Perdida

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Casandra.

Después de que Paloma desapareciera segui bailando con Luke.

El alcohol corria por mis venas,habia perdido la cuenta de lo que tomaba.

-No sabes cuanto había esperado algo asi.

Me rio.

-¿A que te refieres?

-No sabes cuanto he esperado por ti, porque me hagas caso, por sentir tus labios sobre los mios, carajo, tu no sabes cuanto me gustas-me sonríe Tomas.

-No tienes una idea de cuanto he querido estar contigo también.

Tomas me sonríe y toma un poco de su bebida.

Pero al bajar el vaso ya no era Tomas, era Luke.

Habia sido Luke, tome demasiado.

-¿Cas?-escucho la voz de Tomas detrás mio.

Pero debo estar alucinando asi que solo sacudo la cabeza para sacarlo de mi mente.

Pero siento una mano en mi brazo y me giro.

Efectivamente, Tomas estaba frente a mi.

Y tenia a Marco al lado, un Marco visiblemente furioso.

-¿Que pasa chicoooos?-me causaba bastante gracia observarlos asi.


¿Observarlos? ¿Cuánto he tomado?

-Luke, te la robare un segundo-dice Marco, o Tomas, no estoy segura.

No quería ver a Tomas, pero dado que no sabia bien quien era quien, en estos momentos podría convivir un poco con mis dos chicos.

Los conozco de la mayoría de mi vida, al menos a Marco, y a Tomas hace unos cuantos años, pero me gustaba el verdadero Tomas, el niño que aunque es sumamente atractivo, era amable y caritativo, siempre ayudando a los demás, ganándose los corazones de todas las chicas, hasta que se dio cuenta de que no quería la típica historia de amor juvenil, y se convirtió en Tomas Anderson, el rompecorazones.


Cuando me di cuenta alguien me estaba levantando en brazos.


Mire hacia atrás y alguien estaba tirado con las manos en el rostro.


Era Luke.


Comence a intentar bajarme, pero era absurdo, todos los intentos con toda la fuerza que reunia no eran suficientes.


Y de pronto, todo se torno negro.




Amor destructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora