Inefable II Kookmin Omegaverse

Marcas

JUNGKOOK / 정국

Nos quedamos un rato en la tina. Me dediqué a pasar la esponja por su cuerpo y darle besitos en los cachetes. Había logrado mi cometido, en ese momento Jimin se había relajado totalmente y parecía un pequeño gatito hambriento de mimos. Y ¿Quién era yo para negarme? Mientras acariciaba sus cabellos mojados y olísqueaba cada tanto su cuello, Jimin jugueteaba con la espuma de la bañera, con las puntas de sus dedos formaba figuras extrañas y trataba de que adivinara lo que había dibujado.

—¿Es un huevo estrellado?

—Noo.

—¿Una nube?

—Oh vamos Kookie, usa un poco tu imaginación.

—¿Una nube en forma de huevo estrellado?

—¡No! Es un conejito.

No pude evitar verlo con incredulidad, a pesar de que Jimin era muy bueno dibujando, no habría poder humano que me convenciera de que la figura amorfa que flotaba en el agua era un conejo. 

—Mmm, tu conejo tiene problemas de identidad. Parece un huevo estrellado.

—¡Kookie! No eres divertido. 

Lo cual no era del todo creíble puesto que una bella sonrisa surcaba su rostro desde que habíamos empezado con el baño. Después de un rato más, el agua comenzó a enfriarse, por lo que decidí que era hora de salir.

—Minnie, salgamos. 

—Nooo, aún no —dijo mientras lanzaba espuma con sus manos.

—Anda, que te vas a arrugar.

—¿No me querrías si estuviera arrugado?

—Te amaría igual, pero no quiero que te enfermes.

—Ya pareces tu madre, te preocupas demasiado.

—Nopeeee, y tomaré eso como un cumplido.

Le piqué las costillas un par de veces para que se levantara y entre risas y jugueteos salió —finalmente— de la tina. Yo me levanté tras él mientras observaba lo bello que era. Todo su pálido cuerpo estaba decorado por pequeñas gotas de agua, bajando a través sus músculos suaves y la redondez de su culo. Era un espectáculo que no me cansaría de ver, y considerando la falta de sexo los últimos meses, pretendía tenerlo desnudo el mayor tiempo que pudiera.

Alcancé una toalla para él y tomé otra para secar los residuos de humedad en mi cuerpo. Estabamos terminando de secarnos cuando Jimin clavó los ojos en mi abdomen y los abrió con sorpresa. 

—Jungkook... —murmuró.

Tarde en captar qué estaba pasando hasta que seguí su vista hasta el hueso de mi cadera donde con una delgada línea estaban escritas dos letras.

"JM"

Sus ojitos se aguaron un poco y volteó a verme con una mirada brillante. Dio un par de pasos y acercó sus dedos a mi tatuaje. 

—¿Hace cuanto?

—Como un mes...

Él seguía acariciando esas dos marcas de tinta con suavidad, su toque me causaba un leve cosquilleo.

—¿Por qué no me lo habías enseñado?

—Estaba reuniendo el valor... tenía miedo de que no te gustara —dije eso último casi en un susurro. La verdad me daba terror enseñarselo, en mi cabeza tenía dos escenarios:

Escenario A: Jimin lo ama y me declara su amor eterno.

Escenario B: Lo odia y no me quiere volver a ver desnudo.