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Tomo la mochila que reposa en el piso de la sala, y me despido de mamá mientras salgo apresurada. Observo el auto rojo parqueado frente a mi casa, y luego giro observando la bicicleta azul cielo, la cual poseo desde mis trece años, pero no le tomo importancia, y subo a ella mientras pedaleo hasta la escuela. 

No tardo en llegar a ella, cuando lo hago, dejo la bicicleta con su candado afuera y camino hasta la entrada, donde normalmente se encuentran los jugadores del equipo de soccer y football. No tomo importancia de ellos, y sólo entro para tomar las notas de historia en mi casillero y luego caminar hasta mi aula.

-Es raro que llegues a esta hora- menciona Victor, el profesor.

-Lo sé, pero necesitaba conseguir un buen asiento- digo firmando la lista de asistencia y tomando asiento en la primera fila. Necesitaba pasar el exámen de la siguiente semana, era buena chica, pero claramente mi nota en historia era un completo desastre.

Las personas no tardan en llegar  y tomar asiento, observo la puerta y por ella entra un castaño ojiazul. Su mirada conecta con la mía, y camina hasta el asiento a mí lado para depositar sus cosas, y luego sentarse. No digo palabra, pero tampoco aparto mi vista de él.

-Hola- susurra mientras saca su lapicero de la mochila. No respondo, lo que lo hace enloquecer- No debes estar molesta conmigo, no he hecho nada- gruñe y niega, observando sus notas.

Un suspiro brota de mis labios, y asiento entrando en razón- Lo lamento- susurro.

Daniel me mira y sonríe- Está bien, entiendo que estás enojada.

Las personas terminas de llegar al aula, y la campana suena indicando el inicio de la clase. Apenas el profesor comienza a explicar, me concentro logrando entender la mayoría del tema. La clase pasa rápido y cuando menos me doy cuenta, estoy en la cafetería, sentada sola, mientras observo mi bandeja que contiene una ensalada de frutas. Un suspiro cansado brota de mí, y tomo el tenedor con flojera, mientras pienso en cómo la semana había pasado tan rápido, y aún seguíamos peleados.

La puerta de la cafetería es abierta, y por ella entra un grupo de personas, el cual puedo reconocer fácilmente, y bajo la mirada.

Una mano toma la silla a mi lado, y una castaña se sienta en ella regalándome una sonrisa.

-¿Siguen peleados?- pregunta.

Observo los ojos cafés de la chica, y asiento. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar las miles de veces que Sarah ha estado conmigo, sin importar su estatus en la escuela. Ella realmente era mi única y mejor amiga.

-Así es- asiento, mientras pincho un pedazo de piña con mi tenedor.

-¿No crees que deben hablar?, estaba bebido, no sabía lo que decía.

Ruedo los ojos y regreso la piña al tazón.

-Mi madre dice que los borrachos siempre dicen la verdad.

-Él no estaba borracho, sólo un poco bebido- excusa Sarah.

Ruedo la bandeja por encima de la mesa, alejándola de mí y apoyo ambos codos sobre la mesa.

-Yo no tengo nada porqué disculparme- niego, y me levanto de la mesa colocándome mi mochila, y me alejo para salir de la cafetería, pero en el intento choco con una persona.

-¿Podrías mirar por donde caminas?-  reprocha, observando su camisa un poco mojada por agua.

Levanto la mirada, encontrando un par de ojos cafés, y niego.

-Zach- digo a modo de saludo.

-Hayden, no quise sonar grosero, pensé que eras otra persona- dice sincero.

-No te preocupes, y perdón por tu camisa- digo, antes de ir hasta mi casillero a tomar mi chaqueta, y luego salir para irme directo a casa.

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Hola, chicas💙

Espero les esté gustando mucho la novela, les mando un beso y un abrazo.

Gracias por todo su apoyo, y no olviden votar y comentar. Saben que me ayudan muchísimo💙

-Jay.


True Love 《WDW》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora