El frío

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El frío casi siempre se encarga de mordernos lo más fuerte que pueda. El frío nos hace jugar con él bajo sus manipuladoras reglas de protegernos y también asustarnos. El frío se lleva los latidos, se lleva el amor. Aún así, a ratos, congela el dolor y es muy difícil movernos del círculo del odio. El frío trae consigo un par de prendas, si he de no cumplirlas... el frío me abofetea.

El frío me paraliza cuando dejo caer un poco de mi ropa en otoño. Porque el frío está hecho para ocultarnos, para que sea invisible a tus ojos, para que ninguna de las otras estaciones me alboroten cuando estás cerca.


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