Capítulo 54

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Siento como mi respiración golpea mi pecho mientras tiemblo sin poder controlarme. Los recuerdos vuelven a mi mente, pero el más doloroso es el que más causa molestia en mi, mi abuela. Recordar eso me hace darme cuenta de que el puede hacerle daño a cualquiera que yo quiera sin importarle nada, y eso me aterra.

-Alison...

Pienso en esa habitación donde me tuvo por días, como me golpeaba y me humillaba. Pienso en todas esas veces en las que me preguntaba si mi papá seguía por algún lado. Pero me di cuenta de que que, el hombre que era mi papá desapareció y que nunca volvería.

-Alison, mírame.

Pienso en Jonathan, su infancia se arruinó gracias a él. Mi hermano maduró antes de tiempo gracias a lo que la vida le mostró. Y ahora que por fin ya es feliz comenzando la secundaria y teniendo casi olvidado eso, el regresa.
La pregunta es, ¿Por que?. ¿Hice algo malo para que me pasara esto?, no entiendo porque a las personas buenas nos pasan cosas malas mientras que a las malas les pasan cosas buenas, hay veces en las que la vida puede ser tan injusta...

-¡Alison!- Su voz me trae de vuelta a la realidad. Por algún motivo llegue al suelo con Dylan rodeando mi frágil cuerpo, miro mis manos temblorosas llenas de sudor y cuando las llevo a mis mejillas puedo sentir lágrimas en ellas.

-Estoy...estoy bien...- Contesto como puedo al ver su cara llena de horror. Sé que siente culpa por no haberme dicho y no estoy molesta por eso, sé que lo hizo por mi bien, el no quería que me pusiera así. Pero no puedo parar de preguntarme qué hubiera pasado si yo no sabía y por no cuidarme me pasara algo.

-Perdóname... por no decirte y por mi comportamiento, yo solo pensaba en que debía protegerte- Dice quitando dulcemente mechones de mi cabello que están en mi cara. Sigo enmudecida por todo lo que está pasando, se siente como si fuera uno de esos sueños que se sienten muy reales pero no, es uno real.




Después de que le pidiera a Dylan que me dejara en el departamento lo único que hice fue estar metida en mi cama tratando de dormir, pero no pude. Solamente me quede viendo un punto fijo durante horas hasta que por fin escuche la cerradura de la puerta abrirse. Necesitaba ver a Melissa y arreglar las cosas con ella, ahora más que nada necesitaba a mi mejor amiga a mi lado. No me importó escuchar la voz de Mark, si a ella en verdad le importo, vendrá conmigo.

Con pasos descuidados y tratando de que no se me vean los ojos rojos a causa de las lagrimas, logre llegar a la cocina. Ahí se encuentra ella riendo con Mark, aunque ella es la única que está riendo mientras el está en su celular. Trato de no hacer mucho ruido para que no se de cuenta de mi presencia y así pueda tener tiempo para elegir las palabras correctas.

-¿Pensaste lo que hablamos?- Le pregunta Mark a Melissa sin quitar la vista de su celular. Ella deja de sonreír para verlo seria negando con la cabeza.

-No, creo que estás exagerando las cosas...- Responde entrelazando sus manos.

-No exagero nada, ella ya no da señales de ser buena amiga. No respeta que estés con la persona que amas y te dejó de hablar de la nada- Pongo más atención cuando me doy cuenta de que están hablando de mi- Es mejor que dejes el departamento y te vengas a vivir conmigo- Ruedo los ojos al escuchar a Mark hablando cosas malas de mi, no es ninguna novedad porque eso yo ya lo sabia, solo que nunca lo había escuchado en persona.

Melissa pasa saliva mirando hacia el techo, y se el porque. Le incomoda cuando Mark le dice que "la ama", porque ella no siente lo mismo por el, aunque ella lo niegue yo sé que ella ama a otra persona.

Acéptalo, así fue... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora