[Rakan x Xayah] Formas de ver [League Of Legends]

[Capítulo 2: Intento]

Los alumnos miraban con aburrimiento el reloj que había colgado en una de las paredes del aula, deseosos de que el timbre sonase, pues ya estaban en la última hora del día, y todos estaban emocionados por la fiesta que se llevaría a cabo en la noche.

O casi todos estaban emocionados, pues Xayah miraba sin expresión aparente hacia un punto indefinido, causando dudas a los compañeros que se sentaban a sus lados, y sobretodo inquietaba a Rakan.

El silencio del salón era bastante extraño, pues en otras situaciones, sobretodo por ser viernes, todos los estudiantes estarían gritando y sacando de quicio al profesor, pero los pensamientos los entretenían lo suficiente como para no abrir la boca durante una hora.

Ahri de vez en cuando desviaba la mirada hacia Xayah, intentando planear algo para poder conseguir que hablara con Rakan de una vez por todas, pero no sabía nada sobre la de cabello escarlata.

— Tendré que conseguir información.— Murmuró lo suficientemente bajo como para que ni el profesor ni ningún compañero se diese cuenta, no quería llamar la atención cuando quedaban menos de cinco minutos para acabar las clases.

Rakan en cambio hacía bocetos en su cuaderno, aburrido por completo, de vez en cuando alzando la cabeza para comprobar la hora. Pronto llegaría la hora de acabar las tareas de aquel día, si es que las entendía, porque sino las dejaba sin hacer, y en la noche disfrutar de una fiesta.

También tenía curiosidad de si Xayah asistiría a la fiesta o no, y no podía esperar a poderlo averiguar. Aquellos días la chica se estaba comportando mucho más extraña, sin siquiera producir algún sonido durante las clases, y eso intrigaba todavía más a Rakan, que quería poder hablar con ella.

Pronto, un sonido agudo se hizo audible en todo el edificio, mientras centenas de estudiantes guardaban sus utensilios, y habían algunos que ya los habían guardado hacía un rato y salían del centro con rapidez, sin esperar a sus amistades.

Lo único que deseaban en aquel mismo momento era salir de la universidad, o como ellos llamaban, infierno compartido. Rakan tampoco tardó en salir de allí, solo que él sí esperó a su amiga, pues además de ser mejores amigos vivían bastante cerca el uno del otro, y solían volver a sus casas caminando juntos.

— Menudo día más aburrido.— Se quejó el chico de cabello blanquecino, moviendo su espalda adolorida por el haber pasado tanto tiempo seguido sentado.

— Lo sé, pero la suerte es que bueno, esta noche habrá marcha.— Dijo Ahri, divertida, tomando agua de una botella que se había traído para no deshidratarse en todo el tiempo que estaría dentro de clases.

— Sí, es lo único bueno de hoy, a parte de que mañana es sábado.— Respondió con una sonrisa genuina. No había nada que le gustase más que poder disfrutar de dos días en su casa sin ninguna cosa que hacer. Era su paraíso personal y en el que podía hacer lo que quisiera sin miedo a ser juzgado.

— ¿Este fin de semana tienes planes?— Preguntó esta vez Ahri, interesada en las actividades de su amigo.

— La verdad es que no, me dedicaré a jugar videojuegos y repasar para el examen del martes.— Contestó algo aburrido en la última parte, pues lo más probable es que no podría dedicarse el cien por cien a jugar videojuegos si quería sacar buenas notas.

— Venga, ¿cuánto has estudiado ya?— Preguntó Ahri mirando interrogante a su amigo.— Es bueno estudiar, pero tampoco te debes pasar. También necesitas tus momentos de paz y calma.

— Creo que los profesores no entienden eso.— Rió el chico. Xayah también acompañó su risa y continuaron hablando de temas aleatorios hasta que llegaron a la casa de Rakan, donde se separaron.

— Nos vemos en la noche, y no te preocupes, que me acordaré de revisar que lleves comida.— Guiñó un ojo mientras se alejaba por la calle. Rakan suspiró, deseando terminar pronto las tareas.

