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Detuve el auto frente a la escuela, y él abrió la puerta del copiloto para subir soltando un suspiro cansado.

-¿Cómo estuvo detensión?- pregunto, y él rubio ríe.

-Estuvo mejor de lo que pensé, no me van a anular el exámen- dice y la felicidad me invade.

-¡Eso es genial!- sonrío y beso sus labios, antes de poner el auto en marcha.

-Lo sé, y por cierto, gracias por recoger mi auto- sonríe y asiento.

-No hay de qué- pongo el auto en marcha a mí casa para poder quedarme, y luego él podía ir a la suya.

El camino pasa en un silencio cómodo, pero es roto por Corbyn, quien habla y ríe.

-Necesito saber algo con urgencia- dice y asiento deteniéndome en un semáforo en rojo- ¿Qué decía tu respuesta?

Sonrío y lo observo a los ojos, los cuales tienen un brillo de emoción, al igual que el día que me pidió ser su novia.

-Decía "no lo sé"

-¿No lo sé?- asiente Corbyn confundido- esa no era una respuesta- dice serio y río.

-Por supuesto que cenaré contigo.

-Perfecto, te paso buscando a las ocho- dice y sonríe para mirar su celular.

Nuevamente pongo el auto en marcha, y sonrío mientras lo escucho tararear una canción totalmente desconocida para mí. Parqueo el auto afuera de mi casa, y bajo de él, despidiéndome del rubio con un beso en los labios.

-Por cierto- grita antes de que entre a la casa- Ve con ropa cómoda.

Ladeo la cabeza confundida, pero sólo rió y termino por asentir para entrar a mi casa y cerrar la puerta detrás de mí.

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Bajo del auto, observo el lugar detalladamente, era una especie de jardín lleno de luces y flores, haciéndolo lucir encantador y mágico.

-¿Te gusta?- cuestiona Corbyn antes de cerrar la puerta del auto y caminar hasta mí, con una cesta en la mano.

-Me encanta- sonrío, abrazándolo.

Noto su expresión de felicidad, y una hermosa y extraña sensación me invade al ver su sonrisa en su rostro. Me toma de la mano para comenzar a caminar hasta el fondo de aquel jardín que parecía no tener fin. Todo estaba oscuro, y sólo éramos guiados por las diminutas luces en el suelo.

Corbyn da un suspiro y lo observo a la cara, viendo como su vista está perdída en el lugar- Llegamos- susurra y me sonríe.

Al observar su punto de vista, observo una gran sábana blanca tendída en el césped, sobre ella hay varios pétalos de color rosa, y una sonrísa de asoma en mi boca, mientras un remolíno de emociones sucede dentro de mí.

-Ven- ríe para arrastrarme con él hasta la sábana.

El rubio deja caer la canasta en el césped y me toma de la cintura para ayudarme a sentar. Río porque lo puedo hacer sola, pero no quiero detener su acto de cabellerosidad. Al estar sentada, él se deja caer a mi lado y me mira a los ojos con una sonrisa.

-¿Quieres comer ya?- pregunta y asiento.

Él toma la canasta y la acerca hasta nosotros, de ella saca dos envases con fruta, y otro con sándwiches. Sonrío con ternura al saber que esos sándwiches los hizo él, y pude notar que las frutas estaban picadas por él también al ver los pedazos mal cortados.

-Este es para tí, y este es para mí- dice entregándome un sándwich, y agradezco. De la canasta saca un speaker junto a su iPod, y coloca música con poco volúmen.

La cena pasa entre risas, y malas bromas de Corbyn. Por un momento dejo de escuchar lo que dice, y sólo me pierdo en el sonido de su risa, parecía un niño divirtiéndose, y su risa era música.

-Te haré una pregunta, y necesito sinceridad- dice mirándome serio-¿Qué tan malos estaban los sándwiches?

Sonrío y niego divertida- Deberías ser chef.

Corbyn me mira y hace su cabeza hacia atrás mientras una carcajada sale de su boca. Acomóda su cabeza, y me observa a los ojos mientras yo sólo sonrío.

Nos quedamos observando por unos minutos. Minutos donde sólo se escuchaba el silencio y el poco volumen de la música del iPod. Corbyn rompe el contacto visual y observa el speaker cuando comienza una nueva canción.

-Amo esa canción- sonríe y me observa nuevamente- Baila conmígo.

Mis ojos se abren como platos, y la sangre sube a mis mejillas- Corbyn, yo...

Él ríe y se levanta de la sábana tomando mi mano, para levantarme también. Una risa nerviosa escapa de mí, y cubro mi rostro pensando en que después de tantos años, seguía sintiendo vergüenza de algunas cosas.

-Ni siquiera sé bailar- niego y él ríe.

-¿A quién le importa?

Corbyn coloca una mano en mi cintura y me hace colocar mi mano en su hombro, mientras nuestras manos restantes, se entrelazan y nos unímos totalmente, dejando nuestros cuerpos a unos pocos centímetros.

Corbyn no era un buen bailarín, pero bailaba mejor que yo, así que me guíaba durante el baile. Luego de unos segundos, el rubio comienza a tararear la canción y me doy cuenta que es la misma de esta tarde en su auto. La letra de la canción es realmente hermosa, y ,mientras bailamos, no puedo evitar perderme en el azul de sus ojos, los cuales sólo son iluminados por el casto brillo de las luces.

-Esa canción es... hermosa- susurro, con los ojos cerrados mientras su frente se junta con la mía.

-Era una sorpresa, quería que bailaramos esa para tu presentación.

Cuando escucho salir esas palabras de su boca, abro los ojos y él me observa con una sonrísa. Era asombroso que él recordase eso, cuando yo lo había olvídado por completo.

Por estos pequeños detalles, pequeños pero encantadores, es que lo amo. De verdad lo amo.

True Love 《WDW》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora