03.- Preparativos

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La primera parada de Tom Riddle, en busca de unir su alma, fue a casa de Lucius Malfoy, uno de sus mortífagos del circulo interno. Lucius tenía en su poder un objeto que le pertenecía, un diario.

Uno de los secretos de Tom Riddle residía en ese diario, en realidad, dos secretos.

El primero es que él era heredero de Salazar Slytherin, por esa razón es que él hablaba pársel. El segundo secreto es que ese diario era un horrocrux. Un artefacto de magia tan oscura que casi nadie sabía sobre ellos.

Cuando creo el primero de ellos, jamás pensó que un día, debería buscar las piezas y restituir su alma, pero es que antes no existía la "profecía". Si bien el creía en las profecías, también creía que podían "usarse a conveniencia".

Si había entendido bien la profecía, ambos niños tenían un potencial latente de magia capaz de superar el suyo, pero sería hasta que escogiera a uno de ellos "como su igual", que ese poder se incrementaría y lo llevaría a su fin.

Si hubiera atacado a cualquiera de esos niños, la magia latente lo hubiera destruido, al menos su cuerpo mortal y su alma (lo que quedaba de ella en su cuerpo), se quedaría vagando hasta encontrar un cuerpo que poseer, y quien sabe si con todos sus poderes. No, Tom pensó que fue una mejor decisión esperar.

Gracias a sus padres de los niños, ahora tenía tiempo suficiente para organizar un plan en grande, primero debía tener su alma integra, todos los rituales de matrimonio eran claros en ese punto, "entregas tu alma al otro", así que, si él se enlazaba con su alma fragmentada, el ritual lo hubiera matado, literalmente, en cuerpo y alma. Primero debía reunir sus horrocruxes y luego, unirlos.

Una vez que tuviera su alma entera, debía hacer "fama y fortuna", ya que muchos rituales de matrimonio, sobre todo aquellos que permitirían enlazar su magia al niño que eligiera, pedían entre sus cláusulas "proveer un estilo de vida similar o mejor al que el consorte está acostumbrado". Ambas familias eran ricas y poderosas, así que tenía que obtener dinero, prestigio, alianzas que rivalizaran a las de esas familias. Y ser un lord oscuro no ayudaba en esos menesteres.

Tenía que buscar un trabajo u ocupación que le permitiera ese estilo de vida, pero primero lo primero, buscar su "alma". Ya luego vería lo del empleo y si esas dos tareas salían bien, lo siguiente sería investigar a ambos niños, aunque eso podía hacerlo antes gracias a su espía, Peter Pettigrew.

Dejo sus pensamientos de lado, cuando llegó a la mansión Malfoy, el propio Lucius estaba en la entrada esperándolo.

—Mi señor, adelante, ¿podría ofrecerle algo de beber? —Lucius Malfoy podría ser un mortífago, pero seguía siendo un mago sangrepura, cuidadoso de sus modales como anfitrión, Tom Riddle alias Voldemort, tenía que empezar a tomar nota de eso.

—Gracias, Whiskey de fuego si eres tan amable, Lucius—Lucius enarco una ceja que indicaba que el Lord, había hecho lo correcto.

A una señal de su varita, un elfo domestico apareció.

—Dobby, trae dos vasos de whiskey de fuego—.

—Enseguida amo, señor—.

Con un plop, Dobby desapareció y reapareció unos segundos después con una bandeja en donde dos vasos tenían un líquido ambarino.

—¿Se le ofrece algo más al amo, señor? —.

—No, es todo, lárgate—.

Con otro plop, el elfo desapareció, Lucius se acercó a su señor y le tendió el vaso. Tom Riddle no sabía mucho sobre etiqueta en realidad, así que pensó que también tenía que mejorar esa parte, seguramente los Potter y los Longbottom sabían sobre esos temas y esperaban que el futuro esposo de alguno de sus hijos, lo supiera también. Maldito cortejo, si no fuera porque a él le convenía también el asunto, no hubiera aceptado. Los enlaces que venían de un cortejo garantizaban una total compenetración mágica, además de permitirle acceder a las fortunas familiares de su consorte.

CorteggioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora