Capitulo 34

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Lentamente, mis ojos volvieron a abrirse, esta vez no encontrándome en la fría carretera de Forks de regreso a San Diego, si no que en una habitación color blanco, donde estaba conectado a una máquina que facilitaba mi respiración y a mi lado, estaba mi madre quien sollozaba. No podía sentir nada de la cintura para abajo, eso me asustaba pero no tanto como el hecho de que _____ pudiera estar bien o no. Quité mi mascarilla con cuidado, sentía todo mi cuerpo pesado en verdad, al parecer, estaba todo más mal de lo que pudiese pasar.

-¿M..Mamá?.. -hablé débilmente.
-Oh mi amor... -me miró con una sonrisa en sus labios, para besar mi frente lento.- Me alegro que estés vivo, es un milagro mi niño, un milagro..
-¿Donde está ____? -pregunté, era lo último que me importaba.
-Ella está muy mal Kendall.. -negó ella, para tornar una facción triste- tiene muy pocas esperanzas de vida.
-No mamá, no digas eso.. -respondí, sintiendo el cómo mi mundo se caía a pedazos- ella tiene.. tiene que vivir joder.
-Kendall, su corazón está bastante débil, no tiene expectativas de vida, además ella y tú son los únicos que sobrevivieron al accidente.
-¡Pero mamá! -reclamé entre sollozos como un niño pequeño.- ¡ella no!

Cubrí mi rostro, tratando de no llorar frente a ella, pero me era totalmente inevitable. Traté de mover mis piernas, pero no las sentía, era entonces que se me ocurrió formular la próxima pregunta.

-¿Volveré a caminar?... -pregunté crudamente, ella no hizo nada con la cabeza.- entonces estoy mitad vivo y mitad muerto ¿verdad?.
-Kendall, el hecho de que quedes inválido no significa que tu vida haya acabado cariño.. -yo solo negaba.- ¡Por diós Francis! Estás vivo y es lo que importa, además hay posibilidades de en unos años volver a caminar.
-Si ___ no sobrevive mamá, no cuentes con mi vida, porque tenlo por seguro, no la querré sin ella.

¿Que me dolía más? ¿que por el resto de mi vida no volveré a caminar o el hecho de que puedo perder a mi amada por siempre? ambas cosas son muy fuertes, pero al menos, podría volver a caminar pero en años y si perdía a mi amada, sería un dolor que jamás superaría. Un doctor entró con una dicha médica y una leve sonrisa al ver que por lo menos yo me había salvado, aunque suene mal agradecido de mi parte, me valía si seguía vivo o no, solo quería que ella sobreviviera a costa de lo que sea. El doctor se dirigío hacia mí, para tocar mi pierna y ver si sentía su tacto, no, no sentía nada.

-¿No sientes nada Kendall? -me preguntó, negando con la cabeza.
-Nada.
-Al menos, estarás vivo, es lo que importa ¿no es así? -preguntó, pero yo solo negué bajando la mirada.- ¿no estás feliz por eso?
-Solo quiero saber sobre _____, saber si está viva, saber que si logrará sobrevivir.
-Mira Kendall, eres su esposo y mereces saber las complicaciones del estado en tu mujer. -habló, al menos no me ocultaría información como los otros- _____, _____ no está para nada bien. -suspiró- ella tiene todas las esperanzas de estar bien si no hubiera fallado su corazón, eso es lo que la condena a la vida y a la muerte.
-¿Se puede hacer algo doctor para salvarla? estoy dispuesto a todo.
-Oye tranquilo, dejaremos que transcurran a lo menos veinticuatro horas más para ver si ella estará bien, si es así ya veremos las opciones disponibles para que ambos sobrevivan, con permiso.

Miré a mi mamá quien sollozaba, sabía que algo más andaba mal en mí, porque si no fuera así estaría más calmada. Un mareo comenzó, haciendo que cerrara los ojos con dificultad, sintiendo el cómo mi cuerpo comenzaba a moverse de forma extraña sin mi voluntad, lo único que escuché es a mamá gritar.

- ¡AUXILIO! ¡AYUDA POR DIOS! ¡MI HIJO CONVULSIONA!.

Intentaba calmarme, pero me era imposible, era como si no pudiera tener control de mi cuerpo, como si todo se fuera del control de mis manos, era como morir lentamente, dolorosamente insoportable. Sentí como nuevamente inyectaba aquel líquido que hacía arder mi brazo, simplemente el describir el dolor sobre esta situación me dejaba corto de palabras, era como si no terminara nunca. Al momento de escuchar a los doctores hablar y hablar mientras que yo intentaba calmarme, la vista nuevamente se nubló de color negro...

Ahora lo único que podía observar era un lugar, un lugar bastante agradable la verdad, el campo, las flores y varios fenómenos naturales que hacían de esta una vista perfecta. A un lado, una mujer con un vestido blanco se acercó a mi, era ____... Se veía totalmente bellísima, era como si nada le hubiera ocurrido, era como si nada de esto hubiera pasado, porque se veía tan sana como un roble, bella como un ángel y dulce como la miel, esa era mi mujer.

-''Ven...''

fue lo que susurraba, extendiendo su mano y viendome con aquella sonrisa y luz en sus ojos que me enamoraron al momento de conocerla. Sin pensarlo dos veces, tomé su mano para ir hacia donde ella quisiera llevarme, hasta el fin del mundo si era necesario. Caminaba tras de ella como perro embobado ante sus encantos, ella solo sonreía de manera dulce y tierna avanzando, era como si emprendiéramos un viaje hacia lo desconocido, al paraíso. Ella se detuvo y tomó mi otra mano, era tan bella como un ángel, era como si ella hubiera caído del cielo para salvarme.

-Tienes que regresar. -musitó.- sin mí...
-¡¿Que?! -la ví totalmente extrañado, negando con la cabeza.- no mi amor, déjame quedarme contigo.
-Esto no es real Kendall, tienes que ir, vivir, sin mí.
-No ____, no me pidas eso, sabes que te amo con mi vida, ¡no vivo sin tí!. -exigí.
- Aprenderás a hacerlo, tú tienes salvación, una vida dura pero vida, yo ya no tengo esperanza.
-No, no princesa no...

Todo nuevamente se volvió negro, se comenzaba a desvanecer junto con ____, haciéndome volver a la realidad de golpe, volver a despertar en aquella sala de hospital junto con mamá y ahora, Carlos a su lado quien se levantó rápidamente al ver el cómo despertaba. Intentaba hablar, pero las palabras simplemente no salían de mi boca, era como si un retroceso mental ocurriera en mí. El solo suspiró bajando la mirada, yo no podía ni moverme ni sentir nada, esto era una real tortura.

-No te esfuerces amigo, más tardes podrás hablar.. -mordió su labio en señal de no querer llorar.- Kendall, has sido mi mejor amigo desde la universidad, desde que me ayudaste a pasar Geografía y yo te ayudé a que te dejaran de molestar, a sí como a recuperar a _____. -Una lágrima resbaló de su mejilla- mira Bro, tal vez no volveré a verte, pero quiero que sepas que siempre te querré como mi hermano menor, somos familia, somos un sentimiento ¿lo recuerdas?.

No entendía el porqué me decía esto, solo dirigía mi mirada hacia el, quien se dio la media vuelta a abrazar a su esposa, quien solo negaba bajando la cabeza. El moreno se volvió a girar hacia mí, con sus ojos totalmente llorosos.

-Mira Kendall, si sobrevives, prometemos ayudarte a volver a caminar, a ser nuevamente tú, pero por favor, no te mueras.
- Kendall... -habló su esposa, mientras que yo la observé.- si es de ayuda, ____ aún no muere, está luchando por su vida así como tú por la tuya.

Lo único que lograba analizar con todo esto, es que estaba en peligro de vida o muerte.  Quería decirle a mi amigo, que estaba bíen, que podía escucharlo y que quería abrazarlo para calmarlo. Carlos era como un hermano, así como lo era Logan. Hablando de este, apareció de forma ''mágica'' detrás de ellos, sollozando igual. Quería decirles a mis amigos que estaba bíen, que por el maldito calmante no podía hablarles, me partía el corazón el saber que todo estaba saliendo tan mal, el como mi vida estaba rota. ''____ aun no muere'', eso significaba que ella iba a mir y lo más probable es que yo también pudiera morir.

Comencé a analizar, tal vez si ambos moriríamos estaríamos juntos en el más allá. ¿Existirá el cielo? era una de las preguntas que ya comenzaba a formular, si era así, quería irme con ella. Si yo sobrevivía y ella no, de todos modos terminaría bajo tumba, porque no podría vivir con la mitad de mi cuerpo vivo y sin ella, no podría. Si yo muero y ella sobrevive, ella puede ser feliz, con su vida, sin mí y yo, estaría feliz ¿por que? porque no hay nada más que puede hacerme feliz en la vida que ella siguiera vida y feliz, aunque sea sin mí. El tanto pensar en esto, lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, haciendo que Logan con su gruesa palma las limpiara por mí, esto sin duda era el momento más crucial de mi vida, solo accedí a negar leve y tratar de volver a dormir para pensar e imaginarme que todo volverá a ser mejor para todos.

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Bleending Out From Love [Kendall Schmidt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora