Prólogo

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¿Alguna vez os habéis sentido vacíos? ¿Vivir sin vivir? Muerto en vida, para ser más claros.

Ese vacío era el que sentía yo en estos momentos. Querer algo con todas mis ganas y no poder tenerlo por muchas causas.

¿Qué te he hecho, Dios? Era una de las muchas preguntas que siempre rondaba por mi cabeza. Me había dado muy pocas cosas en la vida buenas y muchas más malas de las que una persona se merecía.

Levanté la cabeza suspirando para apretar su mano.

-¿Sabes? Había olvidado decirte que llamé a tu hermano. Sé que no se llevan muy bien, pero es parte de tu familia también. Dijo que llegaría pronto y eso espero. Mis hermanas también han querido venir, pero no pueden. Ya sabes, Nina tiene al bebé y Lari tanto de lo mismo. A veces pienso que son un poco egoístas. Saben que estoy aquí sufriendo y ni siquiera son capaces de aparecer. En fin...

-¿Savanah?

-Hola, doctor.

-Pensé que ya te habías ido a tu casa. -Negué con la cabeza para bostezar. -Es mejor que descanses un rato, hija.

-Estoy bien, tranquilo.

-Pero deberías dormir unas cuantas horas. Te vendrá mucho mejor.

-No quiero dejarlo solo.

-Bueno... -Se acercó a las máquinas que habían conectadas a Kyler para apuntar algo en su tablilla.

-¿Hay alguna mejoría?

-No, lo siento. -Asentí encogiéndome de hombros para cerrar los ojos por unos momentos. -Mira, si quieres me ofrezco a estar pendiente de él en lo que tú vas a tu casa rápido para ducharte. ¿Qué te parece?

-No, gracias...

-Por favor, insisto. -Volvió a decir haciéndome negar con la cabeza.

-Mi cuñado está de camino. No quiero que venga y no me encuentre aquí.

-Bueno, está bien. Llámame si necesitas algo.

-Gracias. -Respondí sonriendole para verlo salir de la habitación.

El doctor Agustín era el hombre más bueno y bondadoso que existía en la tierra. Tan solo lo conocía de hace unos días y ya me trataba como si fuera parte de su familia.

-¡Savanah!

-Hola, Micah. -Me puse de pie para ir a saludarlo, pero sin esperarlo, fue él quien me abrazó.

Sin poder evitarlo, comencé a llorar como si no hubiera un mañana.

-Shh... Tranquila. -Dijo intentando consolarme, pero era imposible. -Sé que no he estado aquí siempre, pero quiero que sepas que ahora puedes contar conmigo para lo que quieras.

-¿Q-qué voy a hacer si no despierta?

-Lo hará, estoy seguro. -Me limpié la cara separándome de inmediato para mirar a Kyler.

Micah era el hermano mayor de Kyler. Sus padres se habían separado cuando ellos eran pequeños y cada uno había decidido llevarse con ellos a uno de sus hijos. Por lo que la relación entre hermanos nunca había sido buena. No era fácil ni bonito tener que escuchar como tus padres echaban pestes por la boca del otro.

-¿Podrías decirme que pasó?

Cerré los ojos suspirando para contener mis nuevas lágrimas.

Esto sería muy difícil para mí.

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¡Hola, hola!

¿Cómo estáis?

Hoy os traigo esta nueva historia con la que espero que disfrutéis mucho.

No la considero corta, puesto que tiene muchos capítulos, pero si qué éstos son cortos. Últimamente estoy haciendo cosas diferentes y ésta es una de ellas. 😅

En lo alto de los capítulos aparecerán siempre el número del capítulo y el espacio en el que se encuentra, ya que es lo más fácil para que no os perdáis puesto que los capítulos irán saltando del presente al pasado.

Y para terminar, como siempre digo, intento hacer las historias lo más reales posible.

Ahora, sin más miramientos, os dejo para que sigáis leyendo. ☺

 ☺

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