Por favor, ven

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El adolescente llegó aquella tarde a su casa sin contratiempos. Había tenido un día pesado en el colegio, por lo que lo único que le apetecía era distraerse un rato en la computadora. En aquel momento, las redes sociales todavía no habían llegado a las vidas de los jóvenes, así que lo único que tenían era el olvidado sistema de chat por Messenger, el hermano mayor de Skype.

No bien se hubo conectado, el chico advirtió como uno de sus contactos se ponía en línea también. Se trataba de un compañero de clases, el cual por cierto, había faltado ese día.

Transcurrieron solo segundos antes de que recibiera un extraño mensaje de su parte:

POR FAVOR, VEN.

El muchacho parpadeó confundido y se apresuró a contestarle. Le preguntó si sucedía algo, por qué había faltado a la escuela. La respuesta, invariable, llegó unos minutos después:

POR FAVOR VEN.

Extrañado, el chico intentó seguir la conversación sin éxito y después de media hora sin conseguir más que aquellas dos líneas, tomó su bicicleta y salió de casa. Había pensado en acudir al centro comercial esa misma tarde de todos modos. Pensó que en el camino, podía detenerse en casa de su compañero, que vivía a pocos minutos de allí.

Cuando llegó, encontró que la puerta principal estaba entreabierta y tuvo un mal presentimiento.

Cautelosamente, se aproximó hasta el pórtico y la empujo, descubriendo que el interior era un desastre. Los muebles se hallaban desordenados como si hubieran saqeuado el lugar. Y más allá, en la cocina, distinguió unas piernas de mujer en medio de un charco de sangre.

Aterrorizado, el muchacho volvió a su hogar a toda prisa y le contó a su madre lo que había visto. Rápidamente ella llamó al 911.

Solo se enteraron de la verdad cuando la policía hizo una inspección. La noche anterior unos ladrones habían irrumpido en la vivienda. Cuando el padre había intentado defenderse con su propia pistola, los delincuentes habían sacado sus armas y asesinado a la familia completa. Sin embargo, había un detalle todavía más escabroso por aclarar.

Al principio, el adolescente no comprendió por qué los oficiales lo interrogaban tan insistentemente. No les convencía su historia. Entonces lo supó cuando le pidieron revisar su computadora.

El asesinato había ocurrido por la noche. Y el mensaje por Messenger, lo había recibido al día siguiente por la tarde. La pregunta era, ¿quién lo había escrito?¿Habrían sido acaso los mismos asesinos? Imposible, pues el cateo policíaco reveló que habían escapado de inmediato.

Sintiéndose temblar, decidió que no quería averiguarlo. Los policías decidieron dejarlo en paz una vez que terminaron de esculcar en su ordenador, dándose cuenta de que no había ninguna prueba que lo inculpara por nada.

Esta historia, si bien lleva un tiempo rondando por foros y redes sociales a manera de creepypasta, se tiene por un suceso absolutamente real. Los hechos ocurrieron en Maryland, Estados Unidos y hasta el día de hoy, nadie ha podido explicarse como fue que el chico recibió tan perturbador mensaje.

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