JIMIN / 지민
Me levanté esa mañana con un malestar leve. No quería ir a trabajar. Acababa de graduarme y había comenzado a ganarme el pan en una pequeña empresa de diseño. La paga era decente y el ambiente era bastante agradable, pero la carga de trabajo era abrumadora y a veces requerían que los empleados hicieramos de todólogos por ser pocas personas.
Ni siquiera alcancé a desayunar, con algo de suerte le di de comer al gato y salí apresurado hacia la estación del metro. El día era lluvioso, francamente deprimente. Me dirigí hacia los torniquetes, pasé mi tarjeta y como pude corrí para alcanzar el tren. Aún jadeando trataba de controlar mi respiración, el vagón venía un poco menos lleno que de costumbre así que pude recargarme en el vidrio de la ventana mientras observaba el paisaje. A mis 25 años no podía decir que la vida era mala, tenía un trabajo que me gustaba a pesar del desgaste, una familia que me quería y apoyaba y un grupo de amigos, que aunque pequeño, siempre estaba ahí para mí. Podía decirse que nada me hacía falta, excepto quizá alguien con quien compartir mi vida.
Claro que, además, no podía olvidar mi condición de omega. Aunque la sociedad era bastante civilizada y los omegas podíamos vivir casi en igualdad de condiciones que los alfas y los betas, todo el mundo creía que un omega solitario estaba destinado a ser miserable. Yo no quería creerlo, me había esforzado por salir adelante en mis estudios, pagar mi propio departamento y hasta había tenido la osadía de adoptar una mascota y demostrarme a mí mismo y a cualquiera, que tenía la capacidad de cuidarme y cuidar de otros. No quería pensar que faltaba algo, quería aferrarme a la idea de que era fuerte.
Además estaba la leyenda urbana de las parejas predestinadas: leyenda porque era algo poco común, aunque había un caso cercano a mí que me había sacado de dudas sobre si era cierta o no. Igual no me gustaba, si alguien está destinado a estar contigo ¿Por qué tendría que ser cuestión de azar que lo encuentres o no? ¿Por qué la luna decidiría que dos personas se pertenecían para luego separarlas? No, no y no. Si alguien se llegaba a enamorar de mí tendría que ser por lo que me conformaba y no porque era un omega que alguna fuerza extraña decidió que le pertenece.
Seguía perdido en mis pensamientos cuando llegué a la estación donde debía transbordar para cambiar de línea. Mi trabajo en realidad no estaba lejos, pero para llegar debía tomar dos trenes. La masa de gente me ahogaba y lo único que quería era salir corriendo de la muchedumbre con la que avanzaba. El segundo tren siempre venía lleno y la estación siempre era un mar de gente. Agradecía que sólo debía aguantar dos estaciones en él. De repente, un olor fuerte a lluvia y chocolate me golpeó las fosas nasales. Seguía avanzando porque el río de personas me arrastraba con ella, pero mis piernas habían empezado a temblar como gelatina ¿Qué me estaba pasando? En un instante el calor fue recorriendo mi cuerpo y sentí el preámbulo de los síntomas que solían presentarse en mi celo. Eso no tenía sentido, mi celo había sido un mes antes y mis ciclos eran bastante regulares. Alcancé a entrar al vagón rogando porque mi olor se mantuviera controlado y nadie me brincara encima. Al voltear hacia afuera podía ver como un muchacho alto y castaño se abría paso entre la multitud desesperado. Cuando sus ojos y los míos se conectaron pude sentirlo, una electricidad vibrante me atravesó y mi lobo interno me rasguñaba con ahínco.
Es él, es él.
Estaba seguro de que él era la fuente de ese olor que me tenía atrapado, pero no pude reaccionar, estaba asustado y las reacciones de mi cuerpo no estaban ayudando. Antes de que él pudiera alcanzarme las puertas del tren se cerraron y sólo alcanzó a poner su mano en el vidrio a la misma altura donde estaba la mía. Por un parpadeo sólo un vidrio nos separaba. Mi corazón latía a toda prisa y en lo que tardaba en asimilar toda la situación pude ver su mirada de desesperación mientras el transporte comenzaba a avanzar y se perdía su mano en la lejanía.
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Inefable II Kookmin Omegaverse
Short Story"Del lat. ineffabĭlis 'indecible'. 1. adj. Que no se puede explicar con palabras." Esa es la mejor manera de explicar como se siente Jimin el día en que por breves instantes se encuentra a un desconocido que le remueve todo en su interior. ❁Historia...