capitulo 1

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Mi vida... Mi vida era ¿Como describirlo? Un desastre, un infierno, una tortura al lado de el. No sé como pasó ni que fue lo que cambió en el, solo sé que no es el mismo hombre de quien me enamoré. Este era diferente, este era una brutal bestia que consitía en maltratarme, humillarme y violar me. ¿Porqué sigo a su lado? Porque lo amo, lo amo con locura, el es mi vida y yo estoy ciega, pero ciega de amor.

Aun recuerdo el dulce chico que conocí, yo tenía diecisiete años y el diecinueve. Fue cuando mi primo Max se mudó frente a la casa de los Schmidt, me había pedido que lo ayudara con la mudanza y fue ahí cuando esos profundos ojos verdes me captaron y enamoraron, ahí fue cuando comenzó mi loco amor adolescente, ahí fue cuando mi corazón llegó hasta aquel joven guapo de diecinueve años, Kendall Schmidt.

Algunos meses despúes, de ser amigos, recuerdo que Kendall me había llevado al cerro, donde el solía hacer expediciones con Max, quienes eran buenos amigos. A la cima, despúes de exigirle el motivo del cual me traía a este lugar, me robó un beso, dulce y tierno. Aun puedo recordar y saborear ese beso, aun puedo recordar el dulce aroma de pino que rodeaba el lugar, dándole un ambiente natural a las cosas. En ese mismo lugar me pidió ser su novia, al cual aceptada a las mil maravillas acepté sin ninguna duda, sabía que el era el hombre de mi vida. Cuando el pidió que aceptaran mis padres nuestra relación, mi padre se opuso rotúndamente, ya que dijo que Kendall no era el hombre indicado, que mi vida iba a ser mala a su lado, pero como la estúpida que soy no le hice caso.

Cuatro años despúes de novios, llegamos al paso más importante. Con una copa de Champage en la mano mientras que descanzabamos despúes de haber hecho el amor, tomó mi mano, preguntándome en el ambiente exótico de la excitación, placer y pasión con un toque de amor si quería casarme con el. Acepté, acepté emocionada. A los ocho meses despúes llegué a la iglesia con un vestido blanco y largo, hecho exclusivamente para mí. El se veía como todo un galán en ese momento, un novio de revista. Niall sostenía mi mano mientras me entregaba en la iglesia al hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, en lugar de mi padre, quien me dejó de hablar cuando se enteró que me iba a casar con Kendall. Pues siempre dijo que el tenía algo malo y apenas en este presente lo pude notar. 

Salí de mis pensamientos cuando sentí el motor del auto de Kendall llegar a casa, haciéndome dar un brinco sorpresivo como alarma de que mi esposo había llegado. Terminé de servir el plato de Spagetti y su lata de cerveza, no debía servirle alcohol en la tarde ¿Pero que era peor: No darle la cerveza y recibir unos buenos golpes o dársela y que me humille emocionalmente? Entre la espada y la pared, siempre era así desde que estoy al lado de mi querido esposo. Abrió la puerta serio, mientras que cargaba su maleta con cosas de trabajos y una leve sonrisa. ¿Me pregunto que perra se le había lanzado esta vez? Era raro, mi Marido para el colmo me era infiel y yo solo me pregunto sarcásticamente con que perra fue esta vez.

-Hola... -me habló calmado- ¿Como estás?.
-¿Enserio?..-cállate ____, pensé- ¿Como tienes el valor de preguntarme eso eh?
-Solo intentaba ser amable...-respondió calmado-
-¿También serás amable cuando me golpees? -cierra la boca, ¿como era posible que no me callara?- ¿O lo serás mas cuando me digas con cual de tus secretarias te acostaste hoy?
-Ya Basta _____ -gruñó fastidiado- No... no me he acostado con ninguna de mis secretarias y... -tragó saliva dudoso, maldito- Y...yo... lo lamento...
-El Almuerzo está servido... -musité- provecho.
-Gracias... -asintío culpable, me alegro que lo estuviera- ¿Almorzarás conmigo?
-¿Me golpearás si no lo hago? -negó mientras evitaba mi mirada- entonces.. quédate solo.

¿Porqué?, ¿Porque si soy la mala yo un dolor en el pecho me viene? ¿Porque si la mala soy yo me aprieta el alma la culpa, haciendo que mi respiración se acelerara y las ganas de llorar me vinieran? Maldición. Maldito marido infiel, maldito marido golpeador, maldito Kendall Schmidt. Subí las escaleras mientras que lo escuchaba subir tras mio, o una de dos, O venía nuevamente a disculparse (Algo que definitivamente no era probable o era lo que no haría) o golpearme por ser contestadora con el. Entré al cuarto y me senté en la cama, el se quedó frívolo y serio, mientras que bruscamente me tomó de las muñecas (Y aquí vamos, la segunda opción). 

-¿Que es lo que te pasa? -su ceño estaba fruncido y su mandíbula estaba apretada- ¡Dime!
-Me aburre la situación Kendall...-susuré débil, intentando calmar la situación-
-¿Quien te crees Joder? -me apegó a el a la fuerza.- ¡Dime!
-Soy tu esposa... -apagándose, mi voz estaba apagándose-
-Eres mi mujer... -asintío- por lo tanto debes hacer lo que yo te diga.
-¡¿Pero...?!.-alzó la mano mientras que recibí la primera bofetada del día- 
-¿Ibas a decir algo?... -no llores, no llores me repetía una y mil veces- te escucho...
-Nada...
-Eso pensé -me soltó- ahora ven y calienta la comida, gracias a tus berrinches se debe haber enfriado... -tronó sus dedos- Y te me apuras.
-Si señor...

Miedo, miedo a que los golpes lleguen a una peor situación, aunque a veces (como ahora) preferiría que me matara a golpes, por lo menos muerta no me puede hacer nada. Al bajar conmigo encendió la tv, escuchando perfectamente como decía el programa ''No hay matrimonios buenos ni malos, solo hay momentos buenos y malos, pero con el señor a nuestro lado, el matrimonio siempre será perfecto''. ¿Que mierda de frase es esa? ¿Acaso no notará el señor como es mi matrimonio? Una mierda, eso era, una mierda. Tres años de casados y todo es una mierda, tres años a su lado y mi vida es una mierda ¿Eso es ser feliz? pues no, no lo es.

En la noche todo fue igual como siempre, me encerré en el baño mientras que observé mi cuerpo una vez más.. ¡Me sentí un asco! Mis brazos marcados por la fuerza de sus manos, quienes dijeron protegerme algún día, ahora eran esas manos quienes me lastimaban. Limpíe algunas lágrimas mientras que estaba recostado y durmiendo en la cama, mientras que débilmente me recosté a su lado, algo triste, mientras que me cubrí rápidamente.

-¿Sabes Kendall? -musité- a pesar de todo... a pesar de lo que eres.. -suspiré- aún te amo...

No me escuchó, porque su sueño era bastante profundo. Mis ojos núevamente se aguaron mientras que los cerré débilmente, mientras que trataba de descansar, hasta que lo pude hacer, al menos, al menos ahora.
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Espero que les haya gustado el primer capítulo, para que vayan entendiendo la novela no consiste en la típica historia del marido golpeador que luego es perdonado y etc... consiste en las heridas que quedan abiertas despúes de esa etapa, llevando a ____ a diferentes soluciones para cerrar la herida, unas más drásticas que otras

Bleending Out From Love [Kendall Schmidt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora