t w e l v e

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Sabádo, grandioso sábado.

Salgo de la cama con una sonrisa en la cara, lo que parecía ser un milagro, ya que solía despertar de mal humor cada día. La sonrisa se borra apenas me observo en el espejo, notando el maquillaje totalmente corrido por mis mejillas y mis cabellos enmarañados.

No digo nada, y sólo tomo una ducha y lavo mis dientes, para ponerme una ropa fresca y cómoda. Observo mi celular antes de bajar a desayunar y leo un mensaje que ha dejado Sarah, explícando que ella y Jonah vendrían más tarde.

Entro a la cocina, la cual se encuentra vacía y preparó un plato de cereal, el cual no termino ya que el timbre suena repetidas veces y nadie abre la puerta.

-¿ALGUIEN PODRÍA ABRIR?- grito mientras dejo caer la cuchara dentro de mi plato, pero no recibo respuesta- Demonios.

Camino hasta la puerta dando grandes zancadas, y la abro mientras ruedo los ojos.

-Buenos días- ríe Jonah y elevo una ceja.

-No quiero ser grosera pero, ¿qué haces aquí?

-Sarah dijo que te envió un mensaje.

-Dijo que vendrían a las 2p.m, y son las- observo el reloj en la muñeca del castaño- 1:15p.m

-Entonces, ¿me voy y vengo más tarde?

Ruedo los ojos divertida y niego- Ya pasa, tonto.

Camino nuevamente a la cocina, pero esta vez con Jonah siguiéndome los pasos. Termino de comer mi cereal para lavar mi plato y ahora subir a mi habitación con Jonah.

Habían venido ya que debíamos terminar un proyecto de la clase de ciencias que los tres teníamos juntos. Esa mujer realmente era exigente, y necesitábamos una buena nota sí queríamos graduarnos.

Me siento en la silla de mi escritorio y Jonah se sienta sobre la alfombra mientras me observa fíjamente.

-Hay otra silla allá- señalo al lado del estante de libros- no es necesario que te sientes en el piso.

Él se encoge de hombros y sonríe- Tu alfombra es cómoda.

Río y niego ante su tontería, y enciendo mi laptop para ir adelantando el trabajo. Cuando hemos escrito unas quince líneas, el timbre suena, y Amelia grita para avisar que ella abre, segundos después, Sarah aparece en mi habitación.

-Hola, guapos- me saluda con un beso en la mejilla y a Jonah con un beso en los labios, a lo que yo me remuevo incómoda.

-Empezamos sin tí, pero llegas a tiempo- sonrío mientras me hago a un lado para que observe mi portátil.

Sarah comienza a susurrar algunas cosas, y segundos después, empieza a teclear en la laptop, para ayudar con el ensayo.

-Podemos ir adelantando la maqueta- le digo a Jonah, y él asiente, mientras saca varias cosas de su bolso, y yo corro hasta mi estantería para tomar la base.

Debíamos construír una escena de detectives, donde descubriríamos algunas huellas dáctilares, usando yodo y otras cosas. La verdad amaba esta clase de ciencias.

×

×

×

Sarah coloca la última línea del ensayo, y nosotros dejamos reposar la muestra del experimento sobre mi escritorio.

Todos nos levantamos de nuestro sitio para estirarnos, eran las 6p.m y no había parado de trabajar. Por suerte habíamos terminado ya.

-¿Se quieren quedar a cenar?- sonrío mientras sacudo mi pantalón, que contiene algunos pequeños manchones gracias a Jonah.

-No creo que pueda, debo estudiar- niega Sarah y hace un puchero.

-¿Qué hay de tí?

El castaño sonríe y asiente- Yo no tengo nada que hacer, y tengo hambre.

Asiento, y Sarah toma sus cosas para bajar. Podía notar que estaba nerviosa, y sabía perfectamente por qué. Había estado estudiando semanas enteras sin parar, sólo para aplicar para Stanford. Realmente quería ser aceptada, y estaba trabajando en ello.

-Avísame cuando llegues a tu casa- murmura Jonah, y Sarah asiente.

La chica se despide de mí con un abrazo, y de Jonah con un beso en la mejilla, haciendo sentir incómoda, nuevamente. Observamos como sube a su auto, y lo pone en marcha, entonces entramos y caminamos hasta el comedor, donde se encontraba Papá, y Ollie.

-Hola- saludo y beso las mejillas de ambos- Ya conocen a Jonah, ¿verdad?

-Yo no- dice Oliver mientras estrecha la mano con el chico.

Papá observa a Jonah y sonríe, para nuevamente posar su vista en su celular, haciéndome rodar los ojos.

Era increíble como podía ser tan antiparabólico. Casi nunca nos prestaba atención, y claro que puedo comprender que es trabajo, pero es estúpida la forma en la que trabajaba sin parar. Desde que tengo memoria, nunca he compartído un fin de semana con papá, sin ser interrumpidos por su estúpido celular.

-¿Dónde está mamá?

-En la oficina.

-¿No cenará?- papá niega con la vista en el celular- ¿ustedes tampoco?

-Yo ya comí- se encoje de hombros Oliver, y sale del comedor.

Observo a Jonah mientras el rubor sube a mis mejollas. Siento vergüenza, mucha vergüenza. Le había ofrecido cenar, y podía apostar que ni siquiera había comida.

-Ven- susurro mientras lo tomo de la muñeca, y lo arrastro conmigo hasta mi habitación. Tomo una sudadera, dinero y mi teléfono. Recojo las cosas de Jonah para luego ambos bajar y salir de la casa, no sin antes avisarle a Amelia.

-¿A dónde vamos?- duda Jonah muy confundido.

-Tu sólo conduce- ruedo los ojos mientras lo guío por el camino.

Trece minutos después, nos detenemos en McDonalds y entramos para ordenar nuestra cena. Al tener la orden, nos sentamos en una de las mesas junto a la ventana, y comenzamos a comer.

-Perdón por lo de la cena- niego avergonzada.

-No importa, amo McDonalds- sonríe, y una carcajada escapa de mí al ver las comisuras de sus labios, llenas de salsa.

True Love 《WDW》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora