[Capítulo 16: Propuesta electrónica]

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La oscuridad a la que ya se había acostumbrado Xayah a causa de ese sueño, o pesadilla, no podía diferenciar bien, fue desapareciendo con lentitud, dejando ver una gran luz a la que sus ojos tardaron en acostumbrarse. Al fin, cuando pudo distinguir los colores con claridad, notó que no estaba en el sofá donde se había dormido, sino en una cama.

La habitación era bastante pequeña, pero parecía ser que el motivo era porque servía solo para habitación de invitados, que estaba llena de cajas desperdigadas por el suelo, y Xayah empezó a cuestionarse si algún rincón de la casa de Rakan estaba en orden, cosa que negó al instante. Rakan era un irresponsable irremediable.

Levantó los brazos, intentando desperezarse, sin saber qué hora se suponía que era. Quería gritar para saber en dónde se hallaban Ahri y Rakan, pero no quería despertarlos si es que dormían, pero entonces cayó en la cuenta de que si había pasado un día significaba que... 

— Ya es lunes.— Espetó con algo de temor, y no por el hecho de llegar tarde a la universidad, sino por su desaparición de su hogar, no quería hacer enfadar a sus padres, menos con el mal humor que llegaba a tener su madre.

Bajó la mirada, encogiéndose en el interior de la cama, envuelta por completo por las sábanas, sin intención de salir de allí.  Suspiró, notando la calidez de las mantas encima de su frío cuerpo, cerrando los ojos nuevamente. Quería dormir por toda la eternidad, en un sueño profundo y bello, olvidando toda la realidad.

Sin embargo, el haber soñado con aquel prado azulado antes, le hizo imposible el poder dormir, por lo que se quedó con los ojos cerrados, respirando levemente, sintiendo una bonita paz y calma al saber que allí estaba a salvo.

Al cabo de unos minutos descansando, o quizás solo segundos, ya no estaba segura de cómo era que pasaba el tiempo allí dentro, se levantó, sintiendo la leve brisa provenir de una de las dos ventanas que había en la habitación. Se dirigió a una de ellas, cerrándola para disfrutar de la calidez del ambiente. 

Xayah investigó con la mirada el lugar donde se encontraba cada mueble en aquella habitación, intentando localizar algún reloj que le indicase qué hora era en esos mismos momentos. y de ser posible, algún calendario, pero parecía que ese cuarto estaba abandonado desde hacía mucho y lo único que había en él era un pequeño armario, la cama en la que había dormido y una pequeña mesa de noche.

Tomó su bolso de la mesa de noche, buscando en su interior su celular, hallándolo al instante. Lo encendió mientras bostezaba, ya que no había dormido muy bien y seguía con bastante sueño. Pocas veces buscaba alguna excusa para no asistir a la universidad o a cualquier evento de educación, y la última vez lo que no asistió fue en primaria por una enfermedad bastante grave que había contraído.

Extrañaba esos momentos cuando podía seguir hablando con su padre sobre sus amigos, que en aquel momento tenía a montones, y podía disfrutar de la compañía de su madre ayudándola en los ejercicios, también podía ir a pequeñas reuniones familiares donde le solían regalar bastantes cosas, desde ropa hasta alimentos como cupcakes. Lástima que las cosas cambian, y los cambios duelen, afectan a la vida cotidiana de la víctima.

La afectaron a ella.

Miró la hora en la luminosa pantalla y notó que eran las nueve de la mañana del lunes día once. Suspiró, sin saber por qué Rakan no la había despertado para ir a clases, aunque de todas formas no habría podido asistir por la falta de material, tal como la mochila, y de ropa limpia con la cual ir.

Suspiró, quizás aquel día estaría completamente dedicado a pensar cómo le diría a Rakan qué era lo que la atormentaba, pero hasta le dolía, aunque no tanto como en el pasado. Posó su vista en la puerta, decidiendo que investigaría en la casa, y quizás se haría algo de desayunar, ya que su estómago rugía, no había comido desde la tarde anterior.

Al entrar en el salón, halló una nota con una letra bastante mal hecha y embarrada de tinta combinada con una bastante elegante y en cursiva. Seguramente la mal hecha era la de Rakan y la elegante era hecha por Ahri. Sonrió mientras comenzaba a leer en su mente.

