No se mira, se siente.

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Cuando escribimos nos tenemos que encargar de describir lo precioso de lo común. 

Tenemos que hablar del bostezo de la persona que amas, como el comienzo de un cuento de hadas. 

Tenemos que señalar que la caída en medio del partido, fue la puerta al cuarto lleno de trampolines.

No nos olvidemos de recordar que todo lo bonito, pasa por nuestros ojos. A veces hace una parada en el oído, y a veces quiere darnos a probar su sabor. 

La percepción, queridos, es eso que está prohibido dañar, anular. La percepción nos hace poetas.

VigiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora