Capítulo 13

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El pisar los pasillos del instituto el lunes por la mañana, significó inmediatamente que todo el mundo lo volteara a ver y empezara a cuchichear. Hasta donde sabía, el día viernes, justo cuando él no había ido a clases, había empezado a circular un rumor sobre su persona y sobre Wonwoo. Una tontería, como cada rumor que corría por las lenguas viperinas de sus compañeros.

Al no encontrar a ninguno de sus amigos, y siendo incapaz de aguantar las miradas dirigidas a él, Mingyu se dirigió a la cafetería del instituto para buscar una barra de granola en la máquina expendedora de allí. Se encontró con Tzuyu sentada al fondo y, más que todo por pena, compró otra barra y se acercó a ella. La muchacha parecía sorprendida de encontrárselo ahí y al ver su ojo morado, abrió mucho más los ojos y se cubrió la boca con las manos.

—Mingyu-ah, ¿qué te pasó? —Murmuró ella, Mingyu se encogió de hombros y le ofreció la barra—, gracias.

—No es nada, me golpeé.

—¿De verdad? Eso es lo que dice la gente cuando no quiere decir que le pegaron —intervino ella, abriendo el paquetito. Él la imitó—, ¿fue Wonwoo sunbae? Dicen que el viernes te amenazó y te obligó a ir con él a no sé donde, incluso hay un video.

—¡No! No fue Wonwoo, él no podría... De verdad, me golpeé con un televisor —explicó él con la cara roja—, puedo ser algo torpe a veces.

—¿Cómo estás seguro? Se dicen muchas cosas de él, y de todas formas, ¿por qué fuiste con él?

Mingyu dio un suspiro y mordisqueó su barra, sopesando en su mente la opción de decirle a la muchacha el por qué estaba tan seguro. Durante el fin de semana había hablado con Wonwoo y entre ambos habían acordado mantener su relación lo más bajo perfil posible, no porque no quisieran ser parte de los rumores que vendrían con semejante noticia, sino porque si esos rumores llegaban a parar a oídos de los profesores, terminarían también en oídos de su padre. Y si su padre se enteraba que Mingyu estaba teniendo una faceta homosexual, como decía su madre, obligaría al moreno a no ver más a Wonwoo y luego lo enviaría a un internado de sacerdotes en Argentina.

—Te diré algo, pero no puedes decírselo a nadie. Promételo —siseó Mingyu, acercándose a la muchacha, temiendo que hasta sus sombras pudiesen oírlos.

Ella asintió y se dibujó una cruz en el pecho—. Lo prometo.

—Wonwoo hyung es mi novio, por eso él no podría pegarme —susurró el moreno, sonriendo de lado con pequeñas chispas de orgullo—, no puedes decirlo porque... Sabes cómo son los chismes aquí, y el año pasado cuando dijeron que Nayeon estaba embarazada sus padres se enteraron también y la retiraron de la matrícula, a pesar de que era mentira. Si mis padres se enteran yo...

—Lo sé, te entiendo. No diré nada, Mingyu. Es una promesa.

Ambos se sonrieron, Mingyu con alivio y Tzuyu con comprensión y prosiguieron a comer sus barras de granola y conversar, como, realmente conversar. A diferencia de las veces anteriores, Mingyu prestó total atención sin tener que recurrir a la técnica de Hoonmin, e incluso participó en la charla, conociendo que la muchacha también podía hablar de algo más que manicura y menstruación. Antes de que el timbre de entrada sonase, recibió un mensaje de Wonwoo preguntando donde estaba y respondió inmediatamente; El timbre retumbó en sus oídos y ni él ni Tzuyu se movieron de lugar esperando al mayor, Wonwoo entró a la cafetería despoblada y se quedó de piedra al encontrar que Mingyu no estaba tan solo. Mingyu también quedó de piedra porque Wonwoo se había cortado el cabello.

Realmente había que ser detallista para notar el corte de cabello, además de que el mayor llevaba el pelo peinado hacia arriba, con la frente descubierta. Mingyu no sabía si ponerse a gritar como fanático o tocar por sí mismo la cabellera ajena.

Se Dice de Ti ➳ MeanieWhere stories live. Discover now