Me deshago del quinto vestido, y al librarme de él, un suspiro brota de mis labios. Había pasado toda la mañana en la tienda intentando encontrar los "vestidos perfectos", lo cual era muy complicado por cuestiones de tallas, tonos y modelos.
Salgo del probador, no sin antes colocarme la bata de seda blanca. Observo a mi madre discutir sobre el vestido con la diseñadora de la tienda, ambas parecen concentradas en arreglar es vestido lila que me había puesto minutos atrás, debía admitir que era muy lindo, pero me quedaba muy ancho en la cintura, y muy apretado en la cadera. Todo era más complicado de lo que pensaba.
Mientras ambas mujeres debaten sobre los vestidos, yo me dedico a observar la tienda, detallo cada estante con telas, y cada perchero con toneladas de vestidos.
-Hayden- escucho mi nombre, y giro observando a la mujer rubia- ¿Prefieres lila o rosa?
-¿Lila?
Mamá parece pensarlo, pero asiente y se gira a la diseñadora- Entonces eso es lo único que cambiarás- la mujer asiente mientras anota cada cosa en una libreta de espirales color verde.
-¿Cuantos vestidos faltan?
-Sólo el de tu graduación.
-Pero podemos escogerlo luego- búfo y dejo caer mis hombros.
-Ya estamos aquí, podemos escoger ya.
-Mamá, faltan dos meses para mi graduación, podemos buscar luego.
-¿Y para qué vamos a esperar?
-Mamá, pod...
-Hayden, escoge el último vestido, y piensa bien antes de escoger, para algo tienes esa cabezota.
Ruedo los ojos y camino entre los pasillos de la tienda para encontrar el fulano vestido.
De verdad odiaba cuando mamá se comportaba de esa manera. Siempre pensaba en ¿qué pensarán los demás?, ¿a Corbyn le gustará eso?, todo lo hacía por los demás. Ni siquiera quiero una presentación a la sociedad. No quiero un baile por mi cumpleaños número dieciocho. Sólo quiero que la gente deje de comportarse como sí el mundo girase a su alrededor. Como sí nadie más que ellos importase.
Mi vista se posa en un vestido color vino. No tiene mangas, sólo unos delgados tirantes, y el corte del busto es hasta el abdomen. Lo tomo y lo observo detalladamente. La tela es suave, y semi transparente, lo que lo hace lucír fresco y cómodo.
-¿Lo tienes?- dice mamá, haciéndome sobresaltar. Veo nuevamente el vestido y sonrío, para asentír.
×
×
×
-¿Estas son las invitaciones?- murmura Zach confundido con la vista en la caja- son un poco...
-Extravagantes, lo sé- búfo y ruedo los ojos.
Cada chico sostiene una caja, mientras Sarah y yo nos encargámos de repartír las invitaciones. Ya estaba cansada, pero mamá había insistido en repartirlas hoy.
Mis ojos se abren como platos al leer el nombre en la lista, y tomo una boconada de aire antes de tocar el timbre de aquella casa.
La señora Clinton, amiga de mi madre, abre la puerta y me sonríe- Hayden, ¿cómo estás?
-Bien, gracias, paso a entregarle las tarjetas de invitación para mi cumpleaños y la presentación a la sociedad.
-Oh, muchas gracias, linda. Le avisaré a Kiana para que compre sus vestidos. Salúdame a tu madre.
-Claro- digo con una sonrisa apretada y me alejo de aquella puerta.
Camino hasta los chicos, quienes me observan confundidos, y Sarah parece en shock.
-¿Es la mamá de...?
-¡¿Kiana?!- exclama Sarah y ruedo los ojos.
-Ya vámonos- gruño y tomo otra invitación antes de caminar a otra puerta del vecindario.
Alrededor de media hora después habíamos terminado, y realmente estaba agradecida con los chicos, sí no me hubiesen ayudado, posíblemente estuviese aún repartiendo las estúpidas invitaciones.
-¿Les he dicho que son los mejores?- murmuro y me dejo caer en el sofá.
-De hecho, no- niega Jack.
-Es porque no lo son- niego y Jack lleva una mano a su pecho "ofendído", lo que me hace reír- Son los mejores.
-Tu eres la mejor- sonríe Corbyn, y se acerca para besar la comisura de mis labios.
-¿Por qué son así?- niega Daniel y cubre sus ojos. Entonces, todos reímos por su comportamiento de niño.
Amelia nos llama para avisar que el almuerzo está listo, y todo vamos al comedor para almorzar juntos. Esa chica realmente era la mejor cocinera que yo pueda conocer en mi vida. Su especialidad era la lasagna, y siempre me la cocinaba desde niña.
Al terminar el almuerzo cada quien tuvo que partir a casa, excepto Sarah, que se quedó hasta la noche explicándome algunas cosas que debía hacer en la semana.
Anhelaba con toda mi alma que todo le saliese bien, pues, era la universidad de sus sueños, y había trabajado muy duro para conseguir hacer el exámen. Deseaba que todo le fuera bien, y pudiese pasar el exámen.
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True Love 《WDW》
FanfictionAmbos se hacían daño, pero lo de ellos era amor verdadero y estaban destinados a estar juntos... o tal vez no. #Inmunes2017