Capítulo Siete

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Otro día donde las dudas te carcomían. Kayn te había dicho todo lo que sabía, pero hasta él tenía sus limitaciones respecto a los conocimientos del basto mundo de Runaterra, específicamente de la Maquiavélica. Además, notaste que intentaba suprimir sus recuerdos relacionados a Noxus. No podías ver más allá de una sombra escondida en un arrecife de misterio y miedo. Su mente se hallaba negra cuando intentabas penetrarla sin que se diese cuenta. Kayn no era débil. 

--Le informaría a Zed lo sucedido, pero está en otra misión. --Incluso Rhaast parecía preocupado de lo que te pasó en el baño, aunque claramente sigue insistiendo en su mente que le servirías en un futuro no muy lejano. Dudabas que un monstruo como él pudiese sentir mucha empatia. 

 La voz de tu madre seguía en tu interior, mas no se manifestaba de forma física. Simplemente era un vago recuerdo que te perturbaba más y más. Un lago que la llovizna profundizaba. Tan lejano, y tan cercano a la vez. Simplemente ahí estaba tu creadora (porque a veces no estabas segura de llamarla "madre", esperando tu regreso a casa con una tentadora sonrisa. Intentaba seducirte para volver, pero Kayn no lo permitiría. Y no querías volver.

--Si te dejo ir, es probable que mueras --respondió Kayn cuando le comentaste tus deseos de abandonar todo. 

--No debo irme. No quiero tampoco... Sin embargo... --No había ventanas para mirar en el oscuro cuarto de Kayn, pero podías sentir la lluvia bajando a gran velocidad. Por unos momentos, quisiste que te rodeara para tranquilizarte. Era una sensación familiar--. ¿No hay una forma de recuperar mis recuerdos? 

--No sabemos cómo los perdiste en primer lugar. --dijo Kayn--. Himitsu ha descubierto el tipo de habilidades que posees, pero no hay absolutamente nada de tu pasado. --Pese a que eras un humano artificial, habías crecido al mismo tiempo que uno normal, eso lo tenías claro.

--Oye... --A veces te preguntabas qué era Kayn. Él tenía un lado misterioso. Un lado sombrío. Cuando te topaste con una que otra persona en el templo, pudiste sentir sensaciones más suaves, y recuerdos más claros. Pero con él era diferente--. ¿Puedo socializar con otras personas siquiera? --Kayn negó.

--Esto no es un club, ¿Sabes?

--Quería practicar algo... --Habías dominado poco a poco tus habilidades, mas la hipnosis seguía siendo un reto. Eso o es porque era el Segador Sombrío tu víctima. Aunque el verdadero motivo de tu repentino interés en salir era practicar más. Explotar todo tu potencial. Kayn finalmente entendió eso.

--Oh... Eso me agrada... --comentó Rhaast--. Podrías hipnotizar al patán de Ren y declararlo como un suicida. Eso me encantaría. --Kayn quería apoyarlo, pero por más que quisiera, no podía matar a un hermano. Y tú no querías matar a nadie, por ahora.

--Solo quiero ver hasta dónde llego. --Esto convenció a tu joven mentor. Pero decidió acompañarte hasta cierto punto. En los pasillos, una chica de cabello castaño largo atado en una cola de caballo les llamó la atención. Vestía con las prendas de la Orden, y tenía aires de inocencia. "Ha visto demaciado", persiviste de forma superficial en sus memorias "¿Cómo puede tener esa sonrisa?". Kayn rodó los ojos.

-- ¿Qué quieres, Luku?

--Oh, oh. Nada, señor Arrogante. --rió--. Solo quería saludar a la mayor creación de Noxus que está bajo nuestro techo. --Nunca habías visto que nadie tratara así a Kayn. Y mucho menos que lo desesperada tan fácilmente.

--Ella está ocupada conmigo, entrenando.

--De hecho no --dijiste--. Tengo tiempo libre, ¿Quieres comer algo? --Enfadar a Kayn era uno de los mayores y más peculiares placeres de la vida. Lo abandonaste en medio del pasillo, y fuiste con Luku hacia la cafetería. Tal vez un descanso y una amistad no te vendrían mal. Al llegar, habían unos pocos comiendo, descansando o charlando en voz baja. La cafetería no irradiaba alegría, pero si una disfrutable paz. Era la primera vez que estabas ahí, ya que Kayn siempre te traía la comida al cuarto o cuando entrenaban.

-- ¿Tu nombre es ____, no? --Asentiste mientras se sentaban--. Yo soy Luku, el Arcoiris de la Sombra. --Un nombre bastante peculiar--. Soy la mejor mujer de aquí, aunque por tus poderes, fácilmente podrías reemplazarme. Además, señor Arrogante es tu mentor. ¿No serían una linda pareja? Los dos alumnos más fuertes, siendo un dúo inseparable. ¡Ya quiero saber cómo sería su hijo! --Solo hubieses tenido un líquido en tu boca, lo hubieras escupido. Te sonrojaste tanto que parecían un tomate. Afortunadamente, no llamó la atención de nadie más.

-- K-kayn y yo no tenemos nada. --Aunque ya te había visto desnuda, por accidente. Pero la verdad, ni siquiera sentías algo por él... O eso creías. Aunque algo estabas segura: Kayn no estaba interesado en ti de esa forma.

--Duermen juntos. ¿De verdad me creeré eso?

--Duermo en el suelo mientras que él disfruta de su cómoda cama. ¿Crees que hay algo? --replicaste. Ella se encogió de hombros.

--Solo decía... --Ella te miró, curiosa. Se estaba preguntando qué habilidades tenías.

--No muchas, aunque son geniales. --Ella se emocionó. "De nuevo, la sangre inocente derramada... Por ella. ¿Qué clase de persona es así?" Querías ignorar eso e iniciar una nueva amistad. Decidiste no leer más de ella, aunque encontrar sus sentimientos era inevitable.

-- ¿Lectura de mentes?

--Algo así...

--Es un poco exagerado, ¿No? --La magia de LeBlanc no parecía conocer los límites. ¿Por qué tú deberías?

--Solo puedo curar un poco, crear escudos y sentir lo que otros sienten... --explicaste. Himitsu había averiguado todo sobre tu poder. Pese a que no parecían la gran cosa, las curaciones "no eran pocas". Los escudos, inquebrantables. Y los sentimientos infinitos. Le contaste esto a Luku, porque sabías que era de confianza.

--Eso es genial. Solo soy una experta en cualquier tipo de combate con los nunchakus. Y sé hacer a medias el Paso Sombrío.

--Eso también es increíble --Pese a que manejas bien la katana, te quedabas muy corta ante las habilidades de otros ninjas de la orden.

La atención de todos se centró en la leyenda viviente de Kayn, que acaba de entrar algo molesto.

--Oh, oh. Señor Arrogante está aquí... --No tenía a Rhaast, pero seguía imponiendo respeto con su sola presencia.

--____, Zed necesita hablar contigo. Acaba de llegar de su misión. --Te paraste algo nerviosa, Zed seguía siendo algo aterrador a tus ojos. Te dejaste guiar por Kayn, no sin antes despedirte de tu nueva amiga.

Nació en Jonia hace quince años. Fue producto de una violación. Su madre murió cuando tenía cinco y terminó en la Orden de las Sombras. Una maestra del engaño. Una cálida sonrisa oculta la sorpresa más temida de los enemigos cobardes: la muerte. Esos aires de inocencia no eran más que una máscara de Luku.

Little Shadow [Kayn x Lectora]Where stories live. Discover now