Capitulo XIII

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Capitulo 13 - Pasado

-¡Eh, eh! -Mi cabeza no estaba pensando en esos momentos, tampoco mi cuerpo.

El tiempo se había detenido ante mis ojos cuando un gran charco de agua se tiñó de rojo a su alrededor.

Las gotas de agua seguían cayendo sobre nosotras sin ton ni son, sin olvidar su banda sonora: rayos y relámpagos.

Caminé hacia él lo más rápido que pude para agacharme a su lado y ver la brecha que se había formado en su cabeza tras la herida.

-¡Kyler, despierta! -Grité colocando su cabeza sobre mi regazo para moverle la cara.
-Por favor, despierta. No puedes hacer esto ahora que nos estábamos empezando a llevar bien. ¡Despierta!

De pronto, noté como alguien me agarraba de los brazos apartándome del cuerpo para ver como el doctor se acercaba a él.

Suéltame! ¡Kyler! -El doctor y varios de sus ayudantes lo pusieron en una camilla para salir corriendo, supongo que a la enfermería.

Quien quisiera que me estaba agarrando dejó de hacerlo para ir tras ellos mientras que yo no dejaba de llorar y de revivir esa imagen de nuevo en mi cabeza una y otra vez.

Lluvia, barro, caída y sangre.

Lluvia, barro, caída y sangre.

Cuatro palabras que habían hecho que mi mundo se desmoronara en menos de un minuto.

Fui a llevarme las manos a la cara para apartar las lágrimas cuando me había dado cuenta de que ambas estaban manchadas.

Mi pulso se aceleró haciéndome respirar agitadamente al descubrir que aquella sangre tenía nombre y apellido.

-Ven, tranquila. -Una chica, creo recordar que se llamaba Alice, me guió hacia el baño donde me lavó las manos con mucho jabón. -Todo va a estar bien, Savanah. Tú no tienes la culpa de nada.

-¿Qué?

-Sí, no tienes porqué sentirte culpable. Fue un accidente.

Lluvia, barro, caída y sangre.

De repente, fue como si todo hubiera vuelto a mi cabeza de forma rápida y autoritaria.

Kyler no se había caído por si solo. Yo lo había empujado al ayudarme a trepar por una pared. Yo era la única responsable de esa caída. Yo y solo yo.

Caí al suelo de rodillas para comenzar a llorar de nuevo sin poder evitarlo.

-Hey, no llores... -Alice intentaba reconformarme , pero no lo conseguía. -Parece que estás enamorada de él.

Bromeó, pero a mi no me hizo ninguna gracia.

Y eso era verdad, absoluta y totalmente verdad. Nos habríamos besado solo una vez, sí, pero ya me estaba enamorando.

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