Capítulo 14: Un Día Gruñón

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—Cass ¿estás segura de que estarás bien sola en el departamento? —pregunté. Cass estaba tumbada en el sofá, sujetando su teléfono a pulgadas de su rostro. Sentí como si ella ni siquiera estuviera escuchándome—. ¿Cass?

—Te escuché. Solo estaba teniendo un emocionante juego en Temple Run 2. Apesto —dijo Cass y lanzó su teléfono al otro lado del sofá—. Estaré bien Ni. No es la gran cosa.

Ella sonaba casi irritada... casi como si estuviera lista para arrancarme la cabeza. Tenía una mirada cansada en su rostro. El tipo de mirada que decía si me molestas te asesinaré. Esto significaba una cosa. Era su hora en el mes. Lo sabía por como Cass se comportaba cuando llegaba a esa época. Al principio estaba bien, pero si apretabas el botón que la sacaba de quicio, ella explotaría.

—Cass-

—Ve a hacer tu mierda. No me importa. Solo me quedaré aquí —dijo Cass. Gimoteó mientras se estiraba para sujetar su teléfono, después colapsó sobre las almohadas una vez más.

—Bueno... —dije. Estaba dudoso en ir porque Cass era como un dragón en estos momentos. Tenía miedo de que si dejara el departamento por un par de horas, ella hubiera quemado todo el complejo cuando regresara.

Cass me asesinó con la mirada—. Bueno ¡me voy! —asentí hacia ella. Después procedí a tomar mi abrigo, porque hacía frío afuera y metí mi teléfono en el bolsillo junto con algo de dinero—. Llámame si necesitas algo.

—Como digas. —Escuché musitar a Cass antes de que cerrara la puerta detrás de mí.

Estaba llegando tarde a una reunión con el management así que correr con mi auto era la única opción. La gente me dio miradas raras porque estaba haciendo ese trote-caminar.

Me metí al auto y arranqué el motor.

Recuerdo la primera vez que saqué mi licencia de conducir y lo difícil que fue comprar un auto. No fue complicado elegir el color y el modelo, pero si con los recuerdos que el auto me daba.

Al momento que entré al auto. No sabía siquiera como Cass estaba viva. Pensé que ella aún estaba atravesada con esas máquinas en su cuerpo o enterrada seis pies bajo tierra. Recordar el accidente de auto, refrescando mi memoria, fue lo más difícil.

Conducir un auto casi siempre me hacía recordar ese fatídico día. El día que casi, casi perdí a la única persona que me entendía realmente y me conocía y bueno... me amaba por ser yo. Ella era la chica que conocí antes de la fama, antes del caos.

Antes de que fuera controlado por un montón de locos.

Lo cual me llevaba al siguiente punto.

Mánagers.

Me estacioné en frente del edificio con una capucha encima de mi cabeza. Solo caminar en la calle era peligroso para mí. Las fans estaban por todas partes. No es como si no las quisiera. Era solo que llegaba tarde y el management probablemente me mataría.

Hice ese trote-caminata al entrar al edificio y cinco minutos después, estaba siendo regañado por llegar tarde.

Ninguno de los chicos estaban aquí porque el sujeto de interés era... yo.

—Tienes que dejar de ser tan irresponsable y llegar a tiempo. No culpes al tráfico. Llegaste tarde.

Normalmente, diría más excusas. Sin embargo, estaba un poco cansado de esto. Me senté en la silla y fui recibido por un miembro del equipo de management de One Direction.

—Así que ¿por favor podemos llegar al punto de por qué estoy aquí esta mañana? —pregunté. Debería estar desayunando ahora.

—Es sobre Macy y tú —dijo Dave el líder del management.

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