Rakan entró en su casa, cerrando con llave, mientras miraba el reloj que había colgado en la entrada del pasillo. Se dirigió hacia su habitación, no sin antes tomar un plato de comida del microondas, pues siempre se preparaba la comida en la mañana para no tener que cocinar al llegar cansado de la universidad.

Tomó los apuntes de su mochila, con una mirada algo aburrida, y aunque no deseaba estudiar, era una obligación que debía cumplir, como el ir cada sábado a visitar a sus padres. Aunque para él eso no era una obligación, sino un tiempo de descanso.

Muchas chicas con las que Rakan se acostó se sorprendían al saber del lado estudioso y responsable del chico, además de su perfecta organización de planes y horarios, pues tenía tiempo de sobra de poder ver televisor, jugar vídeo juegos, estudiar y asistir a fiestas.

Para muchas era el chico perfecto, y muchas de sus ex-novias, pues aunque solía ir de cama en cama también solía buscar constantemente su chica perfecta y tuvo bastantes amoríos duraderos en el pasado, hablaban maravillas de él. 

Pronto acabó de comer y comenzó a hacer todos los ejercicios que les habían mandado aquel día, y aunque la mayoría no los entendía por completo, hizo su mayor esfuerzo para poderlos comprender y completarlos.

La tarde entre las tareas y el estudio pasó bastante rápido. Cuando terminó los ejercicios, decidió no tomar nada de cenar, ya conseguiría algún tentempié en la fiesta. Ahora lo único que le importaba era verse apuesto para la noche.

Preparado y vestido con un traje que solía reservar para buenas fiestas, Rakan salió de la casa, no sin antes haber cerrado todas las luces de la casa y haber cerrado con llave la puerta. Todavía no había sacado su carnet de conducción, incluso teniendo la edad adecuada, por lo que tuvo que caminar hacia la casa de Jayce.

Por suerte todavía no era muy tarde, las ocho de la tarde, y quedaban personas deambulando por la ciudad, así que toda inseguridad desapareció por completo al escuchar los gritos de felicidad de los niños jugueteando en los parques, ver personas paseando a sus perros y grupos de adolescentes en distintos lugares.

Y no, no se había olvidado de llevar algo de comer o beber, aunque Ahri sí se había olvidado de mandar un mensaje haciéndole recordar. Menuda memoria resultó tener su amiga. Y se había decidido por llevar una tarta de manzana enorme que había comprado el día anterior, sería un buen postre.

Rakan al cabo de quince minutos de caminata llegó a la puerta de una mansión enorme, completamente blanca y en la cual se podía apreciar una piscina y un montón de jóvenes en el patio principal, lleno de decoración fiestera. 

Pero eso no fue lo que llamó la atención a Rakan, sino una chica que corría hacia la entrada de la mansión, sujetando con torpeza una bolsa que se podía ver cómo estaba rota por un costado. Esa chica era Xayah, Rakan reconocería aquel cabello escarlata en cualquier lugar.

De aquella bolsa cayó un monedero rosado, por lo que Rakan se apresuró a tomarlo y corrió hacia Xayah, que estaba llamando al timbre sin inmutarse del chico que se había colocado a su lado.

— Toma, se te cayó esto.— Murmuró en un tono amable el chico, notando cómo Xayah se volteaba y agarraba con rapidez el monedero. Rakan pensó que Xayah le diría un solo gracias, pero ésta simplemente se apresuró a abrir la verja de para entrar en el patio de la casa. Él hizo lo mismo, decepcionado.

Pero al menos lo había intentado, y eso era lo que importaba, y si insistía quizás lograría algún buen resultado en el futuro, sin importar cuánto tiempo tuviese que pasar. Él sería paciente como siempre había sido, además de que no estaba solo en sus intentos de hablar con Xayah.

Ahri también lo ayudaría y él apreciaba mucho aquel detalle.

Pero ese mismo instante debía dejar de preocuparse por intentar hablar con la 'rara', apodo que se le había asignado en clase, y disfrutar de la velada junto a su amiga Ahri, a la cual localizó dando un rápido vistazo por la pista de baile en el patio, junto a la piscina. 

Pero también debía admitir algo, y eso era el cómo había sido invitada Xayah a una de las fiestas organizadas por uno de los chicos más populares de la universidad, y le gustaría saber la respuesta.

~CONTINUARÁ~