Perdón por no despertarte, y lamento decirte que no fue porque te veías bonita durmiendo, cosa que es verdad (te veías como un ángel) pero creo que es necesario que te tomes un buen descanso de la universidad. No es saludable no tener ni un día de fiesta. 

Puedes prepararte cualquier cosa para desayunar, la nevera es tuya (Rakan no sabe que te estoy dando permiso para hurgar entre su sagrada nevera, por lo que escribiré cosas aleatorias para que no lo sepa. Tienes para jugar videojuegos, ver la televisión e incluso algunos libros en la habitación de Rakan.

Ahri escribió algo y no me deja ver, pero bueno. No hace falta que lleves un papel mañana con la razón de por qué faltaste, nosotros ya te justificamos la falta, claramente con una excusa falsa. 

Por lo que, ¡descansa! 

Con amor: Rakan y Ahri

Xayah sonrió por la buena relación de amistad que tenían ellos dos, y aunque cualquier otra chica enamorada sentiría una inmensa cantidad de celos, sabía que podía confiar en ellos, y les podría perdonar cualquier pequeño error, pues no era de las chicas rencorosas que cualquier problema se ponía a lloriquear hasta que se solucionen.

Y quizás esa bondad le había costado la felicidad y muchísimas lágrimas en lo largo de su adolescencia y en aquellos mismos momentos, de su juventud, esa actitud inocente la convirtió en alguien indiferente y sin preocuparse por los demás, o eso era lo que intentaba demostrar en su exterior, pues en su interior sufría, gritaba hasta que sus cuerdas vocales no podían más, lloraba hasta que sus ojos no podían aguantar el escozor de las lágrimas.

En su interior moría con lentitud y sin poderlo evitar, en su interior todo el sufrimiento se acumulaba sin ninguna pizca de piedad.

Una vez delante de la nevera, intentando calmar sus instintos para no tener que llorar, sintió que su celular vibraba, signo de que le habían enviado un nuevo mensaje, y era poco probable que fuera de sus padres, ya que ellos solo llamaban hasta quedarse sin batería, cargar el móvil y repetir el proceso, pero ella conocía sus técnicas, por lo que los solía bloquear.

Deslizó la pantalla y pudo ver un mensaje de Rakan entre todos sus mensajes. Suspiró mientras contemplaba lo que le había mandado, dispuesta a contestar lo más rápido posible, aunque su escritura a teléfono no era la más rápida del mundo.

Rakan: Me han expulsado de clase por no haber llevado la tarea de matemáticas :u

Xayah sonrió ante ese mensaje, sabía que tendría que haber advertido a Rakan de la tardea de matemáticas, pero los sucesos ocurrieron y no pudo disfrutar de la tarde a su lado, y además tuvo que mostrar una vez más su debilidad. Aunque la cara que había puesto Rakan en el mensaje le sacó algo de quicio, pero al menos no escribió con mala ortografía.

Xayah: ¿De verdad no recordaste llevarla?

Rakan: Nop. Cosas de estar cuidando toda la noche a alguien e-e

Xayah: ¡No fue mi culpa! Pudiste haber hecho de todas formas la tarea, era muy sencilla.

Rakan: También he empezado a escribirte por algo bastante importante. Ya nos hemos dado unos cuantos besos y... me preguntaba si podríamos tener alguna relación más formal.

Xayah: Pudiste haber esperado hasta que llegaras a casa, Rakan, eso no tiene nada de romanticismo.

Rakan: Es que no podía esperar a llegar a casa. ¿Entonces, qué dices?

Xayah: Acepto. Tendremos una relación formal, Rakan, y más te vale no desperdiciar mi aceptación. 

Y aunque Xayah en los mensajes parecía completamente sería, en la realidad se sentía llena de emoción, como si un montón de cohetes comenzasen a explotar en su estómago llenándola de una sensación extraña pero bonita, y aguantaba sus gritos por el bien de sus cuerdas vocales.

Pero esta vez eran gritos de felicidad.

~CONTINUARÁ~

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[Rakan x Xayah] Formas de ver [League Of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora