[Rakan x Xayah] Formas de ver [League Of Legends]

[Capítulo 14: Dolor]

Xayah acompañaba a Rakan y a Ahri, cabizbaja, sin intención de alzar la mirada por ninguna cosa en el mundo y la decepción se pintaba en sus ojos ámbar, que además estaban llenos de lágrimas. Sus piernas comenzaban a temblar cada vez que sentía la mirada de Rakan sobre ella.

No quería hablar pero sabía que una vez llegasen hacia donde la guiaban tendría que confesar todo, incluso en contra de su voluntad. ¿Pero qué se le podía hacer? El destino quiso que Rakan y Ahri fuesen sus confidentes, y ella no podía desafiar al destino, era algo imposible. 

Las calles estaban llenas de otras personas, todas llenas de alegría en sus rostros, y Xayah sentía envidia de ellos, ¿cómo el mundo podía hacer que un pequeño porcentaje de personas sufriesen? ¿Y por qué ella debía pertenecer a ese bajo porcentaje y no podía salir de allí?

¿Por qué desde pequeña tuvo que sufrir todo en soledad? ¿Por qué nunca contó con el apoyo de nadie incluso cuando sus sentimientos eran públicos, cuando sus conversaciones en clases la hacían tener notas de mal comportamiento, cuando todavía tenía un poco de esperanza en su corazón?

¿Qué era lo que le había hecho tener que sufrir en eterna soledad y para siempre, sin poder escapar de ese profundo vacío que provocaba sus lágrimas, ya familiares para ella? ¿Por qué nunca había recibido ninguna clase de ayuda incluso cuando se notaba que ella estaba sufriendo?

¿Cuál era el motivo? ¿Por qué la humanidad parecía estar perdida y maldecida con nunca tener compasión? Sintió sus ojos picando, las lágrimas surcando sus sonrosadas mejillas y su garganta aguantando los sollozos con la poca fuerza de voluntad que le quedaba.

Muchas veces había pensado en qué habría ocurrido si la suerte hubiese estado de su parte desde que nació, si las cosas no fueran tan desastrosas y sin tener solución alguna, si sus problemas cotidianos no existiesen, si pudiese sonreír con sinceridad desde años atrás, aunque no podía quejarse, al menos gracias a Rakan días atrás volvió a tener una pequeña esperanza en su corazón.

Una esperanza efímera que desaparecería en muy poco tiempo, inevitablemente, incluso aunque intentase hacer que perdure. Pero ella ya tenía entendido que lo bueno nunca es eterno, y lo malo sí. Dirigió una mano hacia su rostro, conteniendo otro sollozo, sintiéndose culpable por tener que verse así de vulnerable en público, donde cualquiera la podría juzgar.

Rakan la miraba de reojo, sintiendo un horrible sentimiento de culpabilidad por el hecho de no poder calmar a la chica, de hacerla sentir segura y hacer que dejase de llorar. ¿Pero qué podía hacer si ella no se sentía en confianza de confiarle sus problemas? ¿Cómo lograría avanzar si ella no comenzaba a intentar a ayudarse a sí misma? ¿Cómo la podrían hacer feliz si ella no quería ser feliz?

— Por favor, deja de llorar. A mí me duele que tú llores...— Murmuró dolido Rakan, pasando un brazo por la espalda de Xayah.

Al fin, después de un buen rato de sufrimiento por parte de Xayah, lograron llegar a la casa del de ojos celestes, donde se sentaron en los cómodos sofás del salón, preparados, o quizás no tanto, para una muy larga conversación.

Xayah, después de un rato habiendo mirado el suelo, alzó la mirada, hallando un salón completamente desordenado, lleno de aparatos electrónicos desperdigados sin orden alguno, dando un poco de ánimos a la muchacha de cabello escarlata. Se notaba a kilómetros de distancia que era un irresponsable tanto en la universidad como en su hogar.

Una sonrisa involuntaria se plantó en su rostro, Rakan le hacía pasar de estar llorando a sentirse en una nube de confort, lo que la hizo temer por la gran influencia de él hacia ella, y todo se estaba poniendo en su contra. ¿Y si él se aburría de ella y comenzaba a crear todavía peores rumores de ella en la universidad haciendo que se quedara incluso sin Caitlyn y Vi?