Reiniciar

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Las distintas nubes en el cielo tenían formas graciosas para el pequeño que las admiraba recostado desde el verde pasto. Una mueca de tristeza se formó en su cara al ver a un niño sollozar, sentado bajo un árbol, a gran distancia de él. Se levantó y se acercó hasta quedar frente a él.

—¿Por que lloras?— los sollozos cesaron sin embargo, no obtuvo respuesta.—¿Te puedo hacer compañía?

Mira atentamente al niño con cabellera negra al igual que la suya y el suéter de color negro que lo cubre hasta sus manos. Abrazaba sus piernas con fuerza y tenía la cabeza escondida entre ellas. Al no escuchar respuesta por segunda vez, decidió quedarse junto a él hasta escuchar una palabra salir aparte de los silenciosos sollozos e hipidos.

—Pues ya que no dirás nada, seré yo el que empiece.

Unos cinco minutos pasaron en los que ninguna palabra fue articulada por los dos peques, apenas y se escuchaba el sonido del viento y uno que otro niño jugar a lo lejos.

—Soy Jimin, Park Jimin...

°•°•°•°

—Tonta escuela...

Su boca formó un tierno puchero y le propinó, con su pie, un golpe a un poste y seguido se escuchó una queja de dolor.

—¡¡Tonto poste!!... tonto el que lo ubico ahí...

Su día en la escuela fue el peor, todos se burlaban de él por ser huérfano y algunos lo veían mal, por no decir también que los profesores le dedicaban una mirada de lastima. Al llegar a la amplia casa sus lágrimas no tardaron en salir, los recuerdos lo llenaban como si de un vaso con agua se tratara. Se fijó en el reloj, aún faltaban diez minutos para que el molesto de Chanyeol apareciera en su puerta. Como un fuerte golpe, el recuerdo del niño en el parque le prendió el bombillo; se ducho y como flash se vistió para salir rumbo al parque y evitar al chico de grandes orejas.

Ya en el parque lo visualizo y con una sonrisa se acercó encontrando a este en la misma posición del día anterior, se sentó a su lado y observo nuevamente el mismo suéter y un rojo opaco dibujando, lo que parecía ser un moretón, en su cuello. A diferencia del día anterior no se escuchaban sollozos.

—Hola... Soy yo, Jimin— espero una respuesta pero tampoco llegó.— ¿Quieres que te cuente algo?

Se rasca la nuca esperando a que se le prenda el bombillo y a pocos segundos le brota una idea.

—Me gusta mucho comer helado, especialmente de chocolate y oreo...

Cada día le contaría algo de él a ese misterioso niño, tal vez y sus tardes no serían tan solitarias...

°•°.°•°

Como una costumbre se dirio al parque, habían pasado alrededor de dos semanas en las que se sentaba junto al niño misterioso y lo acompañaba hasta que se hacia tarde y se iba.

—Holaa cajita misteriosa— sacó de su bolso una delgada libreta y la ubico a los pies del pequeño.— Hoy te traje un regalo.

El parque estaba solo a excepción de ellos y la preocupación que invadía al pequeño que recién llegaba. Fija su vista en las nubes con una amplia sonrisa capaz de alegrar a miles con lo tierno que es.

Aunque no sabia mucho del otro niño, le apodo "cajita misteriosa" debido a la forma de siempre encontrarlo sentado y lo misterioso que resulta para él. Durante esas dos semanas se sentia feliz nuevamente, tenia a alguien con quien hablar, bueno, a quien hablarle y no se sentia tan solo.

Tan perdido estaba en sus pensamientos que no supo en que momento oscureció, ya era tarde y debía volver a casa, aunque no quería dejar al otro solo.

—Cajita misteriosa ya me tengo que ir...

Se levanto y miro con preocupación al niño, aunque este no lo viera, se volteo y silenciosas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas y trato de limpiarlas. No quería volver a esa sola casa y tener que sentirse solo otra vez.

—Cuida bien la libreta... es muy valiosa para mi...

Desidido se dispuso a caminar pero una delicada voz lo detuvo, miro a su alrededor y no habia nadie aparte del niño que estaba en el suelo.

Ignoro lo sucedido pero antes de que pudiera dar otro paso se volvio a oir la voz.

—J-Jungkook...

—Uh?...

Un pequeño de cabellera negra y ojos grandes de un bello color café lo observaban con timidez y manos temblorosas donde una de ellas sostiene la libreta.

—Soy Jungkook...

—Cajita mist... digo Jungkook— corrigió sonriendo y abrazándolo, acción que tomó por sorpresa al pequeño.— ¡¡Hablaste!!

Para el pequeño que celebraba de la alegria habia sido el mejor día, por fin logró que el otro le hablara, esa noche no durmió, no porque estuviera triste por estar solito sino por la cajita misteriosa de nombre Jungkook.

°•°.°•°.°•°

Las tardes de videojuegos y noches de pijamadas se hicieron constantes, el sueño de ambos pequeños se había cumplido. Se convirtieron en los mejores amigos y aunque ninguno sabia sobre los problemas del otro eran felices mientras la pasaban juntos.

Una noche ambos se encontraban en el cuarto del pequeño Park viendo la película 'Buscando a Nemo' mientras devoraban un tazón de palomitas y algunas golosinas, cuando el mas pequeño dejo de prestar atención a la pegadiza canción de 'Dori' para mirar a su lado donde se encontraba su mejor amigo riendo y unas líneas aparecen en sus ojos y estos a la vez desaparecen.

—Hyung...

—Dime Kookie— dejó de reír y lo miro inflando los cachetes para luego darle leves golpecitos haciendo un ruido gracioso con estos. 

—Uh... e-este yo... t-tu...

—Que ocurre kookie, puedes decirme.

—Hyung... ¿eres feliz?...

I Need U || JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora