capitulo 5

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Me quedé impactada por lo que acababa de decir ¿Acaso me iba a violar? Solo opté con negar con la cabeza y tratar de salir de ahí, pero el me cogió con mucha fuerza de los brazos, empujándome hacia el sofá rápidamente. Traté de volver a levantarme pero me dio una fuerte bofetada, mientras que se avalanzó sobre mí para besarme con brusquedad mientras que intentaba safarme de sus brazos, temiendo en verdad.

-¡Kendall no! -me quejé mientras que aplastó su brazo en mi abdomen, dando un chillido de dolor.- ¡Sueltame!

-¡Callate mierda! -me volvió a abofetear.

-¡Porfavor no!

Sus bruscas manos, abrían con desesperación mi blusa, mientras que yo, hacía un inutil esfuerzo por librarme de el. Mi corazón aceleraba con fuerza desesperada, temiendo esta vez de todo lo que podía hacer Kendall en estos momentos. Rompío tres botones de mi blusa y la retiró por completo, mientras que sus labios devoraban los míos y bajaban peligrosamente a mi cuello, no dis frutaba, es más, solo tenía miedo y quería que alguien me ayudara a salir de esta peligrosa situación.-¿Te gusta perra? -susurró en mi cuello mientras que intentaba liberarme- Un movimiento más y te juro, no sales viva de esto.

Me asusté más mientras que opté por quedarme quieta como una estatua mientras que el seguia en lo suyo. Bajó rápidamente mi pantalón mientras que yo trataba de no sollozar, pero era imposible, el me estaba tratando de hacer el amor (no, ni eso) sin mi consentimiento. al terminar su trabajo y quedar en ropa interior lo patee en su parte baja, logrando librarme de el.

-¡Maldita seas! -chilló contrayéndose por el golpe.- ahora si que.... lo pagas...

Temblé de miedo, retrocediendo dos pasos para subir rápidamente hacia en dirección del cuarto y el se había levantado, porque iba detrás de mi. Corrí una vez más tratando de no caer en el segundo piso, llegando hacia el cuarto, aunque solo bastaron cinco segundos para detenerme por el cansancio y el cerró la puerta tras de mi. >>Ahora si que es mi fin<< pensé asustada, mientras que el me tomó de la cintura y me empujó hacia la cama.

-¿No te gusta abrirte de piernas para cualquiera? -rió irónico- ¡Vamos! ¿No hace la diferencia que la abras para mi perra eh?

No entendía lo que estaba sucediendo, porque otra bofetada me dió, hasta que vi el cómo se quitaba su prenda a la fuerza y yo, semi-desnuda e indefensa. Quedó en ropa interior mientras que me jaló hacia el para terminar de quitar mi ropa, yo solo suplicaba por que me dejara en paz, que terminara con esto y me dejara libre pero no, ojos que no ven corazón que no siente. ¡Auxilio! era lo que gritaba mi mente y mi corazón al terminar de desnudarme y el con sus calientes y bruscos labios deboraba mi cuello, yo solo estaba en pánico, muerta de miedo. No quiero más problemas, no quiero que pase más golpes, por eso me quedaba ahi, dejando que el me toqueteara y a la vez hiciera lo que quisiera conmigo. Se hartó y rápidamente introdució su miembro en mi, sin importarle la brusquedad con la que lo hizo y yo en silencio. Rezo, rezo porque tengo suerte de seguir viva, pero aún así, a veces la muerte es lo mejor. El era el único que gemía como un animal, el era el único que gritaba mientras que yo solo me quedaba en silencio, aguantando todo lo que me estaba haciendo, esta era la primera vez que llegaba a este extremo ¿Cual sería el siguiente extremo?. Minutos despúes enyaculó en mi, sonriendo agitado y a la vez satisfecho mientras que yo seguía callada.

-Una vez más, has sido la mejor cariño... -sonrió triunfante- te follaría toda la noche.

Me levanté tomando las sábanas de la cama y me levanté reuniendo todas las fuerzas posibles para ir al baño, encerrarme ahí y comenzar a llorar. ¿Cómo había podido hacerme eso? ¡¿Que le había hecho yo?!. >>esto es tu culpa ____, tu eres la tarada que sigue a su lado<< pensé en mis adentros. Abrí solo un poco la puerta del baño mientras que vi a Kendall recostado y durmiendo, al menos, el estaba satisfecho. Volví a encerrarme y ahí estaba yo; con las mejillas rojas por las bofetadas que me había dado, moretones en mis brazos por sus golpes y sentir un ardor en mi feminidad por, por lo que había hecho...

[...]

Ocho de la mañana y ahí me encontraba yo, con el maquillaje casi completamente limpiado de mi rostro, usando una larga bata y totalmente callada mientras preparaba el desayuno de aquel hombre sin escrúpulos, un infeliz, un abusivo, un golpeador, un infiel, el hombre que ha cagado mi vida por completo, mi esposo. El se había levantado al parecer sonriente, mientras que aguardaba mis ganas de golpearlo en la cara o en las bolas, pero golpearlo. Serví su desayuno en silencio mientras que evitaba el mirarlo a la cara, quedándome a una distancia de el esperando mi siguiente orden, si en algo tenía razón, es que era una perra faldera.

-¿Te dolío? -preguntó triunfante.- Dime... ¿Que se siente?

-Cállate... -susurré con la voz quebrada.

-Hay vamos.. -rió- solo pregunté querida esposa, por que... -hizo una pose pensativa- que me pasé ¿verdad?

Salí rápidamente de la cocina evitando oír más sus asquerosas palabras hacia mí ¿Cómo no tenía la desfachatés de preguntarme esas cosas? Creo que por eso mi papá jamás quiso ni aceptó mi relación con Kendall, porque sabía el tipo de infelíz que sería el hombre a quien le entregué mi alma y mi amor. Necesitaba desahogarme con alguien, desahogar toda la rabia que tenía dentro y luego, luego visitar a mi padre, aunque no me quisiera ver tenía que hacerlo, solo el me daría palabras de aliento para superar esta situación, aunque no sería hoy ni mañana, primero debo recuperarme totalmente de estos golpes y comportarme como una verdadera sirvienta para Kendall si no quiero más golpes. ¿Que más? Oh si, pensé sarcásticamente, ahora debo dejar de ser su esposa a ser su sirvienta y su puta las veinticuatro horas del día, que bajo haz caído _____.

Sentí como la puerta se cerró de golpe en el primer piso, Kendall se había ido al trabajo (o follar a su querida Sussy). Me sentí totalmente asqueada, asqueada por mi marido.

Fui hacia el baño de la habitación para darme una ducha, así poder relajarme unos momentos aunque sea, aun que sea cinco minutos en mi puta vida relajarme ¿Cómo lo haría? si es lo último que puedes esperar si estás casada con Kendall Schmidt. El fin. Entré al baño y cerré la puerta con seguro, para evitar molestias y fui hacia la tina para llenarla con agua y aquellos jabones para crear un baño de espumas, así poder relajarme un poco. Me desnudé completamente con tan solo sacar la bata que llevaba puesta ¡Dios mío! Es lo que diría mi madre al verme así, con ese asco de cuerpo, con ese asco de piel con moretones, ¡uuf! con razón busca a otras, si mi piel era la más horrenda de todas a causa de sus golpes, pero tengo la fé de que sanarán.

Sonaré la chica más estúpida e incrédula, ingénua y patética de todas, pero yo sigo manteniendo la fé de que Kendall Schmidt cambie ¿Estaré aquí para verlo? O me matará antes o me habré suicidado o aun mejor, lo habré dejado para verlo.

Me recosté en la tina mientras dejaba que las burbujas y el agua caliente-tibia me relajara por completa, pensando en el cómo tendré las fuerzas suficientes para soportar a Kendall de ese modo. Me hubiera gustado que Tiffany o Marie siguieran aquí en la ciudad, apuesto a que alguna de ellas me ayudarían con algún consejo para recuperar al Kendall que he perdido, por que apuesto a que esa teñida de su secretaria lo llena de cosas para que sea así y así consigue tenerlo en la cama. ¿Que debería hacer en todo estos casos? Podría optar por los siguientes caminos:

-El torturante: Seguir a su lado a pesar de los golpes, a pesar de sus humillaciones e insultos, por que a pesar de todo lo amo (camino más probable)

-El vengativo: Si cree que le soy infiel y el lo hace, ¿Porque yo no? Aunque me daría pena y vergüenza entregarme a otro hombre que no sea mi esposo, no va con mis principios.

-El arrogante: A pesar de que sé que me es infiel y me golpea, puedo tratar de seducirlo y volverlo a conquistar para que cambie y vuelva a mi lado, aunque suena demasiado humillante.

-El correcto: Simple, tomar todas mis cosas y dejarlo.

Bleending Out From Love [Kendall Schmidt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora