidado y acudí a llamar a Margott, mi nana, la empleada de mi padre y la mujer que lo ayudó a criarme despúes de que mamá dejara a papá. Suspiré hondo evitando el llorar con ella, pues ella era como mi madre y quería contarle a alguien sobre lo que sufría, ahora que Niall se alejó de mí por completo de mi lado. El teléfono sonó y ella inmediatamente contestó.

-¿Casa del señor Lucius McGuire, con quien quiere hablar? -preguntó ella como de costumbre.

-Margott, soy yo, ____ -mustié, evitando el llorar.

-¡Niña ____! -alzó la voz conmocionada- ¿cómo estás mi niña?...

-B-bien -mentí.- bien y tú Margott?.

-Bien, pero extrañándola mi niña. -suspiró ella- ¿sucede algo?.

-Solo..solo necesito que venga ¿si? -supliqué, sin evitar mis lágrimas.

-Claro mi niña...

-No le digas a mi padre ¿de acuerdo?

-el está en Texas, no se preocupe... Volverá a San Diego en unos días ¿si?.

-de acuerdo.

Le dí la dirección y seguido de eso traté de levantarme con todo el cuidado del mundo para no sentir todo el dolor que calcaba mi cuerpo. Sin habla y sin el menor sentido de la felicidad posible avancé hacia el baño para ir con una relajada ducha, para poder pensar bién en lo que pasaría con mi vida. Me desnudé y noté inmediatamente las marcas negras de mi cuerpo, marcas que ha provocado mi propio esposo al momento de golpearme cruelmente, eso me lastimaba más internamente. El agua tibia comenzaba a correr hasta llenar aquella tina, que era la única manera de relajo para mí y olvidar toda señal de dolor. Me recosté poco a poco comenzándo a hundirme en la bañera, sintiendo como el peso expecífico de mi cuerpo dejaba que el agua tibia hiciera lo suyo. Cerré los ojos y caí en llanto, maldiciéndome internamente por mi puta vida de mierda, que era una vida infeliz, una verdadera vida infeliz. Tal vez pronto me iré de aquí, tal vez pronto moriré en manos de Kendall o tal vez el cambie (no, no es cierto), ¿que más dá? si mis ilusiones ya estaban complétamente rotas.

[...]

-¡Mi niña! -exclamó Margott- ¿Pero que te pasó por diós?

-Ven... pasa -susurré, para explicar dentro de la casa todo lo que ha pasado.

Mi nana, mi Margott, ¿cómo podré decirle lo cruel que es mi vida?. Si siempre le ha dado el pinto bueno a Kendall en el momento de conocerlo... Siempre le ha parecido un muchacho humilde y de buen corazón, a pesar de que era un nerd de casi veinte años. ¿Cómo le podré decir que el me golpea? si cuando le conté que Kendall y yo nos íbamos a casar ella fue la primera que me motivó a decidir que haría para la boda e incluso me escogió el vestido. Además, siempre creyó que el era mi príncipe azul o principe verde, como yo solía llamarlo por el color de aquellos ojos. No sabía que buena excusa inventar para que Margott me lo creyera, pero espero que sonara convincente.

-¿Mi niña... que ha sucedido? -suspiré sin habla, sin responder aquellos hechos.- Dime...o me pondré a pensar que...-volví a mirar hacia otro lado nuevamente sin habla- ¿Kendall?...

Bleending Out From Love [Kendall Schmidt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora