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La noche del sábado había caído, el ambiente cálido del lugar envolvía a ambos chicos mientras caminaban descalzas sobre la suave y blanca arena que había en la playa. Aunque uno de ellos, no lo hacía del todo normal aún; estaba de más decir del por qué YoonGi caminaba con las piernas ligeramente abiertas. Esto, sin duda, le causaba bastante gracia a Jimin y a su vez, satisfacción. Y como no, si había esperado ya "demasiado tiempo", según él, en poseer ese delgado cuerpo.

La única iluminación que tenían era la de la luna y las estrellas. Estaban considerablemente lejos de la cabaña.

—¿Podrás seguir caminando? — cuestionó Jimin con cierto tono de burla.

—Eso creo... Me esta doliendo de nuevo — contestó el pequeño joven pálido.

Sin una palabra más, Park tomó a YoonGi en un estilo princesa para poder emprender paso de regreso a la cabaña.
El camino, al igual que la charla no fueron bastante largas;  Park Jimin no era bastante bueno conversando sobre "cosas de niños",mientras Min, no era muy confiado de si para hacer preguntas más atrevidas a su mayor.

Una vez llegados a la cabaña, Jimin llevó a su pequeña princesa hasta la cama, en donde lo dejo sentado, sin embargo, Yoon no tardo en recostarse fetal a lo largo del cómodo colchon bajo su cuerpo.

—bebé — llamó Jimin al más bajo mientras se acostaba tras él — Te vez aún más hermoso cuando estas así —

El tono de voz habían hecho que la piel de Suga se erizara por completo, más no de una forma en que a él le hubiese gustado. Si la voz del chico, generalmente era seductora, en ese momento no lo parecía, en cambio, sonaba sucia.
El accionar de Park tampoco ayudaban mucho; sus manos recorrían casi desesperadamente uno de los muslos del más joven y de vez en cuando, insinuaba tocar entre sus piernas.

—¿a-así como? — preguntó YoonGi incluso con miedo.

—Marcado — susurró en el oído de este —adolorido —mordió ligeramente el lóbulo de su oreja, lo cual hizo a Yoon encogerse — y tan tímido... Me vuelves loco —

Casi sin darse cuenta, apretaba con suma fuerza el muslo de su amante, quien apretaba ligeramente sus puños.

—me... Me lastimas Jiminnie —

Jimin ni siquiera pareció escuchar el quejido del más joven, pues su mano seguía apretando la senible piel del chico y en esta, sin dudas, quedaría marca de los dedos ajenos.

— Jimin... Por favor, me duele

Volvió a decir en un chillido tratando de quitar la mano de su acompañante pero sin tener ninguna respuesta aún.

Pocos minutos después, comenzó a sentir como el chico de cabello platinado comenzaba a frotar su pelvis contra su trasero. Dio un brinco separándose de él, sin embargo, fue apegado nuevamente escuchando un gruñido en el proceso.
Sus mejillas palidecieron al instante y su delgado cuerpo comenzó a temblar "no me haría daño ¿Cierto? Él no lo haría" pensó YoonGi mientras cerraba con fuerza sus ojos, pero al paso apenas de unos segundos, el roce de la fría mano ajena directo sobre su piel le hizo abrirlos de golpe; Jimin, tanteaba su vientre, pelvis e incluso su hombría. Mientras hacía esto le separaba las piernas llevando su mano a estrujar sus glúteos.

El pequeño Min se había quedado en shock, sus labios entre abiertos no podían emitir palabra alguna, ni siquiera cuando sintió como un par de dedos ajenos entraban en su aún adolorido ano. Las lágrimas nonse hicieron esperar, pero eran silenciosas... "No, no quiero... Me duele" esas palabras no podían salir de sus finos labios: lo gritaba internamente.
Si darse cuenta, estaba ya semi desnudo aún de espaldas al mayor.

— gime, bebé

La lasciva voz de Jimin se volvió a escuchar cuando entró de un solo movimiento en el interior del pequeño y claro que este gimió, más no había sido de placer, si no de dolor aunque a Park Jimin le complació aún más escucharlo de aquella manera.
A pesar de estar dilatado aún, el dolor que sintió fue como el de la noche anterior.

Su cuerpo estaba siendo marcado, mordidos, besado, pero sobre todo: ultrajado, maltratado por la persona de la que se había enamorado.

Está, fue la primera vez en que Park Junín había abusado del joven Min YoonGi.









— hoy regresaremos a casa, bebé

Eran al rededor de las 11 am, la voz del mayor se había escuchado desde el baño que se encontraba dentro de aquella habitación, YoonGi seguía acotado en aquella cama tapado hasta el cuello; respondió apenas en un quejido, no quería moverse, no quería levantarse, ni siquiera quería ver a su madre en aquel estado.

— bebé, ya te pedí perdón por lo de ayer — hablo de nuevo al tiempo en que iba a sentarse en la orilla de la cama para poder verlo — mira, ya te prepare la tina para que te relajes y te traje pastillas para que te calme el dolor, no quisiera esconder esas lindas marcas pero tu padre me mataría así que las vamos a esconder con maquillaje —  decía mientras seguía acariciando los verdes cabellos de su chico — prometo que no volverá a pasar, pero vamos,es tu culpa por ser tan lindo el que yo me ponga así —

Esas palabras las había venido repitiendo desde el día anterior e incluso comenzaba a creer que era cierto, en todo caso, Jimin siempre le había dicho que le encantaba.

— ¿ En verdad prometes que no volverá a pasar? — cuestionó el peliverve descubriéndose un poco para poder verle.

— lo prometo, mi amor — sonrió acercándose a besar su frente — cuando lleguemos a Seúl, te compensaré, te llevaré a donde quieras y te compraré lo que quieras, precioso —

Una vez convencido al más joven, lo tomó en brazos para poder llevarlo a la tina de baño en donde el mismo Park lo baño completo para hacerlo sentir mimado. Ya terminado en el baño, lo llevo de vuelta a la cama para cambiarlo y arreglarlo, tapando todas esas marcas visibles y darle las pastillas para que el dolor desapareciera, incluso, en el baño, le había puesto pomada entre sus glúteos. YoonGi de verdad había dejado pasar aquella violación a su persona, pues Jimin realmente parecía arrepentido.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2017 ⏰

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