introducción

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                         ᴘ ʀ ᴏ ́ʟ ᴏ ɢ ᴏ

❝Todos nosotros cargamos esas pequeñas cosas que nadie puede ver.

         Y ellas nos sujetan como anclas, nos hunden hasta el fondo de todo.❞

Las anclas son cosas especiales. Uno puede pensar que el simple hecho de estar atado a algo o inclusive a alguien, es un martirio. Que para que estar ligado física o sentimentalmente a alguien si lo único que necesitas en esta vida es a ti mismo. Evitas dolor y sufrimiento, rechazo y corazones rotos, evitas la depresión…, evitas la vida.

 Y, para que mentir, Harry Styles era uno de los fieles creyentes de tal pensamiento, rechazando todo a su paso y alegando que no necesita a nadie más que a sí mismo; viviendo en aguas tranquilas y calmadas, la vida de Styles no es nada más que monótona y rutinaria. Bueno, eso hasta que Carter llego, tal cual un torbellino, agitando sus aguas y haciendo su vida más movida.

 Carter llega, radiante y con la esperanza rebosando de su diminuto cuerpo. Dispuesta a enseñarle a Harry que la vida no se basa en ver el lado negativo de las cosas o de ser conformista, le enseña que hay más de lo que está al alcance de sus ojos. Le enseña a que anclarse a alguien por un tiempo no está mal, pero lo más importante es que…, le enseña a vivir.

 Y Harry tarde o temprano lo acepta, acepta que el hecho de anclarse a una persona no es tan malo como pensaba, pero aquí el problema es que se anclo en Carter. Alguien que, por más irónico que suene, odiaba que se anclaran a ella.

 Harry y Carter, tan diferentes pero a la vez tan iguales. Harry piensa que Carter lo salvo a el de hundirse en la perdición, pero lo que él no sabe es que el la salvó por igual.

—Se el ancla que mantiene mis pies en la tierra y yo seré las alas que mantienen tu corazón flotando entre las nubes, por favor, Carter. Eres lo único que me queda —el rizado lloró, pensamientos iban y venían a su mente. Enfocó sus ojos en la máquina y el pitido que este realizo le dejo pasmado.

 Su ancla, se había elevado, dejándolo a él, en la oscuridad de sus pesares.

Harry se levantó y con la voz firme, dijo:

—Ella es mi ancha, y me rehúso a estancarme —miro a la rubia en su brazos y en un ligero susurro, le dijo—: Por ti…, y por mí.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2014 ⏰

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